Okey, esta también va a ser
difícil, y no solo por lo rara que es. En primer lugar, la bilogía (dos libros)
no tiene un nombre claro, ya que más que dos obras distintas (a veces publicada
como tetralogía, en cuatro libros, dividiendo cada libro en sus dos partes
fundamentales), más bien es una sola gigantesca obra de más de 1500 páginas.
Pero oficialmente se la conoce como la saga o la bilogía de Ilión, al igual que el primer libro. El
segundo se llama Olympo. Como he
dicho, a su vez cada uno se divide en dos, cuatro en total, a saber, El asedio, La rebelión, La guerra y La caída. Pertenece al género de la
ciencia ficción, tremendamente futurista, y además contiene elementos (MUCHOS)
de mitología, o sea es ficción mitológica. Normalmente es más común ver esto en
el terreno de la fantasía, pero en este caso es ciencia ficción.
Su autor, Dan Simmons, de quien
ya hable en la obra Los vampiros de la mente,
es un reconocido autor estadounidense que anteriormente se dedicó a la
enseñanza, concretamente era profesor de literatura. Sus conocimientos quedan
más que demostrados en la presente bilogía, puesto que está PLAGADA de referencias
a otras obras. Hay páginas y páginas de conversaciones entre dos avanzados
robots discutiendo sobre los sonetos de Shakespeare o sobre el significado de
tal o cual pasaje o las intenciones de x personaje de En busca del tiempo perdido, de Proust. Por poner un ejemplo.
La referencia más clara y directa
es la Ilíada de Homero, ya que el
libro, básicamente y como principal hilo conductor, se trata de una revisión en
tono de ciencia ficción de la guerra de Troya contada por Homero. De ahí el
título: una de las formas arcaicas de referirse a Troya es Ilión. Nos
encontraremos como personajes habituales a los protagonistas de esa antigua
obra, tanto los mortales (Aquiles, Odiseo, los dos Ayax, Agamenón, Héctor,
Helena, etc.) y los dioses (Zeus, Hefesto, Afrodita, Hera, Atenea, etc.).
Aclaro una cosa: es una novela
considerablemente compleja. Simmons te lanza al libro como quien lanza a alguien
a un rio helado, y no sabes ni por donde te vienen los golpes. Tardas mucho en
enterarte por dónde van los tiros, cómo funciona el universo, y empezar a teorizar
que está pasando. Unas 300 páginas fácilmente. Y hasta empezar a tener claras
ciertas cosas, casi todo el primer libro. No es fácil ubicarte. Voy a intentar
hacer una sinopsis básica, más adelante meteré mis críticas y valoraciones.
La narración se divide en
distintos protagonistas ubicados en distintos puntos del universo de Simmons.
El que abre el libro es Thomas Hockenberry, un escólico: un especialista en la Ilíada homérica perteneciente al siglo
XX, profesor de Universidad, que vivió y murió con normalidad. Tras eso, su
cuerpo y mente fueron reconstruidos por los dioses olímpicos en el tiempo de
Troya (el cómo ocurre para que unos
seres que viven en un supuesto pasado reconstruyen a alguien del futuro es uno
de los misterios que se irán resolviendo), para asistir a la guerra y
certificar que todo ocurre como escribió el poeta griego. Ese es el papel de
los escólicos, todos vienen de otro tiempo, y como han leído la Ilíada saben que va a pasar. Los dioses
les concedieron aparatos grabadores, dispositivos para asumir la apariencia de
cualquier otra persona y pasar inadvertidos, y mecanismos para teletransportarse
(lo llaman TCear, en referencia a Teletransporte Cuántico) desde sus barracones
a los pies del monte Olimpo, donde viven, a Troya o a sus alrededores (como el
campamento aqueo/griego). Entregan sus informes a una de las musas, y tienen
prohibido por mandato de Zeus, dios de dioses y señor del Olimpo, hablar de
cualquier acontecimiento futuro con ninguno de los otros dioses, aunque les
pregunten. Zeus es el único dios que conoce el contenido de la Ilíada y que sabe que va a pasar.
¡Los dioses no saben qué va a pasar a continuación!
