miércoles, 24 de marzo de 2021

ESFERA - MICHAEL CRICHTON


        Con esta novela creo que estamos ante la opera magna  de este autor, Michael Crichton, incluso por encima de su título más famoso: Jurassic Park. Y aunque no sea tan famosa como esta, Esfera también cuenta con su propia adaptación cinematográfica en 1998, casi tan buena como como el libro, con actores de primer nivel como Samuel L. Jackson, Dustin Hoffman, Sharon Stone o Liev Schreiber. En serio, la película merece mucho la pena, aunque como casi siempre, es recomendable leer el libro primero. No es un libro nuevo, cuenta ya con unos años, y es que es de 1987, pero vaya, que es una obra de arte, y además son solo 330 páginas, te lo ventilas en dos días. 


  Caratula de la película.

        La novela cuenta como protagonista primario al doctor Norman Johnson (Dustin Hoffman en la peli), un eminente psicólogo que es sacado de su casa y de su tranquila vida en San Diego para llevarlo mediante transportes militares aéreos y con bastante secretismo a alguna parte de la Polinesia Occidental, en el Océano Pacifico, mas allá de Australia. Allí, la Armada estadounidense ha establecido una verdadera base militar temporal, una flota formada por varios destructores armados hasta los dientes y varios barcos de apoyo para alta tecnología y misiones especializadas, además de varios buques científicos militares en el centro de todo.


Dustin Hoffman como el doctor Norman Goodman (le cambiaron el apellido para la película). 


        En uno de esos barcos científicos, Norman recibe de parte del capitán Harold C. Barnes, el comandante del proyecto (al menos hasta donde nosotros llegamos a ver), la información de que en ese lugar probablemente se haya producido el descubrimiento más importante de la historia: se ha encontrado una nave espacial alienígena. Por supuesto cuanto ocurra en esa operación debe ser de máximo secreto hasta nueva orden. Para afrontar esta eventualidad y sus posibles consecuencias, la Armada ha seguido las directrices de un protocolo que se preparó años para atrás para saber cómo actuar ante este contacto, y que fue redactado por el propio Norman (Recomendaciones para las distintas actuaciones del equipo humano de contacto con formas desconocidas de vida). Como tal, se ha reunido a un equipo de mentes privilegiadas recomendadas por el propio Norman: la doctora Elizabeth Halpern (Sharon Stone), una bioquímica y zoóloga; Arthur Levine, un biólogo marino (ya que la nave se encontró bajo el agua); Theodore Fielding (Liev Schreiber), un oportunista astrofísico y geólogo planetario, que busca utilizar la ocasión para su próximo libro; y Harry Adams  (Samuel L. Jackson), un matemático brillante pero arrogante (las matemáticas deberían ser, según Norman, lo más cercano que podemos tener a una forma de comunicarnos con una forma de inteligencia desconocida). El propio Norman sería el último miembro del equipo y el encargado de mantener el orden, y como psicólogo, asistir en la gestión de estrés, ya que la emoción más probable ante un contacto como este será el terror.



Sharon Stone como la doctora Elizabeth Harpern.


Samuel L. Jackson como el doctor Harry Adams.

        Barnes les informa de que la nave ha sido encontrada en el fondo del Océano (a varios cientos de metros de profundidad) bajo varios metros de coral que ha crecido sobre ella. Teniendo en cuenta que el coral crece a una constante precisa, se ha calculado que la nave (que por cierto es muy grande) lleva allí unos 300 años. Su tarea es estudiarla, y para ello, en 24 horas todo el equipo bajo la dirección del propio Barnes, y con la colaboración de unas técnicas militares de la Armada, van a bajar unos habitáculos submarinos científicamente habilitados que se han instalado en el fondo del mar, muy cerca del vehículo alienígena.


El hábitat submarino y científicamente habilitado en el que sucede la mayoría de la trama.

        Cuando los protagonistas bajan allí abajo, el ambiente cambia a una constante y creciente (conforme se desarrollan los acontecimientos) tensión, un ambiente opresivo, frio, que afectará a todos. Al entrar en la nave y tras una serie de perturbadores descubrimientos que no revelaré, descubren lo que es el centro de la novela: en los depósitos de esa gigantesca estructura encuentran una esfera de varios metros de diámetro, que no guarda ninguna relación con la nave, excepto que quien fuera que la pilotara la recogió en algún lugar del Universo… exactamente como están haciendo ellos ahora. Y no saben lo que es posible que despierte en ellos la esfera, o con que clase de entidad inteligente pueden estar entrando en contacto. ¿Quién sabe lo que dormía en su interior?

              

La esfera tal y como se reflejó en la película. 

        El misterio de la esfera, cuya única seguridad desde el minuto 1 de que la encuentren es que es extraterrestre, va desencadenando una serie de acontecimientos que se aceleran hacia un trágico y terrorífico final, y allí abajo la escapatoria es muy difícil. Están encerrados: justo cuando todo empieza a complicarse por allí, un fuerte ciclón se desata en la zona, por lo que quedan totalmente aislados. La esfera enfrentará a los protagonistas a aquello que más ansían, a aquello que más aman, a aquello que mas temen, a ellos mismos, o la parte de ellos mismos que no quieren aceptar. Y constantemente se repetirán las mismas preguntas: ¿Qué es exactamente la esfera? ¿Para qué se construyó? ¿O no se construyó, es acaso una forma de vida en si misma? ¿Nació? ¿Quiere algo? ¿De dónde viene, de qué lugar tan inconmensurablemente lejano? Y sobre todo: ¿Qué es exactamente lo que refleja o muestra la esfera?, y... ¿elije "ella" mostrarlo? 

