La saga Vorkosigan, a veces llamada La saga de Miles Vorkosigan, son unos libros que han marcado una
era, y que lleva escribiéndose nada menos que 32 años (si contamos que el último
libro se publicó en 2018, y no hay noticias de que la autora este escribiendo
algo nuevo), y cuenta con muchos títulos. En España no es demasiado conocida
fuera de los círculos de ciencia ficción muy frikis y de comunidades retro que
buscan ese rollo antiguo, en plan Star
Trek o Star Wars, de los que esta
saga bebe mucho. Pertenece a las sub-clases de space opera, como Los Príncipes Demonio de Jack Vance, y a la ciencia ficción militar, caracterizada por la
abundancia de sociedades militares, la participación de los protagonistas en
ejércitos profesionales, el adiestramiento militar y bélico, etc. Incluso hay un cierto patriotismo. También es ciencia ficción blanda, dado que carece de elementos divulgativos y no es rigurosa con la ciencia. La principal
inspiración tanto de la saga como de su protagonista, Miles Vorkosigan, es La saga de Ender, de Orson Scott Card,
cuyo primer libro, El juego de Ender, salió
en 1985, un año antes que El aprendiz de
guerrero, primera publicación de Vorkosigan. No es solo que el libro tenga similitudes
y se nota que este inspirado, es que el personaje de Miles Vorkosigan es muy
similar a Ender (un genio militar canijo).
Su autora, Lois McMaster Bujold es una frikaza de tomo y lomo, nacida en 1949 (ahora tiene 72 años), que se dedica profesionalmente a escribir (aunque tiene formación en asistencia de pacientes en hospitales, o algo así, pero ya no ejerce creo). Toda su vida ha estado orientada en ser una friki, más de la ciencia ficción que de la fantasía, e incluso ha editado y producido o coproducido algunas revistas sobre Star Trek o cosas así. Se define como una lectora muy veloz.
Aclaro que estos libros NO DEBEN
leerse por año de publicación, ya que este proceso ha sido sumamente caótico. Escribió
tres libros (de distintos puntos temporales en su universo), se los rechazaron,
luego le publicaron el cuarto, de ahí empezaron a publicarle los anteriores, y
Bujold siguió escribiendo libros sin un orden definido. A lo mejor de pronto
pensaba que en el hueco entre este y aquel podía meter X aventura, y lo hacía.
Lo más recomendable es hacerse con la lista de orden interno del universo, y
leerlos en ese orden, para aprovechar bien el desarrollo de la saga. Yo sigo la
de Ediciones B, que es quien los pública en España. También puede consultarse
la sección correspondiente de la web Tercera Fundación.
El universo de estos libros se ubica en un futuro lejano de la humanidad, donde esta se ha expandido por las diferentes galaxias, terraformando y colonizando planetas, formando diferentes culturas, de manera similar a la citada obra Los Príncipes Demonio. Se presenta una tecnología muy avanzada (rayos disruptores que te licuan el cerebro, rayos paralizadores, alta tecnología médica, naves espaciales, bombas muy potentes, y blablablá). La tecnología principal para viajar por el espacio consiste en utilizar naves que pueden saltar por agujeros de gusano, que funcionan como puertas. Entras por un lado, y sales por el otro, al otro lado del universo. Generalmente cada planeta funciona como una sola nación, con su propio estado, sistema, burocracia, cultura, y demás, y también existen estaciones espaciales gigantescas que funcionan como una nación en sí misma, como la Estación Kline. Finalmente, hay planetas más caóticos, formados por diversas naciones y poderes (destaca Jackson’s Whole), y dos grandes Imperios, que aglutinan varios planetas bajo su mando: Barrayar y Cetaganda.
El Imperio de Cetaganda tiene, aparte de otras fuerzas aliadas, ocho mundos bajo su control, siendo su capital la ciudad de Eta Ceta, en el planeta Eta Ceta IV, desde donde gobierna su emperador y se encuentran sus principales órganos de gobierno y divisiones secretas (es una sociedad muy secretista y extraña, con un sistema de castas).