Los dioses son presentados como
unos seres de poderes portentosos pero no por fuerzas mágicas, si no como
humanos mejorados hasta alcanzar capacidades sobrehumanas, a través de la
ciencia y con aparatos muy avanzados. Pueden TCearse a cualquier lugar, alterar
su tamaño, moverse más rápido que nadie, lanzar ondas de energía,… Incluso
pueden mejorar a otros humanos (a través de nanorobots que aportan más fuerza,
alteraciones del estado cuántico de la probabilidad, y muchas frikadas
similares), alcanzando estos el estado de lo que llamaríamos héroes y/o
semidioses. El principal ejemplo de esto es, por supuesto, Aquiles, el mayor de
todos los héroes. Hay varios centenares de dioses, Simmons cita a muchísimos de
ellos, otros solo son dioses menores anónimos con apenas importancia. Algunos
de estos dioses tienen una importancia capital en el desarrollo de la trama
como Hera, Hefesto, Zeus, Afrodita, etc. Otros tienen papeles menores, o solo
se les cita de pasada.
Pese a esta avanzada tecnología,
los dioses son poco más o menos que adolescentes gamberros jugando con bombas H
y aceleradores de partículas. En su mayoría son estúpidos, caprichosos,
vanidosos, y solo se preocupan por sus juegos de poder. No parecen tener un
conocimiento de nada de lo que usan, ni de cómo funciona ni porque, solo saben
que botón pulsar para hacer x efecto, y ya. Ni siquiera parecen saber cómo
funcionan sus poderes. En definitiva sus poderes, capacidades y aparatos les fueron
entregados por algo o alguien, pero ellos no tienen mucha más idea, ni les preocupa.
Excepciones a esto son Zeus, que sí parece entender un poco de que van las
cosas, Nyx (Noche), a quien ni Zeus osa desafiar, o Hefesto, quien es bastante
inteligente, e incluso posee su propia ciencia.
Los dioses siempre tratan de
competir entre ellos, haciendo Zeus de árbitro, que no consiente los
enfrentamientos abiertos. Así que su forma de competir es tratar de que su
bando venza en la contienda de Troya: Hera, Atenea, etc. apoyan a los aqueos
(griegos), mientras que Poseidón, Ares, Afrodita, y otros apoyan a Troya. Han
convertido la guerra de Troya en su propio tablero de ajedrez, más o menos como
decía Homero, e intervienen abiertamente en las batallas. Una guerra que lleva
ya muchos años.
Este juego de ajedrez con seres humanos de verdad que caen y gritan y
mueren se me antoja decadente, una obscenidad.
En este contexto, todo ha
ocurrido más o menos como estaba marcado, y durante algunos capítulos veremos
la gigantesca sucesión de nombres (suele decirse que en la Ilíada nadie es anónimo, todos los personajes tienen nombre, y se
cita su destino, ya sea muerte o vida) y lo que les ocurre. Menganito, el
arquero de Fulanito, dispara una flecha y mata a Berengario, el conductor del
carro de Manolito, pero Manolito salta del carro, y acaba con Menganito. Y así.
Hasta que en un momento todo se va a la mierda.
Afrodita, a través de la musa que
dirige a los escólicos, recluta a Hockenberry para que asesine a Atenea, en una
de las conspiraciones internas de los dioses. Para ello le entrega un
dispositivo en forma de medallón con el que puede TCear donde quiera, y el
casco de Hades, que le permite volverse absolutamente invisible, incluso a la
vista mejorada de los dioses. Hockenberry, envuelto en los juegos de poderes de
los dioses, decide no seguir siendo un esclavo y una marioneta, y en un acto de
valentía (le vienen por explosiones, generalmente es un cobarde) intenta
destruir a Afrodita y escapar de la red divina, y después haciendo uso de los
aparatos que le había dado, huye a Troya, y se esconde (sobre todo con el casco
de Hades) de los dioses. Ahora es un hombre buscado, aunque apenas lo
consideren un insecto.
Desde este punto, los
acontecimientos de la obra de Homero empiezan a desaparecer, y la obra toma su
propio rumbo: personajes mueren cuando no deberían, otros siguen vivos cuando
ya deberían haber muerto, se suceden acciones que no estaban escritas, etc.
Hockenberry intentará usar su conocimiento y sus aparatos para provocar una
rebelión contra el Olimpo, y destruir la opresión divina (lo cual es su única
oportunidad de sobrevivir), que Troya y aqueos se unan contra el verdadero
enemigo. Es una nueva línea temporal, la Ilíada
ya no vale.
