Mostrando entradas con la etiqueta Mitos de Cthulhu/Horror cósmico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mitos de Cthulhu/Horror cósmico. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de abril de 2022

NEONOMICON - ALAN MOORE

 


        Uno de los comics más lovecraftianos (publicado entre 2010 y 2011) de Alan Moore, el llamado Mago de Northampton, y reconocido guionista de comics legendarios como V de Vendetta, Watchmen o From Hell. Hay quien lo llama “el mejor creador de historias de la historia”. Aparte de todo esto es un hombre super interesante, poseyendo una cierta ideología misántropa (odio y desprecio a la humanidad por el mal inherente en esta), su anarquismo declarado, y su conversión a la magia del caos, convirtiéndolo en una especie de Aleister Crowley moderno. Solo que mejor. Porque encima todo lo que sale de la pluma de este hombre es pura magia…y caos.

        Como no podía ser menos de una persona con este perfil, es un profundo admirador de Lovecraft y sus Mitos de Cthulhu, y en casi todas sus obras hay algún detalle inspirado en este universo. Este comic es una referencia directa.

 

Es una fuerza que define, que otorga significado a su receptáculo, tal y como sucede con la mano al entrar en el guante. 

 

        La historia comienza contándonos una misión del agente del FBI Aldo Sax, especializado en casos paranormales, tipo Expediente X. Sax es un cabrón muy inteligente (clásico personaje misántropo y casi seguro racista lovecraftiano) que se dedica a detectar cosas que no encajan, patrones erróneos en la urdimbre de la cotidianidad (él lo llama la teoría de la anomalía). Su operación sobre el terreno se desarrolla en Red Hook, Brooklyn, un peligroso barrio-ciudad marginal, plagada de yonkies, criminalidad, tráfico, pobreza… Lo mejor de cada casa.  



Aldo Sax.

        El FBI lleva tiempo tras la pista de un caso muy perro. Tres varones de diferentes edades, que no se conocían ni tenían conocidos comunes, con personalidades y extracciones muy distintas (un estudiante quinceañero aficionado a la guitarra clásica y la música, un librero de mediana edad bastante introspectivo y un vagabundo sexagenario) han descuartizado y asesinado a una serie de personas realizando los mismos patrones. Convirtieron los cuerpos de sus víctimas en estrellas de mar usando sus pieles, y realizaron ciertos actos rituales, actos imposibles para un imitador normal dado que esos detalles no se publicaron. Algunas pistas difusas llevaron la investigación hacia Red Hook, concretamente sobre un siniestro club nocturno de punk llamado Zothique (ubicado en una iglesia abandonada), un grupo de música desconocido y alternativo llamado Los Gatos de Ulthar, y un alucinógeno poco potente llamado DMT-7.

        Y aquí es donde entra nuestro protagonista. Aldo Sax se sumerge en una trama que como se descubre más adelante está relacionada con todo lo que dejó escrito Lovecraft, así como otros autores como Clark Ashton Smith o Robert W. Chambers. La pregunta es: ¿son imitadores de Lovecraft o el Caminante de Providence solo trató de transmitir en clave un secreto primordial que había descubierto? ¿Qué es exactamente el culto, mezcla de aberrante, decadente, marginal y punk, que ha encontrado Sax? Bienvenido al universo de la locura. Algo nuevo está emergiendo, un poder y dios terrible y secreto, y los protagonistas son meras marionetas de un destino terrible que no pueden controlar, ni entender.

 

Es el fin y el principio. Ahora se encuentra bajo las aguas, pero pronto, en solo unos meses, emergerá. Hasta entonces, duerme. Y sueña.

 

        Durante el desarrollo del comic nos encontraremos con referencias directas de Lovecraft, tales como menciones de dioses como Cthulhu o Nyarlathotep, o lugares como la meseta de Leng. Y en todo esta pringado un misterioso personaje llamado Johnny Carcossa, un extraño narcotraficante cuyo rostro se oculta tras un velo amarillo (puede ser referencia al Hierofante Anciano, el Sumo Sacerdote que no debe ser descrito o Tcho-Tcho Lama, señor de la meseta de Leng y avatar de Nyarlathotep o de Hastur; o al Rey de Amarillo, avatar de Hastur), y a una droga secreta, el Aklo.

        La genialidad de Alan Moore (autor del guion y la historia) consiste en cómo nos narra una reversión sorprendente y al mismo tiempo entretenida, que mezcla el género noir y la novela negra con los mitos de Cthulhu, mientras al mismo tiempo no para lanzarnos guiños de cada uno de los conceptos alrededor de los Mitos de Cthulhu (muchos de ellos puestos del revés). El propio titulo del libro hace referencia al libro prohibido mas famoso que sale en las obras de Lovecraft, el Necronomicón, obra del árabe loco Abdul Alhazred, pero una reinterpretación moderna (neo), lo cual...bueno se entiende con las metáforas finales. Es una obra súper moderna y actual, novedosa, plagada de discotecas suburbanas punkarras y tiendas indie, drogas, vomitonas y fiestas ilegales nocturnas, que esconden secretos más profundos. Un misterio ancestral que nunca debe ser revelado. Los protagonistas molan, y como no podía ser menos en un digno homenaje a  HP Lovecraft, no tienen control ninguno sobre la situación, son solo peleles ante poderes que están más allá de nuestra comprensión. Es más, como lectores, hay mucho que ni comprendemos ni podemos comprender, misterios insondables del abismo profundo, de los Dioses Exteriores y los Primigenios.

        Pese a ser un comic corto (ya finalizado), un solo tomo de 160 páginas, Moore no para de hacerte reflexionar, cada página encierra una metáfora dentro de otra metáfora envuelta en un acertijo. Y el final sorprende, y mucho, no tanto por el resultado en si, como por la reflexión particular que Moore hace del significado de dicho final. El ritmo es ágil y rápido, pero al mismo tiempo alucinante, surrealista, una espiral de locura y perversión cada vez más chunga. Fresquísimo.

        Finalmente el dibujo, obra de Jacen Burrows, es una maravilla. Muchísimo detalle, muy plástico y expresivo, te llena los ojos de colores y sensaciones, te sumerge en la atmosfera tan compleja que Moore ha hilado y Burrows ha pintado. Algunas de las imágenes son sobrecogedoras y al mismo tiempo te llevan a reflexionar muchísimo.




        Tanto la historia como el dibujo tienen un alto contenido de gore, escenas gráficamente agresivas y rompedoras, violencia, etc. Solo recomendado para personas de 16 años para arriba, no impresionables, y que disfruten con este modelo de historia.

        Absolutamente recomendable, un comic imprescindible, te lo ventilas en una tarde tranquilamente, o menos, y solo vale unos 17 o 18 euros, de Panini Comics. Se supone que esta vagamente conectado con la trilogia de comics-novela grafica de Alan Moore Providence. Aun no las he leído, así que no puedo asegurarlo, pero desde luego coinciden en el rollo Cthulhu y horror cósmico.



jueves, 11 de noviembre de 2021

LOS NUEVOS MITOS DE CTHULHU - VARIOS AUTORES

 


        Tenemos otra antología de relatos, parte de la colección Los Mitos de Cthulhu publicados por Edge Entertainment (una editorial española especializada en juegos de rol, de cartas, etc. todo muy friki). Es la misma colección que la antología que ya cite hace tiempo, Ritos de Dunwich (ver link). Al igual que esta, ha sido compilada por Rubén Serrano Calvo, y con Jose M. Rey como editor, y creada bajo el sello de la Nocte (Asociación Española de Autores de Narrativa de Terror). En el link de Ritos de Dunwich que he dejado antes hay bastante información sobre la historia de la publicación de esta colección y de la Nocte; es bastante interesante. Toda la publicación de la colección y la asociación Nocte acabaron en un cristo importante.

        Los nuevos mitos de Cthulhu se publicó en 2011, y es la primera antología de esta colección publicada por Edge. Al igual que el resto de la colección, es una antología formada por autores españoles o latinoamericanos, que hacen homenaje a Lovecraft y a su obra sobre los Mitos de Cthulhu (dejo el link con el post que cree hace tiempo como introducción a este complejo y particular mundo). La antología al final es un complemento de Edge para su principal fuente de ganancias, que son los juegos de rol, en este caso, un complemento para los juegos de rol lovecraftianos. Evidentemente pertenecen al género de terror, más concretamente al horror cósmico.