Barrayar es el imperio rival de
Cetaganda, siempre están a patadas. Se inspiran en la sociedad zarista rusa. Su
planeta principal es Barrayar, ubicado en un punto muy alejado del Universo,
totalmente aislado, solo hay un agujero para acceder a él, y son necesarios
otros cinco agujeros, cinco saltos, para llegar hasta Komarr, su planeta más
cercano (que pertenece al Imperio de Barrayar). El aislamiento de Barrayar les
ha permitido sobrevivir y mantenerse inconquistables, pero también les provocó
un serio atraso: hace relativamente poco que poseen una tecnología que los
equipara al resto del universo, y en muchos aspectos siguen existiendo en una
sociedad feudal. Al igual que Cetaganda, se trata de una sociedad militarista
que funciona con un sistema de castas, gobernado por un Emperador
plenipotenciario (miembro de la estirpe Vorbarra) y un Consejo de Condes. La
elite del poder es una estirpe de altos nobles conocidos como los Vor (todos llevan ese prefijo, "Vor", en su apellido: Vorbarra, Vorkosigan, Vordarian,...), quienes a parte de ostentar la mayoría del poder son la casta guerrera (muy feudal todo). En épocas precedentes
sufrieron una invasión cetagandana, de la que lograron sobrevivir expulsando a
sus enemigos, gracias al valor de sus ejércitos y a la dirección del general
conde Piotr Vorkosigan (el abuelo del prota, y personaje de las primeras
novelas). Finalmente, durante cinco años fueron gobernados por el terrible
emperador Yuri Vorbarra, conocido como el Loco, un sádico genocida egocéntrico
y paranoico, un Calígula o un Nerón en toda regla, que casi se carga a su
pueblo. Al final fue destronado y ejecutado públicamente por una alianza de
nobles que dirigió el mismo Piotr Vorkosigan, después de que Yuri matara a su
esposa, y Ezar Vorbarra (discípulo y protegido de Piotr durante la guerra con Cetaganda)
fue nombrado emperador (quien gobierna aún cuando empieza la
historia).
La gente tiene tradicionalmente la visión de Barrayar como si fuéramos un monolito. Pero somos esencialmente una sociedad dividida.
Otra importante potencia es la
Colonia Beta, una base de sostenimiento vital en un planeta incapaz para la
vida natural (ni atmosfera ni nada, una roca muerta), con una sociedad
científica. Generalmente se mantienen neutrales en todos los conflictos, y no
mantienen una ejercito numeroso (además, es un planeta relativamente poco
habitado, su sistema no puede asimilar mucha población), y se gobiernan por un sistema democrático. No suelen ser atacados, ya que gran parte de los
descubrimientos y avances científicos de la humanidad proviene de los betanos, y por tanto les dejan
en paz. Son necesarios.
Aclaro que al contrario
que en otras novelas, pero nuevamente igual que en Los Príncipes Demonio, no existen extraterrestres ni otras formas
de vida inteligentes que no sean la humana. Las únicas “excepciones” son
variaciones por medio de la ciencia de la propia humanidad, seres mutantes. Un ejemplo son los cuadrúmanos, unos seres humanos modificados genéticamente para
tener cuatro manos en lugar de dos manos y dos pies, diseñados para vivir en órbita,
sin gravedad, creados 200 años antes del inicio de la serie, que protagonizan
la obra En caída libre. Además en la Colonia Beta existen los hermafroditas perfectos,
personas que son creadas para ser hombre y mujer al mismo tiempo.