¿Agamenón muerto? ¿Aquiles al mando? Santo cielo. Ya no estamos en la Ilíada,
Totó.
¿Podrán las hormigas derrumbar a
los gigantes? ¿Podrán los simples humanos enfrentarse a los dioses? Es una
verdadera rebelión. Ha llegado la hora de que el Olimpo caiga para siempre, de
destruir el destino. O eso, o tanto Troya como todo el pueblo aqueo serán
arrasados, el hilo de la historia cortado.
Con tu ayuda y nuestra planificación, cambiaremos el curso de los
acontecimientos, salvando no solo a nuestra ciudad, nuestras vidas y las vidas
de nuestros hijos, sino también el destino de la humanidad, liberándonos del
dominio de deidades crueles y arbitrarias.
Mientras esto sucede, en el planeta Júpiter se están tomando importantes decisiones. En algún momento de nuestro futuro, la sociedad humana (o la posthumana, humanos super avanzados) envió una estirpe de robots inteligentes con partes orgánicas con capacidad de auto mejorarse, aprender, y construir otros como ellos, al sistema de lunas de Júpiter. Debían fundar una civilización que trabajara enviando recursos e investigara y explorara para los humanos. Pero poco después las comunicaciones se cortaron, los posthumanos desaparecieron, y los moravecs (nombre de estos robots) prosperaron y evolucionaron por sí mismos, sin mantener contacto con la Tierra, formando una civilización científica y tecnológicamente muy avanzada llamada el Consorcio de las Cinco Lunas. Supongo que es en referencia a las lunas o satélites más importantes de Júpiter, que en total tiene 79, pero hasta donde yo sé las más conocidas son cuatro: Io, Europa, Ganimedes, y Calisto. No sé cuál es la quinta, pero bueno.
Los moravecs son muy graciosos, cada
uno está adaptado a una serie de actividades técnicas concretas, y viven más de
100 años de forma natural. Tienen partes orgánicas y otras robóticas, así que
en todos los aspectos de la palabra son sintientes, piensan, lamentan, etc.
Aunque a veces sean excesivamente lógicos o racionales. Algunos son gigantes,
tamaño camión, otros como gnomos de jardín. Además, son unos frikazos. Suelen
leer de forma compulsiva autores terráqueos, estudiarlos a fondo, o estudiar
disciplinas terráqueas que no tienen validez para ellos (como medicina humana),
por simple afición, y acaban volviendo auténticos especialistas.
Los moravecs se han dado cuenta,
por sus radares y dispositivos, de que algo muy jodido está ocurriendo en
Marte: todo el planeta ha sido terraformado, hay atmosfera, vegetación,
actividad, océanos, etc. Pero eso no es lo peor: hay tal nivel de actividad
cuántica en el planeta Marte, y concretamente se concentra en el volcán Olimpo
de Marte, que está poniendo en peligro la estabilidad de la realidad de todo el
Sistema Solar. Si esto sigue así podrían provocar una singularidad que absorbiera
todo el Sistema, así que deciden intervenir. Antes de que nadie lo pregunte,
si, el monte Olimpo donde están los dioses, y donde Hockenberry ha vivido
durante años en barracones, etc. es el monte Olimpo de Marte. Osea, los dioses
que dan por culo en Troya, están en Marte. Se teletransportan de Marte a la
Tierra en el tiempo de Troya cada día. Lo de cómo pueden moverse al pasado, o
que narices es esa Troya, etc. ya tendréis que averiguarlo leyendo, tarda
bastante en revelarse, y es bastante lio.
Los moravecs envían una
expedición de exploración a Marte, formada por cuatro moravecs. Los dos protagonistas
principales son Mahnmut de Europa (quien dirige el pequeño submarino La Dama Oscura y es un especialista en
Shakespeare) y Orphu de Io (especialista en Marcel Proust y En busca del tiempo perdido). Mahnmut es
un pequeño moravec de unos 100 y pico años de edad, de aspecto anfibio (un poco
como una rana robot de metro y medio) diseñado para el agua, dedicado a la
exploración de los océanos de Europa con su submarino. Su cometido en la misión
es trasladar la expedición vía submarina por Marte, una vez lleguen en la nave
espacial. Orphu es un moravec enorme de ocho toneladas y seis metros de
envergadura, parece un cangrejo gigantesco y blindado, especializado en
mantenimiento de maquinaria en el satélite de Io, que es especialmente
destructivo (Arthur C. Clarke definió a Io como el Infierno). Su misión es el
mantenimiento de la nave en el espacio. Los otros dos moravecs son Koros III de
Ganimedes (el líder), y Ri Po de Calisto.