        Todo lo que contiene este libro es material variado sobre todo este universo, al contrario que los otros libros de la colección que hacen referencia a un aspecto concreto del mundillo (Nyarlathotep, Dunwich, el propio Cthulhu, etc.). En general está inspirada en unas publicaciones anteriores anglosajones que fueron traídas a España por la desgraciadamente quebrada editorial Factoría de Ficción. Concretamente esta se inspira probablemente en La saga de Cthulhu. Algunos de los textos tienen como dios central a Cthulhu y otros a Yog-Sothoth, otras veces se inventa dioses nuevos, etc. Es la antología que abre el resto de la colección. Su nexo común (aparte de pertenecer a los Mitos) es que en la mayoría de los relatos podemos ver como los Primigenios y/o los Dioses Exteriores manejan los hilos que rigen el destino de este mundo, preparados para despertar o regresar en cualquier momento. Varios de los autores son de reconocido prestigio, como Emilio Bueso, Magnus Dagon (seudónimo de Miguel Ángel López Muñoz), Víctor Conde o Santiago Eximeno. Los relatos tienen entre poco más de diez páginas y treinta o cuarenta.




        El primero de los relatos es El sueño de R’lyeh (Ángel Luis Sucasas), es una extraña historia ocurrida en un país ficticio y onírico donde una joven chica es mantenida cautiva en una cabaña en medio de un pantano gigantesco, por parte de un hombre monstruoso que acude periódicamente a violarla y torturarla. Una especie de Lisbeth Salander de fantasía. Esta chica, perdida en su angustia, se volcará en dibujos cada vez más horribles e increíbles, y ella solará acabará diseñando en su mente y dotando de vida al gran Cthulhu, el Dios Durmiente, y al resto de criaturas de este imaginario. Todo proviene de la mente de una chica forzada al límite.

        La ventana en el altillo (Miguel Puente Molins) cuenta como protagonista a un joven estudiante de Física en la ciudad de Arkham, en la Universidad del Miskatonic. El protagonista descubrirá que en la habitación de su pensión se produce un extraño efecto científico, y descubrirá una puerta a una dimensión distinta gobernada por el terrible Hastur el Innombrable, el legendario rival de Cthulhu, ya una ciudad que probablemente se trate de la arcana Carcossa. El relato tiene importantes reminiscencias a la obra de Lovecraft Los sueños de la casa de la bruja.

 

Jamás observes el lago Hali durante el día. Hastur el Innombrable moral en él y suele salir a la superficie para buscar alimento. Su sola visión te puede volver loco, pero si te descubre será mucho peor.

 


Hastur el Innombrable. 


        La casa de Guernica, de Magnus Dagon, uno de los más interesantes relatos de la antología, trata sobre un joven enamorado que trata de descubrir el siniestro pasado que atormenta a su novia. Pronto descubre que este pasado está ligado a los árboles, y concretamente al árbol de Guernica, y a una oscura y antigua casa de la localidad. El relato nos cuenta la historia de esta ciudad y del árbol, el horrible bombardeo que sufrió la ciudad, y como todo se conecta a un antiguo ser llamado Bhaumb el Estático.



Así imagino mas o menos este relato. Arboles malignos devora hombres y todo eso.


        Los acordes de Azathoth (Juan Díaz Olmedo) nos narra los últimos capítulos de la vida de un joven aristócrata y su mejor amigo, quienes se ven arrastrados y consumidos por un extraño culto y tradición musical que encontraron en los bajos fondos, y en cuyos compases reside la música en la que baila el todopoderoso Azathoth, el babeante sultán de los demonios, el dios informe e idiota que baila y babea en el borde del Universo. En este caso, podemos encontrar claras referencias a La música de Erich Zann, también del maestro Lovecraft.

 

Mi amigo me habló de la auténtica naturaleza del motor inmóvil del universo, lo más parecido a una autentica deidad que existe. Azathoth se llamaba aquel ser, una criatura de una naturaleza incomprensible, tan estúpida y cruel como el más infame de los insectos, pero con una magnificencia tal que sobrepasaría a la de cualquiera de las religiones de los hombres. Y aquel que giraba en el centro del universo, no hacía más que danzar eternamente al compás de la música que otras criaturas igual de abyectas tocaban a su alrededor.

 

        Algo pasa con las ratas de Butcher’s Hole (Juan Ángel Laguna Edroso) es un cortito relato ambientado en el entorno medieval y rural de religiosidad enfermiza, bastante chulo. En cuanto a pertenecer a los Mitos de Cthulhu es ligeramente tangencial, más bien es un cuento de terror medieval con ritos antiguos, pero mola igual. El caso de Charles Dexter Ward (una vez más, de HP Lovecraft) también es tangencial, y se considera de las principales obras.

        Finalmente, YGST (Javier Quevedo Puchal) es un pequeño relato que al mismo tiempo que entretener con el terror y los Mitos, también sirve de aviso sobre el peligro que comportan las redes sociales y permitir acceso a tu vida a alguien que solo conoces por un nick en una web. La recientemente casada Kassandra establece una relación por chat en una web de contactos con una extraña criatura a la que solo conoce por su nick en el chat: YGST (cualquier avezado y veterano lector de los Mitos podrá deducir quien se esconde tras ese nombre). Cada vez se siente más subyugada por este ser que le habla quien sabe desde donde directamente a su ordenador, ejerciendo un cada vez mayor control sobre la joven mujer. La toxicidad y la dependencia enfermiza de Kassandra hacia YGST crecen cada vez más, alejándose de su familia, y abandonando su cuerpo y su mente con consecuencias peligrosas para su vida y la de los demás.

 

Se hablaba de seres distintos a cualquiera de los que la ciencia natural conoce. Seres antiquísimos más antiguos que el mismo tiempo, que existen en los huecos entre las distintas realidades.

 

        En resumen: una antología modesta de obras modestas que antaño se podía conseguir por unos 10 euros, y que ahora tiene que conseguirse por la segunda mano (en el enlace que he pasado antes sobre Ritos de Dunwich explico un poco toda la historia de la publicación y sobre cómo puede conseguirse un ejemplar). Ninguno es especialmente decente, pero puede disfrutarse y leerse algún relatillo de vez en cuando. Un ejemplo decente de relatos de este Universo por obra de hispanohablantes en vez de por autores anglosajones. Es un not bad, en general como toda la colección.

        Relación de relatos y autores:

        1. El sueño de R’lyeh, Ángel Luis Sucasas.

        2. Innsmouth, Massachusetts, Emilio Bueso.

        3. La ventana en el altillo, Miguel Puente Molins.

        4. La casa de Guernica, Magnus Dagon.

        5. Los acordes de Azathoth, Juan Díaz Olmedo.

        6. El ascenso, José Alberto Arias.

        7. March & Cía., José María Tamparillas.

        8. Algo pasa con las ratas de Butcher’s Hole, Juan Ángel Laguna Edroso.

        9. Sean bienvenidos… a su horrible final, Roberto J. Rodríguez.

        10. Puertas, Julián Sánchez Caramazana.

        11. YGST, Javier Quevedo Puchal.

        12. El supremo titiritero, Pedro Escudero Zumel.

        13. Alas nocturnas, Víctor Conde.

        14. Visita guiada a la ciudad sumergida, Santiago Eximeno.  


    Los números de la saga completa de los Mitos de Cthulhu publicados por la Edge Entertainment son los siguientes (no llevan ninguna linealidad, así que se pueden leer en cualquier orden):

        1. Los nuevos Mitos de Cthulhu. 2011.

        2. Las mil caras de Nyarlathotep. 2012.

        3. Donde reside el horror. 2014.

        4. Ritos de Dunwich. 2016.

        5. Adoradores de Cthulhu. 2017.




martes, 26 de octubre de 2021

EL AÑO SIN PRIMAVERA - LOS ARCHIVOS DE ARKHAM



        Lo que voy a reseñar esta vez es una de esas obras independientes que a veces hay que probar. La historia de su publicación viene de un grupo de fans del juego de horror lovecraftiano Arkham Horror: el juego de cartas, llamado Los Archivos de Arkham. Este grupo comenzó con la apertura de un grupo de Facebook y una cuenta de Twitter para promocionar determinado blog. A continuación se dedicaron a grabar un podcast a lo que siguió un Patreon de considerable éxito. De este proyecto nació una comunidad de seguidores del material friki inspirado en Lovecraft (especialmente juegos de mesa). Finalmente ante la perspectiva de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento, decidieron lanzar un concurso de relatos entre todos sus seguidores, y los ganadores serian publicados (cediendo los derechos de estos relatos a Los Archivos de Arkham): el resultado es este libro, que se publicó ya en 2021. Una recopilación que recoge los 42 relatos elegidos, todos ellos inspirados en la obra de HP Lovecraft. Por tanto todos son parte de los Mitos de Cthulhu (quien quiera puede ver aquí el post concreto que deje sobre el universo que creo el Caminante de Providence). Se le dio el nombre de I Certamen de relatos: El año sin primavera, en referencia a que ese año, a causa del confinamiento, no hubo primavera. Estábamos encerrados.  

        Son 42 relatos obra de 42 autores distintos, y… bueno. Hay de todo. Son 42 relatos en 221 páginas, por tanto hablamos de microrrelatos, ninguno pasa de las 3 o 4 páginas de extensión. Los microrrelatos son de por si un género especial, apenas te da tiempo a meterte en el rollo de la obra y ya se ha terminado, y el siguiente es un rollo absolutamente distinto. Es un libro para leer con calma de vez en cuando, y disfrutarlo mientras frikeas con las ideas que otra gente saca inspirándose en los Mitos de Cthulhu.