Se recomienda empezar por el
libro Fragmentos de honor (1986), que empieza un par de años antes del nacimiento del protagonista, Miles
Vorkosigan, y que cuenta como se conocieron sus padres. Cordelia Naismith es
una capitana de una nave científica de exploración, destinada en un planeta
desconocido (que más adelante pasará a formar parte de Barrayar bajo el nombre
de Sergyar). Durante el desarrollo de su misión, la mayoría de su tripulación
es exterminada por un comando barrayarés que exploraba la zona y ella queda
aislada. Para sobrevivir debe aliarse con un oficial de este imperio,
traicionado por sus hombres y abandonado inconsciente en ese lugar. Este hombre
es el capitán Aral Vorkosigan, un hombre maduro con un intachable sentido del
honor y el deber, que lleva toda la vida sirviendo a Barrayar, tratando de
seguir la estela de su famoso padre, el general conde Piotr Vorkosigan.
La historia de Aral es
interesantísima, un drama castrense de honor, traición, y sacrificio de la
ostia. Casi te hace querer ser soldado (casi). Aral era un oficial condecorado
de categoría genio, digno hijo de su padre. Estratega invencible, soldado valiente,
rápido, resistente, letal. Inteligente, honrado, eficaz, y pese a su vocación
militar, partidario siempre de la paz y la no violencia. Ascendió rápidamente hasta
ser el Almirante más joven del Imperio, la posición más alta del ejército. Pero
cuando dirigía la invasión del planeta Komarr fue desobedecido por su segundo
al mando, quien se cargó a los gobernantes komarreses en contra de las órdenes
del Almirante. Ese hombre había destrozado el honor del propio Aral, quien fue
llamado el Carnicero de Komarr (pese a que no tuvo nada que ver), y en
respuesta Aral le ejecutó sumarísimamente allí mismo, en la cabina de mando,
partiéndole el cuello con sus manos. Las conexiones de ese hombre con el Ministerio
de Educación Política (un departamento pro belicista, al mando del traicionero
ministro Grishnov, ansioso de sangre, conquistas y poder, enemigo de la Casa
Vorkosigan) le costaron a Aral ser degradado a capitán, y apartado de la cúpula
del Imperio. Pero Aral es fiel a Barrayar, quiere cambiar una sociedad tan
violenta y atrasada desde dentro, porque ama de verdad a su país. Por ello
cumple con abnegación el deshonor que supone servir como capitán y aceptar un
castigo que no merece (ya que él actuó justamente), en vez de retirarse a vivir
tranquilamente con la fortuna de su familia. Trata de salvaguardar el escaso
honor que le queda (de ahí el título de la novela, Fragmentos de honor).
Barrayar devora a sus hijos.
Cordelia descubre en Aral a un hombre duro y tierno a la vez, pero Aral descubre en Cordelia a la amazona definitiva (encima pelirroja, es que es perfecta). Más inteligente que él mismo, con una enorme apertura de miras, aguerrida y valiente, jamás se echa atrás ante nada, y no teme a toda la fuerza de Barrayar. Mientras tratan de sobrevivir en Sergyar, ese abandonado planeta, absolutamente solos, y buscan la manera de escapar, germina la semilla de un amor que durará décadas, atravesará años luz y constelaciones de distancia, y superará las diferencias de dos sociedades abisalmente distintas, como son la de Barrayar y la betana.
Aral sigue acumulando drama tras
drama, y asume la responsabilidad de todos ellos con el sacrificio que le
caracterizan, sin jamás quejarse, mientras su vínculo con Cordelia se
fortalece, hasta que la betana decide renunciar a su propia patria, a la
seguridad de la cultura científica de su planeta, a su rango y su carrera, para
seguir al hombre al que ama a Barrayar. Cordelia corta totalmente los lazos con
la Colonia Beta al casarse con Aral, matrimonio que también significa que se ha
casado con el propio Imperio de Barrayar. Tanto Aral como ese atrasado mundo
verdaderamente necesitan la visión y la fuerza de una mujer como ella.