Nada más llegar a Marte son
detectados por los dioses, y la nave, Koros III y Ri Po son destruidos por
Zeus, y Orphu queda tremendamente dañado, incapacitado para moverse y con todos
sus sistemas de visión cegados. Se convierte en una CPU gigante, puede pensar y
procesar tanto como antes, tiene una memoria y banco de datos gigantes, y puede
hablar con Mahnmut, pero no puede ni moverse ni ver nada. Mahnmut debe cargar
con Orphu mientras trata de completar la misión y colocar los dispositivos (que
ni siquiera sabe que hacen, solo que sabe donde debía dejarlos) que ha logrado
salvar de la nave en el mejor lugar posible: en el centro del Olimpo. Lo cual
puede ser bastante complicado. Las conversaciones sobre Shakespeare y Proust de
estos dos personajes son delirantes.
Finalmente, tenemos una Tierra
futura, año 6000 y pico aproximadamente. Una tierra del futuro poblada por una
sociedad compuesta de unos 300.000 humanos, que se llaman a sí mismos humanos
antiguos. Estos humanos son como niños, han olvidado prácticamente toda su
historia, menos algún detalle que les queda, y no saben hacer absolutamente
nada. 0. Son la inutilidad total. No saben leer, cocinar, coser, cazar,
construir, ni siquiera saben aprender. Toda su sociedad está montada en torno a
comer, el sexo, e irse de fiesta. Simmons los compara con los eloi de La máquina del tiempo de HG Wells.
Absolutamente todo el trabajo lo hacen las maquinas, tienen todo tipo de
servidores robóticos, además de unos siniestros y silenciosos “protectores”
(están armados con cuchillas) medio robots medio orgánicos (pero no tan
avanzados como los moravecs, no poseen individualidad, parecen funcionar con un
sistema de mente de colmena bastante simple, cumpliendo algún tipo de objetivo)
llamados voynix.
En este mundo es posible un tipo
de teletransporte antiguo llamado faxear, que consiste en teletransportarte de
un portal fijo a otro portal fijo a tu elección. De este modo los humanos
viajan entre comunidades. Además, si tienes una herida grave, puedes faxearte a
la fermería (enfermería) para que te curen en unos tanques rejuvenecedores. Y
si mueres, tus datos están guardados en unos bancos de memoria, así que pueden
reconstruirte. Cada veinte años (la sociedad funciona por etapas de veinte),
los humanos se faxean a la fermeria para que los rejuvenezcan veinte años
atrás, así que no hay ancianidad. Esto se hace cinco veces, tras el quinto
veinte (osea cuando cumples 100 años), llamado el Último Veinte, te quedas a
vivir con los posthumanos en los anillos (donde están las fermerías).
Los anillos son una serie de
estructuras que rodean la tierra, y están en órbita, llenas de aparatos
científicos y técnicos de los que no tenemos ni idea para que valen, e islas
orbitales donde viven los posthumanos. Los posthumanos abandonaron la Tierra
hace ni se sabe cuántos cientos de años, y se quedaron para siempre en los
anillos (eso se dice, nadie ha visto uno), donde tienen sus fermerías. Los anillos son vistos por los humanos antiguos como una especie de paraísos, y los posthumanos como
una suerte de dioses (aunque desconocen el concepto de dios) científicos protectores
y benignos.
La historia en esta tierra futura
comienza cuando Daeman, un conocido vividor y conquistador de mujeres, que al
principio da mucho asquito, acude a una fiesta de su prima Ada con la intención
de seducirla, en su mansión, Ardis Hall. Pero allí es reclutado por Ada, su
amante Harman (un hombre de 99 años, le queda un año) y la artista Hannah para
una peligrosa misión de búsqueda y descubrimiento. Harman es el último hombre
que sabe leer del planeta (aprendió solo), y lo hace como un niño pequeño, pero
ha conseguido llegar a la conclusión de que quizá no haya posthumanos allá
arriba y que estos les abandonaron, que tras el último veinte no haya nada,
solo mueren, y que viven engañados.