        Ante todo, debemos entender que es una obra friki, editada (autoeditada mas bien) por frikis, y con frikis como autores. No una obra profesional editada por una editorial profesional. Así que tenemos que entenderla como tal. Los microrrelatos son entretenidos en general, algunos mejores y algunos peores.




        Pasteles de primavera, de Lin Carbajales, nos cuenta la historia de una extraña invasión extraterrestre de seres que adoran a algunos Primigenios y Dioses Exteriores. Active el PROTOCOLO SHELLEY, de Borja Alonso Alonso, nos cuenta un breve episodio de una agencia de policía espectral y paranormal. Estado de confinamiento, de Rafa Hernández García, hace una breve revisión de algunos de los episodios y personajes de las obras de Lovecraft (el profesor Danfort, los hechos acaecidos en Dunwich y en Insmouth, etc.) por parte de un académico que trata de esclarecer profundos misterios. La suerte está en la bolsa, de Dácil Muñoz Porta, es un relato de rol puro (se nota lo rolero que es el autor) donde participa la Logia del Crepúsculo de Plata, una habitual de los juegos del rol de Cthulhu.  Estos son algunos de los relatos más interesantes de la recopilación para mi gusto.

 

Admira la condenación de la Humanidad, niño. Hazlo antes de que los monstruos nos dejen ciegos.


        En general es un libro factible, pero de colección. Es recomendable solo para los frikis del roleo, concretamente del roleo rollito Cthulhu, o, como es mi caso, para los fans (u obsesos) de todo lo que tenga que ver con Lovecraft y los Mitos de Cthulhu. No es ninguna obra de arte imperecedera, pero tampoco lo pretende, y por los 8 euros que vale en Amazon (dejo aquí el enlace), 2.99 en ebook y gratis si tienes el Kindle Unlimited, pues está bien. Yo lo añado a mi colección y creciente biblioteca sobre este Universo de caos y dolor.

        La edición esta publicada a través del servicio de publicaciones de Amazón (concretamente creo que el libro se imprimió en Alemania). Cuenta con tres ilustraciones sencillas, una para cada uno de los tres relatos que se consideraron los mejores de la recopilación.



Una de las tres ilustraciones.

        Puede consultarse la web de Los Archivos de Arkham. Cuenta con algunos apartados interesantes, como por ejemplo un Mapa (pulsar enlace) para encontrar comunidades para rolear con los juegos de mesa, tiendas, ludotecas con material friki lovecraftiano disponible, etc. por toda España.







martes, 17 de agosto de 2021

INSANIA TENEBRIS - VARIOS AUTORES



        El Insania Tenebris es una de esas rarezas sacadas a pequeña escala, muy rollo underground. No ha tenido apenas publicidad, no tiene detrás a ninguna gran editorial ni grupo de medios de comunicación importante (EJEM, Planeta, EJEM). Pero eso no resta excelencia. Mas bien se la añade, es algo exclusivo, y especial, lejos de los grandes canales. 

        Insania Tenebris es una pequeña (32 paginas) publicación que fusiona la narrativa lovecraftiana con doce ilustraciones (grabados) obra de Raúlo Cáceres, de las cuales hablaré brevemente más adelante. Supongo que podría considerarse novela gráfica.

        El librito está narrado de forma epistolar: cartas, atestados judiciales, informes del ejército alemán nazi, artículos de periódico, etc. Los autores (hay varios) van hilando uno con el siguiente para contarnos así la extraña y terrible historia de los doce grabados de los que he hablado antes, la maldición que acompaña a cada uno de ellos, y que no siempre nace de las aberrantes imágenes que encierran. En otras palabras, cada uno de estos informes o cartas se asocia a uno de los grabados.

        El hilo conductor que une todo esto es que en general todo el libro es un dossier que recoge la investigación sobre los grabados reunida por un especialista en arte para un misterioso cliente, Sir Dragan Sayhkyinn. Sir Dragan en principio solo le encarga que investigue sobre uno (que en el dossier figura el ultimo, el doceavo), pero el investigador halla once grabados mas del mismo artista, y extraños documentos emparejados a ellos. No solo nos narra la cronología de estas obras, sino la biografía (o la poca que se conoce) de su extraño autor: Rodolfo Castra Anellus, un discípulo del pintor español Francisco de Goya, y según la leyenda, quien sumergió al artista sordo en la locura.

        Todo el libro está plagado de la temática de los Mitos de Cthulhu (quien quiera, tiene en ese enlace un post que resume brevemente el subgénero) que iniciara el maestro Lovecraft. Por ejemplo, en general toda la obra se compone del clásico cliché lovecraftiano sobre acercarte demasiado a un oscuro secreto, a un conocimiento prohibido. Como Abdul Alhazred, el árabe loco, el autor del Necronomicón (o cualquiera de los otros autores de libros innombrables  de los Mitos), Rodolfo Castra se acercó demasiado al a lo que no debe desvelarse y fue consumido. Pero nos dejó su obra, y cualquiera que se acerca a ella, es consumido igualmente. Pero también tiene referencias a otros autores, como los hombres serpiente y su ancestral ciudad de Valusia, creaciones de Robert E. Howard (autor del héroe Conan), uno de los escritores contemporáneos y amigos del Caminante de Providence.

 

La sangre riega la tierra

donde mil retoños oscuros nacerán,

cien tentáculos atrapan la carne,

mil bocas que alimentar.

Muéstrales la horrenda verdad:

no hay cielo,

no hay salvación.

Solo tortura sin perdón,

almas sodomizadas jamás hallan la paz.

 

        La calidad de las imágenes es excepcional, todas en blanco y negro y con un fuerte horror vacui (“horror al vacío”), o sea, Raúlo Cáceres aprovecha cada centímetro de espacio que tiene. Los dibujos tienen un importante contenido sexual, y una aún más dura violencia, escenografía gore, etc. No tiene miedo a mostrar escenas bizarras, bestias, gore, etc. Es sórdido, visceral, y a la vez hermoso (si te mola el rollo, claro). Decapitaciones, desmembramientos, personas siendo devoradas, etc. No voy a mostrar en el post más que una sola de las imágenes de los grabados, como ejemplo del arte, porque suponen el 50% de la obra, seria destripar demasiado sacar más. Pero todas molan un montón.



Uno de los grabados.


        Los textos no le van a la zaga a las imágenes, están muy bien hilados y molan bastante, dentro de que todo es un micro relato, muy cortito. Apenas un vistazo, una ventana, a la locura (algo muy del género, por otro lado). Es interesante como los maquetadores del proyecto se han encargado de que cada capitulo parezca exactamente lo que es: una carta del siglo S.XVII, un articulo de un periódico italiano, un informe de las SS nazis, etc. Se leen muy a gusto, y son amenos.

 


Periódicos de los años 30 sobre un viejo misterio relacionado con uno de los grabados. 


        La obra puede ser leída por cualquier amante de este tipo de imágenes, en plan Luis Royo, pero será más apreciada por un amante del terror, y aún más si es un conocedor de los Mitos de Cthulhu y de la obra lovecraftiana y sus continuadores. La forma en que imagina los perros de Tíndalos creados por Frank Belknap Long en Los perros de Tíndalos (1929) me parece especialmente espectacular. 

 

Nos acechan desde el Génesis, desde la caída, y odian la pureza de las curvas de la que procedemos.

 

        Los autores de la parte escrita son un grupo de autores que se juntaron para este proyecto, y que se han hecho llamar Los bastardos de Abdul Alhazred. Cada uno escribe uno de los doce documentos que se emparejan a los doce grabados. El ilustrador es Raúlo Cáceres, conocido dibujante de comics español que ha trabado para la editorial americana Avatar Press. También ha estado asociado al mundo friki, de rol y tal.

        La obra se publicó en 2020 por la marca cordobesa underground Fuzz T-Shirts, en colaboración con otras marcas undergrounds como Crash Comics, Exhumed Movies y Miskatonic Videos. Puede adquirirse directamente en la página web de Fuzz T-Shirts, en el siguiente enlace, por la modesta cantidad de 10 euros. Además, las personas al cargo de la tienda son muy majas, viene envuelto con mucho mimo, y te regalan unas pegatinas y tal muy chulas. Absolutamente recomendable.