Eventualmente Aral recupera parte de su honor perdido y su rango de Almirante,
pero el destino le depara un temible cometido: antes de morir, el Emperador
Ezar Vorbarra (otro interesante personaje, planteado como un inteligente
titiritero y manipulador del Estado) nombra a Aral Regente del Imperio, para gobernarlo en
nombre de su nieto Gregor hasta que este alcance la mayoría de edad (16 años después). Un regalo envenenado final del mayor megalómano de la saga (pese a lo poquito que sale, porque no aparece hasta el final del primero, y luego se muere, es un personaje que me parece super interesante). Un trabajo imposible, en el que Aral se sumerge con sentido del deber y también algo de ambición (contribuir a destruir esa sociedad machista y agresiva, y cambiarla por una mejor), y que Cordelia, como la esposa regente, asume la carga con el orgullo y la dignidad de una emperatriz.
Un gran coreógrafo diseñaba una danza de muerte, y el honor de un hombre de honor quedaba roto en la rueda de su servicio.
Sí. Lo quiero. Pero es veneno, Cordelia. El poder es una droga maligna. Mira lo que le ha hecho a él. Una vez estuvo cuerdo, y fue feliz.
Durante el desarrollo de Barrayar (1991), la segunda novela, Aral
y Cordelia deberán enfrentarse a los primeros años de sus posiciones como
Regentes del Imperio, y lidiar con la compleja, castiza, atrasada, y
sanguinaria política interna barrayarana. Aral ejerce de forma implacable, pero
justa, haciendo frente a situaciones verdaderamente complejas, como lidiar con
los grupos pro belicistas y mediar en los juegos de poder y disputas de honor
entre los nobles. Pero Cordelia, principal protagonista de esta novela y de la
anterior, no está dispuesta a ser ningún objeto decorativo de su marido:
empeñada en superar sus desventajas sociales debido a ser extranjera y mujer en
un mundo machista y racista, rápidamente aprende el funcionamiento de la
compleja política del país, mientras va ganándose el respeto de algunas figuras
claves y empieza a jugar sus propias cartas. No tarda en convertirse en una
mujer temible; muchos afirman que la mayor aliada del Regente es su propia
esposa. Eventualmente terminará siendo la mujer al frente de la crianza de
Gregor, su principal figura materna (por lo cual tendrá un ascendente sobre
este para el resto de su vida), además de formar su propio equipo de intervención directa.
Cordelia tiene sus propios hilos de los que tirar, su propio poder en Barrayar, más
discreto y oculto que el de su marido, pero no menos practico, y aunque siempre trabaja en comunión con este
(están principalmente de acuerdo en ideas sociales y formas de gobierno), eso
no quiere decir que a menudo no actué a sus espaldas (aunque siempre en su
beneficio). Con el tiempo Cordelia aprenderá a amar a ese pobre mundo tan
marginado que creció fuerte, duro, estricto, violento, como si fuera un
muchacho perdido.
Cordelia, capitana betana y con formación cientifica y militar, se niega rotundamente a ponerse de rodillas ante las costumbres de un planeta que ella sabe equivocadas y atrasadas. Tiene muy claro que es el planeta quien cambiará y no ella, y si tiene que aportar su esfuerzo para doblegarlo no dudará en hacerlo. Lo hará por ella misma, porque este ahora es su hogar, lo hará por su marido, lo hará por sus amigos barrayarenses, lo hará por su futuro hijo, y también lo hará por conciencia social, por el pueblo de ese planeta. Si Irene Adler es la mujer que puso de rodillas a un Imperio (la dominatrix, como dicen en la adaptación de la BBC de Sherlock), Cordelia es la mujer que obligó a un planeta a cambiar de mentalidad. Es cierto que en ello también participan, y muy activamente, su esposo Aral, su hijo Miles, y otros personajes como el temible líder de los servicios secretos Simon Illyan. Pero todos estos sucesos ocurren porque Cordelia los inició, ella convenció a Aral para que asumiera la regencia y le sirvió de consejera y guía moral durante su gobierno, ella decidió tener a Miles pese a las dificultades (ver mas adelante) y lo influenció con sus valores betanos mas avanzados. Ella es el germén de todo lo que ocurre; el único personaje de importancia que puede semejarse es el propio general conde Piotr Vorkosigan, ya que él es quien puso a Ezar en el trono y empezó a luchar por un Barrayar diferente, criando a su hijo para que mas adelante se convirtiera en un hombre que pudiera reconocer a Cordelia como la líder que es.