Tras seguir una serie de pistas
conocerán a Savi, la Judía Errante, una historiadora y la última superviviente
de los humanos de antes de esa sociedad iletrada y lerda, una mujer que lleva
1400 años vagando por el planeta tratando de liberar la sociedad. Ella les
guiará en un viaje que pretende sacudir incluso los anillos hasta derribarlos: el mundo debe romperse para evolucionar de nuevo, ese estado estático debe
perecer. Y les llevará a conocer a un humano mucho más antiguo que ella misma,
el viajero por antonomasia, que ha llegado hasta ese mundo de falsedad y
engaños.
Todas estas tramas se irán
entrecruzando para contarnos la historia de una Tierra futura donde los dioses
se han alzado y tomado forma, donde criaturas de otras realidades han logrado
penetrar en la nuestra y causar estragos, donde una inteligencia artificial
global ha tomado la apariencia holográfica de un personaje de Shakespeare. ¿Dónde
encajan los posthumanos y los dioses en todo esto? ¿Crearon los posthumanos a
los dioses? ¿Ellos les concedieron toda esa ciencia y poder a los dioses, que
estos en realidad no entienden, ellos son la sombra tras los dioses? Y si ese
es el caso, ¿quién está detrás de los posthumanos? ¿Iniciaron los posthumanos y
sus experimentos cuánticos todo este berenjenal, y los descontrolados dioses están
ahora terminándolo con sus juegos de niños?
Abrieron túneles cuenticos hacia una o más de esas realidades
alternativas. Y dejaron que algo entrara por ellas.
Ada, Daeman, Harman, Savi etc.
trataran de conducir a la humanidad a un nuevo amanecer, y sacarla de ese sueño
sin sueños, esa existencia vacía, en la que llevan anclados cientos o miles de
años. Hockenberry intentará desafiar a los despiadados dioses y al mismísimo
Zeus y cambiar el propio curso de la Ilíada,
ya es hora de que el Olimpo deje de dictar el destino de las personas,
generalmente llevándoles a la angustia y la ruina. Finalmente, los moravecs se
configuran como el último reducto de humanidad y ciencia en un tiempo en que
las personas han perdido la ciencia, la historia, y la cultura. Aquellos seres
que poseen cultura y ciencia (los dioses y los posthumanos, ¿serán lo mismo?
¿Serán los dioses una versión degenerada de los posthumanos?) son despreciables
y tiránicos. Los moravecs son pacíficos, científicos, amables, desinteresados.
Intentaran salvar el Sistema Solar del Apocalipsis cuántico que los dioses
están provocando con sus juegos, sin siquiera saberlo. Todo lo citado está
relacionado, como se relacionan tantas realidades, etapas históricas y mundos diferentes,
ya es otra historia, y eso tendréis que leerlo.
El libro está escrito con el
estilo ameno y veloz de Simmons, y aunque al principio no te enteras de nada,
no cuesta leerlo en sí. A través de las píldoras de información que personajes
como Savi nos irán dando, deberemos ir configurando nuestro esquema de que pasó
en el pasado de esa Tierra de elois, porque hay un Marte plagado de dioses que
están alterando la realidad cuántica, donde narices encaja Troya en todo esto,
etc. Y es complejo, yo me volví bastante loco. Me hice apuntes, líneas
temporales, y todo. Hay una web sobre esta bilogía (en inglés) que puede ayudar
bastante, y tiene su propia timeline,
línea temporal. Dejo aquí el enlace de la línea temporal. Y este es el enlace de la pagina principal de la web. Es como una wiki muy básica. De todas formas al final no quedan muy claros algunas
cronologías o eventos.
El libro tiene referencias por
todas partes. El concepto de faxear esta sacado de la popular serie Star Trek (a la cual se hace referencia
unas cuantas veces, varios de los moravecs son aficionados a ella, ya que
pudieron descargar todos los capítulos de viejos enlaces con la Tierra). Hay
menciones a Shakespeare, James Joyce (su Ulysses,
por supuesto), Marcel Proust, Virgilio, etc. A menudo los personajes citan a
estos autores y a sus obras, sobre todo Hockenberry, y los moravecs (que son
unos frikazos), y a veces también los dioses que no son canis con superpoderes
(Hefesto, Zeus, etc.). Incluso dicen frases de El Mago de Oz.