Una de las pegatinas que me regalaron con el envío, cuando les encargué el Insania Tenebris.





jueves, 27 de mayo de 2021

RITOS DE DUNWICH - VARIOS AUTORES



        Esta antología de relatos forma parte de la colección Los Mitos de Cthulhu publicados por Edge Entertainment, editorial española especializada en juegos de rol, de cartas, de tablero, etc. Todo muy del mundo friki. Son la casa que lleva las colecciones de juegos lovecraftianos como La llamada de Cthulhu, Arkham Horror, etc. Todos los libros de la colección, que se inició en 2011 con la publicación de Los nuevos Mitos de Cthulhu, han sido ideados y compilados por Rubén Serrano Calvo, y con Jose M. Rey como editor. Del mismo modo, todos sus libros (menos el último, Adoradores de Cthulhu, de 2017) fueron creados bajo el sello de la Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror para Edge Entertainment. El infierno editorial en el que sumergió tanto la Nocte, como Edge, como la propia colección, lo veremos más adelante. 

        La colección se pensó como una serie de libros temáticos dedicados a un lugar (Dunwich) y/o deidad (Cthulhu, Nyarlathotep, etc.) o concepto en exclusiva, escritos por autores españoles o latinoamericanos, en homenaje a Lovecraft y a su obra y su creación de los Mitos de Cthulhu. Un complemento de Edge para su principal fuente de ganancias, que son los juegos de rol, en este caso, un complemento para los juegos de rol lovecraftianos. Evidentemente pertenecen al género de terror, mas concretamente al horror cósmico.

        Ritos de Dunwich es una antología que se publicó en 2016, y todo su contenido está dedicado a este pueblo y comarca malditos y ficticios, creaciones del Caminante de Providence. Todos los relatos reflejan ese sabor de lugar alejado, castizo, con un atraso endogámico y podrido, malsano, y plagado de una religiosidad enfermiza y sectaria, muchas veces adorando a entidades malignas como los Primigenios o los Dioses Exteriores. No están conectados excepto por la temática de Dunwich, así que en algunos es un pueblo que parece anclado en 1900 o antes, y en otros es un pueblo actual pero repleto de malrrolleo y paletismo. Un entorno natural y rural, atrasado, corrupto, manchado, enfermo. No te limpia, como suele hacer el campo, te contamina. En ese rollo, recuerda un poco al gótico sureño, con obras como El diablo a todas horas, de Donald Ray Pollock, con la diferencia de que aqui si que hay elementos sobrenaturales, y de hechos son totalmente hiperbólicos, no detallitos. Todos los relatos se conciben como posibles secuelas de la obra de Lovecraft El horror de Dunwich (1929), que ya mencioné en mi primera reseña de la sección sobre los Mitos de Cthulhu, primera obra donde es mencionado el pueblo y de hecho este es otro protagonista. Como tal el Dios Exterior Yog-Sothoth, la Llave y la Puerta, el Abridor del Camino, dios que representa la omnisciencia total, es la principal deidad mencionada en esta antología (no en todos, por ejemplo en uno la deidad principal es Hastur), ya que también es el más importante del relato de HPL. También destaca la familia Whateley, muy importante en la citada historia, que pactaron con Yog-Sothoth.

 


Yog-Sothoth. Fanart por Dominique Signoret. (Fuente: Imgur).


Él te da, pero también exige a cambio unas prestaciones que te atan para siempre.

 

Es puerta y es llave convertida en infinidad de moléculas, a modo de esferas, de diferentes colores.

 

        La antología en conjunto está inspirada en una antología anterior, que a España llegó de la mano de la desgraciadamente desaparecida editorial española Factoría de Ideas, llamada El ciclo de Dunwich, que poseía la misma base teórica. Casi todos los libros de esta colección de Edge se inspiran en tomos similares que publicó en España la Factoría de Ideas. La diferencia es que los relatos compilados en los libros de Factoría de Ideas se publicaron entre los años 70 y los 90, y que sus autores son anglosajones. En general estos, los de la Factoría, son de mucha más calidad, y publicados en años distintos, y los libros son recopilatorios, pero no el lugar de publicación original. Los de Edge figuran todos como publicados en el año correspondiente (cada libro en su año) en exclusividad para Edge y para estas ediciones.

        Es una antología modesta, así que tenemos de todo (como ocurre en toda la colección). Desde relatos considerablemente buenos, incluso alguno destacable, hasta algunos sinceramente malos, pasando por bastantes mediocres, o que no aportan absolutamente nada. La mayoría de los autores son bastante desconocidos, y cada relato tiene de diez a treinta o cuarenta páginas como máximo. Muchos de ellos están escritos usando la táctica de primera persona epistolar que usaba Lovecraft: la narración es un documento que ha dejado el protagonista-narrador para un posible lector futuro, como aviso. Algunos de ellos están muy bien, y de verdad representan un homenaje, otros son bastantes malos y este uso de la primera persona es únicamente porque es más sencillo escribir un relato desde la subjetividad.  Uno de los problemas que yo veo es que muchos han sido escritos por gente que no posee un verdadero conocimiento de Lovecraft, no ha efectuado una lectura exhaustiva del autor y de sus continuadores (como si hicieran la mayoría de los que publicarán en las antologías de la Factoría), sino que son frikazos que más que leerle han jugado a los juegos de rol que tienen inspiración lovecraftiana. Esto da lugar a aspectos y fallos que un verdadero seguidor de Lovecraft detecta. Por ejemplo, habitualmente confunden a los Primigenios con los Antiguos.




Portada del libro.

        El relato que abre la antología es el propio El horror de Dunwich, para ponernos en contexto. Le siguen trece relatos, de los cuales reseñare los que me parezcan más interesantes.

        Un poco de hospitalidad (Roberto J. Rodríguez) no es más que una historia de paletos sectarios y asesinos estilo sureño más digna de un nuevo remake de Two Thousand Maniacs! que de nada “cthuideo”. La ciudad al borde del tiempo (Francisco José Segovia Ramos) sube un poquito el nivel, y aunque no aporta especialmente nada nuevo, ya que es la historia de un matrimonio que de vacaciones van a parar a ese pueblo condenado, lo que cambiara su vida para siempre, por lo menos se lee agradablemente.



Cuadro American Gothic de Grant Wood, pintado en 1930. Representa la idea de Dunwich, ese ruralismo castizo y atrasado, incluso amenazante, mirándote fijamente con la horca. 


De ese pueblo maldito, de sus habitantes degenerados y oscuros, de su rio hediondo y sus cuevas habitadas por seres inhumanos, no queda nada. (…) Tal vez viajamos a un pasado terrible y malévolo. Quizá esa niebla pegajosa y maloliente nos transportase en el tiempo y en el espacio.

 

        Con A dos millas de Dunwich, por Aitor Solar, ya entramos en materia. Nos cuenta la historia de dos jóvenes aspirantes a guardiamarinas (los típicos rescatadores, como en la película The guardian, 2006) se entrenan y sirven en una base a dos millas de Dunwich. Uno de ellos iniciará una compleja relación con una joven de la localidad, lo que lo sumergirá en un mundo de horror que recuerda a Cronenberg y Barker: cárnico. La endogamia se hace presente en todo su horripilancia y repugnancia, en cotas surrealistas, y con seres deformes, indescriptiblemente amorfos y asquerosos, en un contexto bestial y depravado. Es un relato muy plástico y descriptivo, la criatura presentada y el desenlace, muy buenos.

 

Esa cosa…no sé cuánto debía de pesar, pero ocupaba buena parte del cobertizo con una capa tras otra de grasa de la que surgían extraños apéndices temblorosos y peludos como los de un artrópodo albino, bocas o vaginas vestigiales, y otras cosas que prefiero no recordar. Y en todo lo alto, ¡lo juro, había un rostro!

 

        El regulador (Juan Díaz Olmedo) es la historia de un sórdido asesino a sueldo de baja estofa, muy ambiente Barker o de novela negra, contratado por una oscura secta para cumplir en Dunwich un sacrificio que se lleva siglos repitiendo. Llevarlo a término o no puede suponer mucho más que su vida, puede significar el acceso a nuestra dimensión de un antiguo dios. Se menciona al viejo Whateley, el patriarca del clan que durante los tiempos de El horror de Dunwich pactó con Yog-Sothoth, apareó a su hija con él, y fue el culpable del nacimiento de Wilbur Whateley y de su aún más terrorífico hermano. Y también se menciona como el viejo liberó definitivamente toda la maldad que ya llevaba tiempo cociéndose en ese pueblo, y lo convirtió en uno de los portales a la locura en la Tierra.  



Escena del videojuego de Blair Witch, que refleja un poco la idea de pueblo corrupto.



Escena del videojuego Silent Hill, otro famoso pueblo condenado. 

        Dunwich, Inglaterra (Rocío Tizón) es rol puro. Trata sobre unos frikis de Lovecraft, seguidores de su literatura y todo el rol que nace de su obra, que han localizado el perdido pueblo de Dunwich, resultando que este era real, solo que estaba en Inglaterra y no en EE.UU. Van a pasar sus vacaciones allí, a visitarlo, y descubren que quizá había mas verdad en los relatos del Caminante de Providence de lo que parecía. Curiosamente aquí la deidad no es Yog-Sothoth, sino Tawil Al‘Umr (o 'Umr At-Tawil), El de la Vida Prolongada, un Primigenio que custodia el Último Portal, antesala del conocimiento absoluto, o de un nuevo estado de existencia y sabiduría. Pertenece al llamado Ciclo onírico de Randolph Carter, una saga de historias (novelas cortas) de Lovecraft, concretamente aparece en A través de las puertas de la llave de plata (1934). Cubre su rostro con un velo, y se dice que quien observe bajo el, se volverá loco. Es un Primigenio generalmente asociado a servir a Yog-Sothoth (por tanto aparece por conexión), a veces considerado un avatar del mismo.