Me niego a vivir en un refugio antibombas por los próximos quince años. Aral, este sitio tiene que cambiar.
Cordelia molando mucho, tomando juramento de su mas fiel siervo. Detrás esta Aral.
Cordelia y dos de sus aliados en una operación encubierta en Vorbarr Sultana, la capital de Barrayar.
Es interesante la relación entre
estos dos. Pese a que es Aral quien ostenta el rango y el poder oficial, debido
al machismo de su sociedad, tara que no puede desaparecer en un mes (de hecho
pervive en toda la saga), este nunca intenta quedar por encima de ella, y en
general es consciente de su esposa le supera en muchos campos, acepta su
consejo, y Cordelia participa de forma natural en sus reuniones privadas, ya
sea oficialmente o tras el telón. Por otro lado aunque Cordelia no está dispuesta
a ser la mujer sumisa, y prácticamente todo el Imperio sabe que ella participa
activamente de la política, de puertas afuera suele mantener el aspecto de dama
Vor, para dejar a Aral libertad de movimientos. Es un ejemplo de personaje
feminista (no es el único, hay muchos más por toda la saga, aunque Cordelia es
de calle la mejor). Al igual que Jessica Atreides (Dune), quien fue probablemente la mas importante y hábil de las oficiales del Duque Leto (y mas adelante de su hijo), pese a no formar parte oficialmente de su personal, Cordelia es una de las aliadas mas poderosas del Regente. Aral también es un personajazo, y no solo por lo descrito
antes: desde el principio es descrito como bisexual, y mantuvo una tórrida
relación con un alto oficial Vor en el pasado, cuyas secuelas golpearán a la pareja en un momento u otro.
Yo soy Cordelia, ¿recuerdas? No soy ninguna otra.
En un atentado contra la
vida de Aral, mientras Cordelia estaba embarazada, ambos respiran un gas mortífero, que les hubiera matado si no se hubieran inyectado rápidamente el antídoto.
Desgraciadamente este antídoto es mortal para el feto. Cordelia se niega a abortar
a su primer hijo, aunque solo tuviera unas pocas semanas (en principio no es
mensaje contra el aborto, ya que este estaba normalizado en la Colonia Beta, y
Cordelia no parece ser opositora, simplemente ella no quiere) y se somete a un
tratamiento experimental para salvar al feto, con muy poco porcentaje de éxito
y muy peligroso para ella misma, y qué además le imposibilitará volver a tener
hijos en el futuro. Este tratamiento consiste en ir fortaleciendo con inyecciones
de calcio los huesos del nonato (que ahora no pueden formarse sólidamente), y aunque triunfe, su hijo nacerá probablemente discapacitado, con huesos frágiles y un cuerpo pequeño y retorcido.
Esto le vale un enfrentamiento con el padre de Aral, Piotr, ya que este viejo
Vor, aunque es bastante progresista, no deja de venir de una sociedad donde la
debilidad (discapacidades, deformidades, mutaciones) significaba la muerte. A través de esto, la autora nos cuenta la
lucha entre la vieja sociedad y la nueva. Sin embargo Aral acepta sin rechistar
la dura decisión de Cordelia, consciente de que la decisión es suya, y el no
tiene nada que decir.