 

  

Existen más cosas entre el cielo y la Tierra de las que puede soñar tu filosofía.


Nada sabemos sobre ella; salvo lo que imaginamos…y lo que imaginamos dice más sobre nosotros que sobre la esfera.


                

     El estilo es el característico de Crichton, lo que se ha definido como technothriller, y que consta del ritmo ágil característico de los thrillers, mezclado con un ambiente de alta tecnología y especialmente de ciencia ficción (mas concretamente de ciencia ficción dura, o hard sci fi, caracterizada por la abundancia de elementos científicos y/o técnicos). Crichton tiene un detalle muy propio en casi todos sus libros, y es que suele intercalar gráficos científicos, diagramas numéricos, etc. como aquellos de los que se está hablando en ese momento preciso de la novela, lo que te ayuda a visualizar y meterte más en la obra. A continuación, un ejemplo: 





        La novela es entretenidísima, y centra en sus páginas un misterio insondable que yo creo que acompaña a la humanidad desde hace como mínimo un siglo, desde que saltamos a las estrellas: la posibilidad del contacto con formas de vida desconocidas, o más concretamente, con inteligencias que no sean de la Tierra. ¿Estamos solos? Un misterio que películas de los últimos tiempos como Interstellar (2014) nos han recordado con gran belleza. Al mismo tiempo el ritmo es ágil, y dosifica muy bien las etapas de terror con las de reflexión. 

        El autor desarrolla con mucha madurez algo tan complejo, y no concibe nada similar a un hombrecillo verde de ojos saltones, el típico marciano (acordaos de Marciano, vete a casa, que ya reseñé hace tiempo), ni ninguna clásica forma de vida basada en una morfología humana (solo que añadiéndole algún tentáculo o mucho pelo o un solo ojo) o siquiera terráquea: animal o vegetal (como los seres planta a los que era aficionado Lovecraft). Un alienígena ni siquiera tiene que ser una forma de vida basada en el carbono, puede no necesitar oxígeno, puede tener unos mecanismos de vida tan sumamente distintos a lo que nosotros concebimos, que quizá nosotros no lo identificaríamos como vida. Ahora imaginaos como seria comunicaros con un ser como este, que ni podemos alcanzar a imaginar. Pues esta es una de las cuestiones a las que Crichton trata de acercarse con este libro.

        Crichton no era ningún patán a la hora de escribir sus novelas (aunque a veces escribiera claros fracasos, como Timeline, Airframe, o Sol Naciente), y se documentaba muy bien, de echo suele incluir una extensa bibliografía respecto a los temas tratados al final de sus libros. En esta novela puede apreciarse unas claras reminiscencias a Arthur C. Clarke. Clarke ya planteó la posibilidad de un contacto con una estructura monolítica extraterrestre de incognoscible antigüedad y capacidades (el famoso monolito negro) en 1951, con el pequeño relato El centinela, y más de 10 años después creó, inspirándose y expandiendo lo bocetado en este relato, junto a Stanley Kubrick, la película y libro (ambos se crearon de forma paralela y colaborativa entre los dos) 2001: Odisea en el espacio. La esfera guarda un evidente parentesco con el monolito negro, pese a que nos cambia el ambiente espacial por el submarino (manteniendo, eso sí, el entorno opresivo y científico). No podemos evitar que la extraña sensación de no saber de dónde viene, si piensa, cuál es su función, cuando fue creado, para que, etc. que desprende el monolito, se reflejen en la esfera. Aunque es cierto que el libro de Clarke, así como las continuaciones (2010: Odisea dos, 2061: Odisea tres, y 3001: Odisea final) son bastante más claros que la película en cuanto al objetivo del monolito.



El monolito de 2001: Odisea en el espacio (1968). 

        Por otro lado, Esfera posee una visible relación con la novela Contact (así como con la obra científica-divulgativa de este autor), de 1985, del astrónomo, astrofísico, astrobiólogo y cosmólogo Carl Sagan, quien fue promotor de la búsqueda de inteligencias extraterrestres a través del Proyecto SETI. Hay un dialogo concreto en Esfera que recuerda mucho a otro de Contact. También hubo una película, en 1997. 

        La novela también cuenta con referencias más pequeñitas a Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne (partiendo del ambiente submarino, aunque habrá más cosas, pero me callo), o incluso recuerda un poco a Alien: el octavo pasajero (si, la peli de 1979 de Ridley Scott) por estar atrapados en ese entorno de alta tecnología, por compartir espacio con algo que desconocen, y por el terror que esos factores y las muertes que se irán produciendo generan. Aun así, pese a que hay mucha tensión, e incluso terror, no es propiamente una obra de terror, este será un mecanismo que Crichton usará hábilmente para transmitirnos otras cosas, principalmente lo que he citado en los párrafos anteriores. En esencia es, como ya he dicho, ciencia ficción dura y technothriller

        Pese a todas estas reminiscencias e inspiraciones, Esfera encuentra sin problemas su propio espacio y su propio ritmo, y es original por sí misma. No se trata de ningún refrito de las anteriores.




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