Tawil Al‘Umr (o 'Umr At-Tawil), El de la Vida Prolongada. Fanart. (Fuente: Pinterest).


El mismo. Fanart. (Fuente: Pinterest).

        Estirpe impía (Oskar Maestu) narra un terrible episodio de la vida de Catherine Whateley, la última de la maldita familia Whateley, y como esta es acechada por entidades innombrables.

        Finalmente, Esperando a los Dioses (José María Tamparillas) versa sobre una niña, Myriam, que forma parte de una antigua y terrible secta que domina toda la vida social en Dunwich, gobernada por el infame Isaiah Whateley. Todo el mundo es un posible sacrificio, y viven esperando el advenimiento de sus Dioses y el Fin de los Tiempos, donde ellos, los únicos verdaderos creyentes, serán recompensados.

 

No, no es un diablo, es otra cosa, algo mucho más antiguo y más malvado. Si consigue entrar en nuestro mundo, lo convertirá en un erial de destrucción y locura.

 

          El resto no me parecen especialmente dignos de dedicarles una mención.

        En resumen, ninguno me parece destacable, en ninguno piensas “oh Dios, que bueno”, pero hay algunos disfrutables, en mi opinión, los citados. No está mal para leer una cosa corta de vez en cuando y leértelo con la calma. Aunque no es lo bastante decente para devorarlo.

        Antiguamente se podía conseguir por menos de 10 euros en casi cualquier librería, como todo el resto de la colección, pero actualmente están totalmente desaparecidos. En la web de Edge figura como agotado desde hace eones y dudo que jamás lo repongan, en las librerías se terminó hace tiempo, aunque a lo mejor queda alguno si se consulta Todostuslibros. En Todocoleccion no está (al menos ahora), pero quedan unos cuantos (algunos incluso por los 9.45 euros originales) en Iberlibro y en Amazon. Si a alguien le interesa, es su oportunidad. También podría intentarse en Wallapop. 

        La historia de esta desastrosa publicación es la siguiente. En primer lugar la Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror, que nació en 2007 y contaba entre sus filas con autores/as interesantes como Pilar Pedraza y Emilio Bueso, se disolvió en 2016 por problemas de dirección, entre otras cosas. Tal es así, que si ahora vas a su dominio web, es una empresa de fontanería con servicio 24 h. El fin de la Nocte imagino que tuvo que ser uno de los factores que marcó el principio del desastre. Rubén Serrano Calvo siguió al frente del proyecto, y fue igualmente el compilador del último libro, Adoradores de Cthulhu, pero esta antología final ya no figuraba como bajo el sello de la Nocte ni creado por ellos.

        Por otro lado, supongo que la escasa calidad de muchos de sus relatos provocó que probablemente las obras no se vendieran demasiado, lo que sumado a la caída de la Nocte, hizo que Edge perdiera progresivamente el interés en todo el proyecto. Dejó toda la publicación de esta rama literaria, pese a que seguía bajo su propiedad, en manos de una compañía de juegos de rol estadounidense llamada Fantasy Flight Games (me lo dijo un agente de la propia Edge en un mensaje de Facebook), que también proporciona juegos a España (de hecho creo que varios de los que vende Edge son comprados a esta), y tiene sucursal en este país. Desconozco las características del trato, pero intuyo que la compañía de EE.UU mostró un interés nulo por los libros, y consecuentemente, desaparecieron de las estanterías. Nadie siguió su publicación.

        En mensajes en sus redes sociales, incluyendo el propio foro de su web, llevan del orden de cuatro años mínimo prometiendo que las nuevas ediciones de estas obras está cerca, que ya para verano, que en nada, etc. Pero nunca ha salido nada de lo prometido. Y a partir de un momento, directamente dejaron de contestar a los mensajes de los enfurecidos seguidores, cada vez escritos con mayor (justa) ira por desaparecer de ese modo.

        El tortazo editorial de Edge no terminó aquí, llegó más lejos: iniciaron la publicación de dos sagas centradas en los universos de Lovecraft. Aguas sombrías y El señor de las tinieblas. Sacaron el primero de cada una y…adiós. Nunca más se supo. En EE.UU (los autores eran estadounidenses, Edge traía la traducción a España) las trilogías continuaron y terminaron como es normal, pero Edge abandonó el proyecto sin dar más explicaciones y sin avisar. Ni siquiera llegó a reconocer nunca que lo habían abandonado, imagino que para que les comprarán las existencias que les quedaban por ahí, y ante las preguntas de los fans de cuando pensaban sacar las continuaciones (porque hacía meses que en EE.UU ya estaban disponibles en inglés), prometían que pronto, que enseguida. Lo que nunca se cumplía. Actualmente, supongo que ya por vergüenza, han retirado los dos números del catálogo de su web. Pero los otros siguen apareciendo, figurando como “agotado” o “en reposición”, y así estarán hasta que Cthulhu despierte en su tumba acuática en R’yleh, supongo.

        De todos modos todo lo relacionado con Cthulhu parece estar sujeto a una maldición, casi siempre acaba desapareciendo, la editorial se va a pique, y los ejemplares se convierten en un tesoro buscado por las páginas de segunda mano por cientos de cultistas ávidos de secretos innombrables como yo.

        En resumen: es un libro que tienes que conseguir casi seguro de segunda mano (a no ser que te hagas con uno de los últimos originales que quedan, y que creo que están solo por Amazon), no quedarán muchos, y tiene una calidad relativa. Ninguno de los autores es famoso, yo no conocía ninguno. Si eres un frikazo de este universo, te valdrá, sobre todo si pescas uno de los de 9 euros. Si no te va este estilo o no has probado nunca los universos de Cthulhu, no empiezas por aquí, no merece la pena, empieza directamente por Lovecraft (los que cito en este artículo) o en su defecto por otras obras que iré reseñando aquí. No es para todos los públicos, algunos relatos se hacen pesados y cargantes, y al final, es más un objeto de colección, incluso una rareza, que un libro que vayas releer por placer.

        La calidad de la edición es respetable, tapa blanda con una ilustración chula que podía ser una imagen de El horror de Dunwich. Trece relatos, más el de Lovecraft, y un prólogo de página y media de Rubén Serrano que presenta la antología, sumando 333 paginas. La primera página tiene el clásico Símbolo Arcano más famoso, la versión de Derleth, que mantiene prisioneros a muchos Primigenios, y la segunda página una imagen como de grimorio antiguo con el año de edición (Anno Domini MMXVI, osea, 2016) en números romanos y tal. Detallitos chulis.



Símbolo Arcano de la primera pagina. 



Segunda pagina, maquetada en plan grimorio.


        PD: gran parte de lo que he dicho aquí vale para cualquiera de los otros cuatro libros, así que en sus reseñas correspondientes, lo copypasteare. 

 

Dunwich llama a los desquiciados. La locura germina en su tierra maldita y enraíza poderosa.

 

     

        Relación de relatos y autores/as:

        1. El horror de Dunwich, de Howard Phillips Lovecraft.

        2. Un poco de hospitalidad, de Roberto J. Rodríguez.

        3. La ciudad al borde del tiempo, de Francisco José Segovia Ramos.

        4. A dos millas de Dunwich, de Aitor Solar.

        5. No han sido suficientes, de Javier Martos Angulo.

        6. El regulador, de Juan Díaz Olmedo.

        7. Frutos del bosque, de Beatriz T. Sánchez.

        8. Hijo del umbral, de Julián Sánchez Caramazana.

        9. Retorno a Dunwich, de Pedro L. López.

        10. Inocencia (El país noche dentro), de Álvaro Aparicio.

        11. Dunwich, Inglaterra, de Rocío Tizón.

        12. Estirpe impía, de Oskar Maestu.

        13. Esperando a los dioses, de José María Tamparillas.

        14. Tras los pasos de Heinrich Schliemann, de Juan Ángel Laguna Edroso.

 

    Saga completa de los Mitos de Cthulhu publicados por la Edge Entertainment (no llevan ninguna linealidad, así que se pueden leer en cualquier orden):

        1. Los nuevos Mitos de Cthulhu. 2011.

        2. Las mil caras de Nyarlathotep. 2012.

        3. Donde reside el horror. 2014.

        4. Ritos de Dunwich. 2016.

        5. Adoradores de Cthulhu. 2017.










jueves, 6 de mayo de 2021

LOS MITOS DE CTHULHU - HOWARD PHILLIPS LOVECRAFT



        Este subgénero, los mitos de Cthulhu; suponen uno de mis vicios “secretos”, y como tal, les voy a dar en mi blog su propio apartado. Además considero que tienen sus propias características diferenciadas del terror simple como para tener un espacio para él solo, y existe aún hoy toda una subcultura underground de literatura lovecraftiana, aunque algunos hay que buscarlos con lupa. Al igual que el Género Bizarro, es como el cine de serie B, pueden encontrarse verdaderas joyas. 