Ada, es una referencia a Vladimir
Nabokov y a sus obras Lolita (1955) y
Ada o el ardor (1969): la relación
entre primos (Daeman y Ada), aunque esta no llega ni a plantearse jamás, ya que
Ada rechaza a Daeman desde el minuto uno, es el eje de Ada o el ardor (en esta novela, los personajes de Ada y Daeman, dos
primos, si se acuestan, se enamoran, de todo), y además la protagonista también
se llama Ada y vive en una mansión que también se llama Ardis Hall. Lolita se deduce de la relación entre
una mujer joven y un hombre mayor (vale, Ada no es una niña como lo era Lola, y
Harman tiene aspecto de tener 30 pese a que tiene 99, y el Humbert de Lolita era mayor de 40, pero bueno, la
referencia queda ahí).
Al mismo tiempo la sociedad
paralizada futura de la Tierra recuerda un poco a la que Arthur C. Clarke
planteó en su novela corta A la caída de
la noche (1948), y que más adelante reescribió en una novela más larga
llamada La ciudad y las estrellas (1956).
En estas obras (son básicamente la misma historia con ligeras variaciones)
podemos ver una humanidad que lleva viviendo atrapada en el mismo momento estático
desde hace miles de años, sin avanzar. Sin soñar. Sin desear nada realmente. Dedicándose
a distraerse como buenamente pueden, sin hacer nada realmente útil. En la comodidad
de una gigantesca megalópolis, alimentados, cuidados, etc. por las maquinas, y
por la matriz de ellas, unos superordenadores subterráneos.
Esto mismo, incluyendo la
sociedad cuidada por las maquinas, también se plantea en la ya centenaria obra
de EM Forster, publicada en 1909, La máquina
se para (The Machine Stops).
Por otro lado, Simmons escarba en
la física cuántica para soltarnos las explicaciones a los diversos misterios: teorías
de realidades superpuestas, frentes de ondas holísticos, etc. Nada se lo
inventa, solo coge lo que le interesa de la física y lo aplica en una técnica narrativa
usando aparatos hoy imposibles (eso si se los inventa, aunque algunos si se han
teorizado de verdad por físicos) para generar la trama. En otras palabras,
retuerce la física a su antojo para crear un argumento. Y de un modo bastante
imaginativo, a mí me ha molado. Hay comentarios al respecto de que Simmons no
es el primero que utiliza este tipo de teorías (no voy a desvelar cómo funciona
el tema) para una obra de ciencia ficción; yo es la primera vez que leo
semejante ida de olla, no sé si hay algo anterior, pero vamos, si todo tuviera
que ser puramente original, que mundo literario más limitado tendríamos.
Por estos componentes técnicos citados
pertenece al sub género de la ciencia ficción dura o hard sci fi, caracterizada por la abundancia de componentes técnicos
y/o científicos, tratar de acercarse lo máximo posible (dentro de que sigue siendo
ficción) a la ciencia y a la física, etc. Un ejemplo de este estilo, que reseñe
en el pasado, es Esfera, de Michael
Crichton. Y, vaya, he tenido que verme más de un programa de física en Internet
para conseguir pillar bien de que estaban hablando, y aprovechar al máximo el
libro. Me hice esquemas y todo. Pero merece la pena.
Ahora vamos con los fallos. Podríamos
considerar un fallo la forma tan brutal en la que Simmons te lanza del avión directo
a una historia tan compleja y en un Universo tan complejo, y lo que te cuesta
ubicarte. Pero creo que forma parte del misterio del libro encontrarte y saber
que es que, y a que niveles se está jugando la partida, y según los vas comprendiendo,
vas entendiendo lo arriesgado de la apuesta de Simmons, y valorando su trabajo
y su imaginación. Es complejo, pero en este caso no lo considero un fallo.
Pero si considero un fallo su
final. De hecho es EL FALLO. Es un final
abrupto, precipitado, y tremendamente incongruente. Creo que Simmons se vio
superado por su propia obra, en un momento dado se dio cuenta que llevaba 1400 páginas
de libro y estaba MUY LEJOS del final. Y decidió terminar. Hacia la pagina 700
y pico del segundo libro (que tiene 900 y algo) todo va en un determinado
ritmo, y de pronto se acaba en poco más de 100 páginas.