        Pero para empezar el apartado, primero hay que hablar sobre las principales obras que constituyen sus manifiestos fundacionales, pero antes hay que hablar del autor y de su estilo, el horror cósmico.

        La literatura de horror cósmico (a veces mal llamada cosmicismo) nació de la cabeza y pluma de Howard Phillips Lovecraft, que a su vez heredaba del subgénero weird fiction (genero de fantasmas perteneciente al terror utilizado, entre otros, por Edgar Allan Poe). Lo que empezó como una rareza de un autor bastante rarito, acabo convirtiéndose en una verdadera filosofía literaria, con sus propios seguidores.

        Lovecraft superó el terror gótico clásico de fantasmas y castillos por un horror más palpable, que se materializa a través de monstruos aberrantes, dioses cárnicos terribles, criaturas malignas invasoras. Todos estos seres provienen de otros mundos (otras dimensiones u otros planetas), pero son tan radicalmente superiores a nosotros, con unas capacidades tan por encima, que muchos de ellos son concebidos como dioses antiguos. Quitando algunas excepciones, como Hastur, suelen ser seres gigantescos e informes, con muchos tentáculos, miembros, bocas, dientes, etc.

 

Seres lovecraftianos.


        Lovecraft, llamado el Caminante de Providence, nacido en la ciudad estadounidense de Providence en 1890, tuvo una vida bastante desgraciada. Engendrado en una familia de tradición burguesa venida a menos, desarrolló una personalidad elitista pero sin grandes medios económicos. Su padre murió cuando era muy joven y fue criado por su madre, sus tías y su abuelo, que le enseñaron a no relacionarse con gente que consideraban inferiores (principalmente negros o cualquier clase de extranjeros, fue criado en un ambiente sumamente racista). Según parece, las características despóticas de las mujeres que lo criaron influyeron en desarrollar una personalidad parcialmente misógina en Lovecraft (solo hay una mujer importante en toda su obra literaria). Otros afirman que pese a que sus tías eran innegablemente unas arpías burguesas empobrecidas, la misoginia de Lovecraft, como otras de sus afecciones psicológicas, vino de su aislamiento fusionado con sus fantasías infantiles de desear ser un guerrero nórdico y su personalidad hipersensible constreñida por una timidez crónica que le impedía manifestar correctamente su mundo interior, y a todo esto se suma el tradicionalismo de su abuelo y las mujeres. Todo esto generó en Lovecraft un sentimiento de rechazo y temor hacia el género femenino. Existen pocas dudas acerca de que para cuando alcanzó la edad adulta, este autor era un saco de complejos, temores, y trastornos, y muchos aseguran que fue este este terrible coctel lo que marcó la diferencia para que creara su complejo universo. 

 

Howard Phillips Lovecraft.


        Su personalidad se forjó enfrentando fracasos, por ejemplo su fracaso al intentar convertirse en astrónomo debido a su nula capacidad con las matemáticas, y más adelante el escaso éxito que tuvieron sus relatos. Vivió en New York un tiempo pero no le gustó, y se volvió a Providence, donde vivió prácticamente como un ermitaño, menos por ciertas visitas de amigos cercanos, y frecuente correspondencia que mantenía con abundantes escritores del mismo estilo que él. No es de extrañar que con esta vida, decidiera escaparse a mundos de fantasía, o que su obra esté completamente absorbida por un fuerte pesimismo.

        Lovecraft vivía principalmente de lo que sacaba por algunos relatos y novelas cortas que le compraban algunas revistas pulp (término que hace referencia a un formato de encuadernación en rústica, barato y de consumo popular, de revistas especializadas en narraciones e historietas de diferentes géneros de la literatura de ficción) como Weird Tales. Acabó alcanzando cierta relativa fama, pero solo entre algunos fans del género, así como de otros escritores, muchos de ellos se convirtieron en sus seguidores. Nunca fue un hombre adinerado ni de grandes ingresos. Vivió toda su vida alternando entre la depresión y la sensación de fracaso, e intentos por combatir estos sentimientos. 

        Lovecraft no olvidó su "formación" (libros que leía) científica inicial (aunque habría que calificarla más bien de pseudo-científica en muchos aspectos), y esta impregna su obra y su lenguaje, a menudo extremadamente técnico, y sus ideas. Contrariamente a lo que mucha gente ha creído incluso hoy día, Lovecraft no creía en sus obras, no creía en Cthulhu ni en dioses Primordiales: él era un ateo convencido, y afirmaba no creer en nada más que en la razón. Como tal, en sus diarios, llevó un registro pormenorizado y completo de la enfermedad intestinal que finalmente lo mató en 1937, expresando sus sentimientos y sensaciones: dolor, resistencia relativa, etc. por si podía ser de utilidad a investigadores médicos posteriores. Estuvo añadiendo aportes casi hasta el mismo día de su muerte, pese al dolor extremo. Murió solo, en su habitación del hospital, en Providence, pues sus tías no estaban en ese momento. Cuando la enfermera acudió por la mañana a cambiarle la medicación, ya había muerto. En su tumba figura una de las frases que escribió en una carta a un corresponsal: “Yo soy Providence” (“I am Providence”).

        Lector voraz y consumado, su estilo está impregnado de muchos autores que le precedieron, y también de algunos contemporáneos, pero a quien consideraba su maestro por encima de todos es a Edgar Allan Poe: su pesimismo y depresión crónica encontraban un reflejo gemelo en el Caminante de Providence. Algunos de los otros autores que más le influyeron fueron Arthur Machen y su forma de traer el horror a paisajes bucólicos de belleza clásica grecolatina (El gran dios Pan, 1894); William H. Hodgson y sus paisajes de horror inenarrable y apocalipsis (El Reino de la Noche, 1912); Lord Dunsany y su universo onírico (Cuentos de un soñador, 1910); o Robert W. Chambers y su terror estético y misterioso (El Rey de Amarillo, 1895).

 


Tumba de Lovecraft. “I am Providence”.

 

        En el universo de Lovecraft no hay lugar para la esperanza, el único destino de las personas es el sufrimiento y la muerte. Aquellos personajes que logran alcanzar algún tipo de conocimiento de índole superior, invariablemente pagan el precio con la locura o con algo aún más terrible, por ejemplo ser devorado por x criatura, o ser arrojado a un universo de dolor para toda la eternidad. Es el concepto de conocimiento prohibido. Los únicos personajes que no acaban mal son aquellos que se han dado cuenta de que más allá de tal punto solo hay muerte, y deciden no franquearlo y se desentendienden a tiempo.


Vivimos en una placida isla de ignorancia en medio de negros mares de infinitud (…). Pero algún día el ensamblaje de todos los conocimientos disociados abrirá tan terribles perspectivas de la realidad y de nuestra espantosa situación en ella, que o bien enloqueceremos ante tal revelación, o bien huiremos de esa luz mortal y buscaremos la paz y la seguridad en una nueva edad de tinieblas.


        Nuestro autor era un “carteador” nato, y como tal, esto se traslada a muchas de sus obras: habitualmente están escritas en un estilo epistolar. El personaje protagonista ha descubierto algo terrible y al saber que su fin  está cerca, deja en su testamento esta historia final o carta para quien quiera leerla, donde narra lo acontecido.

        En los mitos de Cthulhu, las figuras principales (que no los protagonistas, que siempre son pobres desgraciados que se dan de bruces con algo que no debían) son unos seres alienígenas, venidos del espacio, o de mas allá, de otras dimensiones, llamados Primigenios o Dioses Exteriores. Más adelante llegaremos al tema de la clasificación, que no fue obra de Lovecraft, pero en definitiva, estas son las dos clasificaciones principales de los dioses alienígenas de este universo. Se asume generalmente que los Primigenios (“Great Old Ones”) son un poquito menos poderosos (aun así muy por encima de nuestra imaginación) y muchos de ellos están sellados en la Tierra (otros en otros planetas) por un tercer tipo de divinidades: los Dioses Arquetípicos (los griegos clásicos, entre otros, entrarían aquí). Los Dioses Exteriores viven en dimensiones del espacio exterior, muy lejos, en la oscuridad absoluta y total de sus propios universos malignos; y son los seres más poderosos de todos. Son gobernados por Azathoth, “el necio sultán de los demonios”, una deidad lobotomizada, informe e idiota pero totalmente omnipotente que gime y babea en el Vacío Final. Todos estos seres son absolutamente malvados y malignos, la única razón por la cual no destruyen la Tierra entera es porque no les interesamos, pasar desapercibidos es la única opción. Poseen el poder de manipular las reglas del espacio y el tiempo, de retorcer la realidad a su antojo. No hay nada, al menos desde nuestra perspectiva, que no puedan hacer. Algunos están aliados, otros guerrean entre ellos.

 

 

Azathoth, la bestia idiota que roe y babea en el Vacío Final.

 

        Además de estos dioses, existen multitud de razas que Lovecraft creó, como los Mi-Go, los Profundos, la Gran Raza de Yith, o los Antiguos, que también tienen complejas redes de alianzas y conflictos. La mayoría de estos, adoran a unos u otros Primigenios y/o Exteriores. También existen varios libros-grimorios que contienen conocimientos secretos y prohibidos, cuya simple contemplación puede poner la realidad en peligro. Estos libros no son reales, solo existen dentro del universo de sus autores, pero se repiten en muchísimos relatos. El más famoso de todos  es el Necronomicón, escrito por el árabe loco Abdul Alhazred, creado por el propio Lovecraft. Hay otros también muy importantes, como el De Vermis Mysteriis (“los misterios del gusano”) escrito por Ludwig Prinn, creado por Robert Bloch; o El libro de Eibon, escrito por el nigromante hiperbóreo Eibon, ideado por Clark Asthon Smith.

        Lovecraft no escribió ninguna novela de larga duración, pero escribió varios cientos de obras: Tercera Fundación tiene indexados 636 originales entre ensayos literarios, poesías, relatos, novelas cortas y colaboraciones con otros autores. No todo esto puede incluirse en su corpus de los mitos de Cthulhu.

        Para entender esta parte de su literatura, y a su vez, aprovechar toda la obra de los autores que le sucedieron y que escribieron con este mismo estilo, es necesario, o recomendable al menos, leer algunas de las principales obras del autor, a saber, las siguientes.

        La más importante y la que lo inició todo fue La llamada de Cthulhu (1926). En él se manifiesta como un joven heredero rastrea un viejo ídolo cuyo origen no logra identificar, consistente en una especie de ser con barba de tentáculos. Esta investigación le acaba llevando a conocer que el mito de la Atlántida se basa en la ciudad perdida y sumergida de R’lyeh, donde yace dormido Cthulhu (el Durmiente), el más poderoso de los Primigenios (a veces cuestionado por algún otro especialmente poderoso, como Hastur), esperando a despertar. El día que por fin despierte, la humanidad tocará a su fin. El miedo primordial de los hombres viene de este antiguo ser y de que en nuestro subconsciente yace el conocimiento de que un día despertará, y vivimos con ese miedo.

 

<<Que no está muerto lo que puede yacer eternamente,

y en los eones venideros incluso la muerte puede morir.>>

 

Cthulhu emergiendo de los océanos, fanart por Berenger.

 

        En El color que vino del espacio exterior (1927) se nos muestra una familia de granjeros que deben enfrentar a un extraño mal desde que un colorido meteorito cayó en su pozo. Algo está cambiando todo el campo a su alrededor, y a su ganado, y a ellos mismos, transformando cuanto le rodea. ¿Qué clase de terrible entidad esta alimentándose? Para mi este es de los mejores. Cuenta con una adaptación cinematográfica de 2019 protagonizada por Nicolas Cage bastante potable que se llama Colour Out of Space.

 

Aquel enigmático vestigio de los insondables abismos exteriores; aquel único, misterioso mensaje de otros universos y otros reinos de materia, energía, y entidad.


El color que vino del espacio exterior, fanart por Paul Mudle.

 

        El horror de Dunwich (1929) nos presenta la ficticia localidad de Dunwich, dominada por una sociedad endogámica y supersticiosa seriamente atrasada. Allí, la estirpe de los Whateley lleva a cabos oscuros pactos con el Dios Exterior Yog-Sothoth, identificado como la omnisciencia total, y llamado la Llave y la Puerta. En un rito ancestral, Lavinia Whateley se une al dios, y de esa unión, la mujer engendra dos hijos: uno es el extraño Wilbur, quien vive sus días aislado en la granja familiar entregado al estudio de conocimientos prohibidos. El otro es un extraño ser que mantiene encerrado y cuya liberación traerá el horror a toda la comarca.


El horror de Dunwich. Fuente: Pinterest.

 

        El que susurra en la oscuridad (1930) es narrada por el erudito Albert N. Wilmarth, profesor en la ficticia Universidad del Miskatonic en la ficticia ciudad de Arkham. Wilmarth se ve envuelto en la controversia local respecto a una serie de contactos y avistamientos de alienígenas. Gran parte del relato se produce a través de cartas que mantiene con otro erudito, Henry Wentworth Akeley, que vive en una granja alejada en Vermont, quien sostiene que tiene pruebas irrefutables de la existencia de los seres, que él los conoce, y que adoran a dioses como Cthulhu. Wilmarth al final ira a Vermont a ver las pruebas de Akeley, y allí conocerá a los Mi-Go, unos viajeros espaciales con aspecto a caballo entre insectos y plantas.

 


Los Mi-Go. Fuente: Pinterest.


        La sombra sobre Insmouth (1931) comienza con un narrador anónimo que explica cómo llegó por relativa casualidad a la localidad de Insmouth (ficticia), un pueblo de pescadores caído en desgracia y consumido por la superstición emitida por una misteriosa secta llamada la Orden Esotérica de Dagón. El narrador se interesa por la cultura del pueblo y comienza a investigarlo, descubriendo que gran parte de la población tiene un cierto aspecto de pez (blancuzcos, ojos separados y acuosos, bocas grandes, poco pelo, etc.), algo que se llama “el aspecto de Insmouth”. Tanto esta apariencia marina y sus portadores como la misteriosa secta están conectados a la historia de Obed Marsh, un viejo capitán mercante que hace bastantes décadas estableció un terrible pacto con unos extraños seres-pez llamados los Profundos, servidores de Cthulhu, que viven con él bajo los océanos.

 

Los Profundos. Fanart por Pahapasi.

 

        Los sueños de la casa de la bruja (1933): historia de Walter Gilman, estudiante de matemáticas en la Universidad de Miskatonic en Arkham, que vive en un viejo edificio, concretamente en la misma habitación del último piso que habitó Keziah Mason, una hechicera que escapó de los tribunales de Salem de 1692 al saltar fuera de nuestra dimensión. Mezclando sus estudios matemáticos con leyendas populares, Gilman entrará en extraños universos numéricos donde la realidad pierde su forma y habitan seres de un poder terrible.

 

Entre los fantasmas de las pesadillas y las realidades del mundo objetivo se estaba cristalizando una monstruosa e inconcebible relación.

 

        La sombra de más allá del tiempo (1936) es la narración sobre Nathaniel Wingate Peaslee, profesor de Economía de la Universidad del Miskatonic, quien entre 1908 y 1913 ha sufrido un trastorno de personalidad y amnesia muy raros. Durante esos años ha sido totalmente otra persona, de lo cual no recuerda absolutamente nada, hasta que un buen día vuelve a ser él, pero con todos esos años de vacío en su memoria. Sus investigaciones para saber que ocurrió se vuelven terroríficas cuando descubre que fue el objeto de investigaciones de unos seres capaces de mover sus consciencias adelante y atrás en el tiempo, llamados la Gran Raza de Yith.

 

¿Algo había estado tanteando a ciegas través del tiempo, desde algún abismo insospechado de la naturaleza?

 

La Gran Raza de Yith, fanart por Juanico el Muertes.

 

La Gran Raza de Yith. Fuente: Amino Apps.

 

        Finalmente, El asiduo de las tinieblas (a veces llamado El morador de las tinieblas), publicado en 1936, relato donde el protagonista está inspirado en Robert Bloch, autor de Psicosis, y amigo y admirador de Lovecraft. El protagonista, Robert Blake, es un joven escritor que queda fascinado por una extraña iglesia cercana a su alojamiento. Desoyendo los consejos de los vecinos locales, que creen que el lugar está habitado por un mal primitivo, descubre un objeto llamado el Trapezoedro Resplandeciente, que tiene la capacidad de invocar un ser terrible desde las profundidades del tiempo y el espacio. Este ser es Nyarlathotep, el Caos Reptante, el más cabronazo de los Dioses Exteriores, conocido por su maldad intrínseca y su placer al provocar el mal a todo aquello que le rodea. Blake inicia desde este momento un camino que lo llenará de terror y acabará consumiendo su vida como precio por haberse acercado a un conocimiento prohibido.

 

Se sintió acechado por algo que no fluía de la piedra, pero que le había mirado a través de ella; algo que le seguiría y le espiaría intensamente, pese a carecer de un sentido físico de la vista.