Este final deja MUCHISIMOS cabos
sueltos. Los grandes personajes manipuladores en la sombra tras el libro, que habían
hecho pocas pero cruciales apariciones, uno de ellos el que quizá parecía el
gran villano (y además uno bastante chulo), desaparecen en la nada. De hecho
ese villano, literalmente hace un “bueno, me voy”. Y se va. Y ya. Y te quedas
con una cara pan que no puedes con ella. El personaje misterioso que más tarda
en aparecer (no sale hasta la página 800 del segundo o así), pese a que empieza
sugerirse a mitad del primer libro, igual. 1000 paginas esperándolo, y si entiendes
de mitología mas, porque tela quien era (no, nada tan simple como un dios),
para que luego diga “suerte en la vida, me piro”. Otros se quedan por la Tierra
pero como sin pena ni gloria, de fondo, a pasar el rato como abuelitos mirando
obras. Al sol.
Es que de verdad que te quedas
con una cara pánfilo increíble, en plan “¿De verdad? ¿Ya? ¿Esto acaba así?”.
Hace aguas por todas partes. Muchas de las decisiones tomadas a lo largo de las
novelas carecen de sentido con ese final. Y un larguísimo etc.
Algunos compañeros bloggeros han reseñado este fallo (creo que todos, es que es garrafal) pero muchos lo han comentado de pasada y/o han referido que es un fallo menor. No estoy de acuerdo. El fallo es un agujero gigante, de hecho para mi lastra una saga que podía tener un 9 o 9.5 tranquilamente, incluso quizá un 10, a un mero 7, y concedido únicamente en pro de la originalidad de ciertas tramas y desarrollos, de mezclar a dioses con física cuántica y la guerra de Troya homérica, etc.
Pese a este agujero, sigue
mereciendo la pena leerlo. Muestra muy bien la guerra de Troya tal y como se ve
en la Ilíada, la trama de Aquiles y
Hefesto mola, el desarrollo de las mujeres troyanas es genial, el viaje de
Harman, Ada, Daeman y compañía es bastante imaginativo, etc. Los moravecs son puro
amor, sobretodo Orphu y Mahnmut. Al Cesar lo que es del Cesar, estos libros
molan un huevo. Menos por ese final precipitado.
Fue una saga bastante aclamada, aunque muy lejos del éxito que tuvo la primera saga de Simmons, Los cantos de Hyperion. La critica literaria fue por el mismo lado que lo que he expuesto: el primer libro ganó el Premio Locus de 2004 a la mejor novela de ciencia ficción. Sin embargo, el segundo, Olympo, no ganó ninguno (aunque si que recibió una nominación).
Para finalizar, en cuanto a ediciones, existen unas ediciones de 2004 en adelante, hasta 2016 o así, publicadas por Ediciones B y Zeta Bolsillo, en formato libro de bolsillo. En mi opinión son bastante reguleras, algunas con unas ilustraciones de portada rollo medio cyberpunk, en plan HR Giger, que no pegan ni con cola (y mira que me encanta Giger como ilustrador). Vienen publicadas separadas, en vez de publicar Ilión de una vez, y Olympo de otra, han separado cada libro en dos, sus dos capítulos o partes principales. Como mencione al principio del post. Ilión I: El asedio y Ilión II: La rebelión, por un lado, y por otro: Olympo I: La guerra y Olympo II: La caída. Mucho mas coñazo a todos los efectos. Se pueden conseguir fácilmente por todocoleccion, de segunda mano. La otra opción, los libros que yo tengo, es comprar las nuevas ediciones que ha sacado Nova, cada libro completo, unido. Vienen en tapa dura con sobrecubierta, unas ilustraciones de portada bastante chulas, con personaje solitario rollo futuro distópico observando unas ruinas antiguas, la decadencia del mundo y todo eso, que casan bastante bien con la tónica de la obra. Cada uno cuesta 22 o 23 euros, pero creo que merecen la pena. Y ademas, al final entre que con la otra opción tienes que cogerte 4 libros distintos (para cogerlos de segunda mano por todocoleccion), pagar los gastos de envío de 4 libros, etc., yo creo que gastas mas pasta. Esto es mejor.
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