 

        En el centro de todo este listado, debemos comentar una última obra, que las une a todas, publicada también en 1936, llamada En las montañas de la locura. Narra la historia de una expedición académica financiada por la Universidad del Miskatonic al Ártico. Allí descubren una cordillera gigantesca (mucho más alta que el Everest) donde reside el mal. Allí encuentran una serie de cadáveres congelados de unos extraños seres orgánicos en forma de barril, que más adelante demuestran que solo estaban hibernando, matan a varios miembros de la expedición y los supervivientes siguen a los seres a una enigmática ciudad en las alturas, a la que otorgan el nombre de Corona Mundi. En su deambular por esa ciudad descubren el pasado oscuro y secreto de la Tierra, y el papel de esos seres-planta con los que se han cruzado (los Antiguos), una raza extraordinariamente avanzada, y sus guerras con los Mi-Go y los Profundos (entre otros), así como del mal que finalmente los exterminó: los Shoggoths, unas criaturas artificiales con apariencia de masas de protoplasma gigantes en movimiento, creados por los Antiguos, como esclavos y armas vivas. Cuando se revelaron de sus amos, exterminaron a la mayoría de su población, y los académicos humanos se dan cuenta que esos seres quizá sigan habitando en esa ciudad congelada. ST Joshi, probablemente el mayor especialista sobre Lovecraft y su universo del mundo, citó que En las montañas de la locura supone un éxito literario absoluto, y la mayor creación de su autor.  


Aquel lejano contorno violáceo no podía ser sino las terribles montañas de la tierra prohibida; las más altas cumbres de la tierra y el centro de todo el mal terrestre; el albergue de horrores sin nombre y de secretos arcaicos, rehuidos y respetados por quienes temían desentrañar su significado.

 


 

Fanarts de Corona Mundi. Fuente: Pinterest.


Los Antiguos. Fuente: Amino Apps.


Shoggoth. Fanart por Craig J. Spearing.


        El resto de la obra ficticia de Lovecraft da vueltas principalmente alrededor de lo planteado en estas nueve novelas cortas (además de mucha producción anterior a 1926, donde ya había un horror cósmico pero aún no se había clarificado tanto el concepto de los mitos, así como su etapa más onírica). También tiene bastantes poemas recopilados en la antología llamada Hongos de Yuggoth.

 



        A raíz de este universo que Lovecraft creó, muchos autores, admiradores de él, incorporaron los mitos de Cthulhu a sus propias obras. De este modo actuaron autores como Clark Asthon Smith, con sus antologías de Hiperbórea y Zothique, o Robert Bloch con El horror que nos acecha (1978), El vampiro estelar (1935) y La sombra que huyó del chapitel (1950). Estos autores conformaron lo que se llamó el Círculo de Lovecraft o el Círculo de Providence. Este Circulo llegó a contar con gente de reconocido prestigio y fama como los citados Robert Bloch (autor de la famosa novela Psicosis, de 1959, que tuvo una aun más famosa adaptación cinematográfica dirigida por Hitchcock) y Clark Asthon Smith, entre otros, por ejemplo Robert E. Howard (creador del famoso personaje Conan el Cimmerio o el Barbaro, entre otras muchas historietas famosas). Pero fue uno solo de ellos, August Derleth, primer editor y albacea de Lovecraft, quien clasifico sus creaciones y dio lugar a ese corpus a modo de bestiario fantástico que conocemos hoy en dia, con clasificaciones como Primigenios y Exteriores. Hay quien criticó esta clasificación por restar originalidad a la obra del Caminante, y hay quien lo prefirió. Fue Derleth quien dotó a todo el universo y el estilo bajo el nombre de mitos de Cthulhu, por ser el dios más fácilmente identificable y con una forma más clara, pese a que Lovecraft prefería y se sentía mas identificado con el enigmático e inteligente Yog-Sothoth. Una excelente obra para comenzar la titánica tarea de rastrear a los seguidores de Lovecraft, e ingresar al prestigioso club de los académicos del Miskatonic, es la antología de Rafael Llopis, ensayista especialista en la literatura de terror: Los mitos de Cthulhu, narraciones de horror cósmico. HP Lovecraft y otros. La publica Alianza, lleva ya 50 años reeditándola periódicamente y sigue siendo de lo mejor que se ha escrito en España sobre el tema, y es muy barata. Aparte de recopilar muchas obras, cuenta con un estudio y análisis de Llopis sobre el horror cósmico.  

        Los seguidores de este autor llegan hasta nosotros, con escritores de la fama de Clive Barker y Stephen King: por ejemplo la conocida obra de It (Eso) es una obra puramente lovecraftiana, ya que Pennywise, It, el ser que a veces toma el aspecto de un payaso diabólico que hace las veces de antagonista de la novela, es prácticamente un dios cósmico. Entre los españoles podemos contar ejemplos como Jesús Cañadas y Guillem López. La influencia de Lovecraft y de su estética perturbada, cárnica, alucinada, plagada de miembros imposibles y deformidades, no se detiene en la literatura. Alcanza el mundo de los juegos de mesa y el rol, donde cuenta con su propio lugar, de los videojuegos, en los comics, y del cine, formando una verdadera subcultura. Algunos de los directores más famosos que replicaron el estilo del horror cósmico y sus enfermizos dioses y criaturas fueron John Carpenter, con La cosa, el enigma de otro mundo (1982) y En la boca del miedo (1994) entre otras; o Ridley Scott con Alien, el octavo pasajero (1979). También ha habido peliculas que no solo se inspiran en su mundo, sino que tratan de adaptar directamente obras del Caminante de Providence, como la macabramente divertida Re-Animator (1985) de Stuart Gordon, basada en Herbert West: reanimador de cadáveres (1921-1922); o la nefasta y lamentable, producción española y estadounidense, Dagón: la secta del mar (2001), también de Gordon, que se inspiraba en La sombra sobre Insmouth. En cuanto a los comics, uno de los autores más puramente lovecraftianos sin duda es el guionista de comics Alan Moore, a veces llamado el Mago de Northampton, quien aparte de introducir elementos de esta estética en algunas de sus obras más famosas, como Watchmen (1986-1987), tiene obras directamente inmersas en este universo, como el Neonomicon (2010-2011) y la saga Providence (2015-2017).

        Lovecraft no es un escritor fácil de leer: es muy lirico y a veces excesivamente recargado, basculando entre un celo pseudocientífico, disfrazando sus relatos de verdaderos ensayos académicos, y un embellecimiento que a veces abruma. Su producción es muy extensa, y hacerse con su universo, tan enorme, y tan continuado tras su muerte, a veces puede resultar excesivo para una sola mente. Pero aun así, en mi opinión, verdaderamente merece la pena. El uso que hace del lenguaje, y los mundos a los que nos conduce, son verdaderamente hermosos por lo horribles: poca gente, incluso hoy, ha logrado plasmar como él hizo el terror ante la otredad absoluta, lo desconocido como visión última de lo horrible, del miedo. Lo insondable. Lovecraft no pretendía entender a sus criaturas, porque estas no podían entenderse, ningún humano podía. Pero contemplarlas… oh, puede valer el precio. Cualquier amante de autores como King, o de estilos como el gótico, puede disfrutar con todo este mundo. 

        Existen diversas obras recopilatorias que recogen todas las obras de Lovecraft (excluyendo las colaboraciones y las obras inéditas, para las cuales ya hay que escarbar un poco más), así como otras que tan solo cogen las principales. Amazon está poblado con ediciones de este autor. Particularmente recomiendo la edición de El que susurra en la oscuridad y otros relatos del ciclo blasfemo de Cthulhu, de la editorial Valdemar, en la sección Club Diógenes, que recoge todos los citados a excepción de En las montañas de la locura, y esta puede encontrarse fácilmente en cualquier edición barata. Tambien existe la opción de comprar una antología que reúna todas (o casi, hay algunas inéditas que son mas difíciles de encontrar, pero de esas ya iré hablando) las obras de Lovecraft. Valdemar tiene una edición recopilatoria de todo el autor en dos tomos, pero es cara se te queda en unos 60 euros. Plutón saco otra, mas barata, de unos 20 euros, pero la calidad del papel e imagino que de la traducción no será tan buena. 

 


        Como obras de lujo, hay muchísimas ediciones ilustradas, sobre todo de estas novelas cortas, las principales. Yo tengo un tomo de más de 1000 páginas de la editorial Akal ilustrado y anotado por Leslie S. Klinger sobre este autor, que incluye todas estas obras principales.

 


 


 


 

        Otro de mis tesoros es un libro ilustrado por Jagoba Lekuona y diseñado por Javier C. Alvarez, publicado por Ediciones Arcanas: el Necronomiconis Medievalis. En este libro no hay nada escrito, es una compilación de ilustraciones creadas para aparentar ser un viejo grimorio, con resultados bastante más que excelentes.

 

 


 


 







BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES - SUZANNE COLLINS

          Tras 10 años de parón, la autora de Los Juegos del Hambre ha sacado esta precuela de su saga: Balada de pájaros cantores y serpien...