Al término de ese tratamiento
nace Miles Vorkosigan, el prota de la saga: apenas vivo. Desde ese momento,
desde que es un bebe, toda su vida se convierte en un mundo de dolor y
sufrimiento, siempre sometido a operaciones y dolorosos tratamientos, abierto
en canal en montones de intervenciones para reconstruir y recolocar su esqueleto, sus huesos se
han partido docenas de veces ya antes de cumplir los doce años. Conoce el dolor como otros niños conocen los cuentos infantiles. Miles deberá
enfrentarse al rechazo de todo su mundo, y de toda su casta, los Vor, ya que
hasta hace muy poco los nacidos deformes en Barrayar eran sacrificados (él
nunca pasará del metro y medio de estatura y siempre será contrahecho, además
de sus huesos frágiles, como de cristal). Pero Miles, nunca se rinde, y consciente de las
dificultades que le va a conllevar su cuerpo toda su vida, trabaja su cerebro,
convirtiéndose en más inteligente que nadie. Estrategia, política, historia,
economía, ciencia, matemáticas, ingeniería, cálculo orbital, todo. También se
prepara para el combate, pese a sus desventajas. Y en esta preparación y esta carrera de ambición serán cruciales tres de
sus principales inspiraciones y figuras de referencia: dos de los hombres más duros que quepa imaginar, y por supuesto su propia madre.
Bienvenido a Barrayar, hijo mío. Aquí estas: tendrás un mundo de riqueza y pobreza, de cambios profundos y de historia arraigada. Tendrás un nacimiento y un nombre. "Miles" significa soldado, pero no te dejas llevar por la sugestión. Tendrás una figura retorcida en una sociedad que odia y teme a las mutaciones que tanto dolor te han causado. Tendrás un titulo, riqueza, poder, y todo el odio y la envidia que esos dones atraerán. Tendrás un cuerpo que deberán abrir varias veces para acomodar tus huesos. Herederas una colección de amigos y enemigos que nada tendrán que ver contigo. Tendrás un abuelo del infierno. Soporta el dolor, encuentra la alegría, y descubre un sentido propio para todo, porque no podrás esperar que el universo te lo proporcione. Siempre serás un blanco móvil. Vive. Vive. Vive.
El primero de estos hombres es su abuelo, el
general conde Piotr, quien pese a su rechazo inicial (como cualquier viejo barrayarés, teme las mutaciones), al final no puede dejar
de reconocer que este es su nieto, y que lo quiere con todo su corazón. Es de su
abuelo de quien Miles saca la principal inspiración para ser militar, buscando
demostrarle que él también era digno de existir, demostración que Piotr deja de
necesitar muy pronto conmovido por el valor del joven, pero que Miles nunca
deja de buscar. Es muy interesante la relación entre los dos, el ultimo
caudillo Vor de la vieja era pero que siempre defendió la nueva, aunque a veces no
la entendió, y el hijo-mártir de la era de la ciencia, de los nuevos tiempos,
donde nacer con discapacidades no fuera una condena a muerte, pero que siempre
busca existir según los estándares de la antigua, para demostrar que él es
capaz. Piotr es quien lo anima a cumplir su deseo de ser soldado (sus padres respetan el deseo de Miles, pero no le alientan a ese peligroso destino), le anima a que no se deje derrotar por sus problemas y su discapacidad, y que utilicé todo lo que tiene a su favor (su gran cerebro, su apellido y rango) y refuerce sus debilidades. Es quien sirve hasta la adolescencia como el mentor de Miles, adiestrándole en estrategia y liderazgo, en como ser soldado.
Mi abuelo vivió cada uno de los cambios que la suerte le deparó a Barrayar. Lo llamaron el último de los viejos Vor, pero en realidad era el primero de los nuevos. Cambió con los tiempos, de las tácticas de caballería a los escuadrones aéreos, de la espada a las armas atómicas, y cambio con éxito. Al final de su vida lo llamaron conservador solo porque había una gran parte de Barrayar que había pasado a su lado a toda velocidad exactamente en la dirección que él les había marcado, exigido, y señalado, pero un poco mas rápido.
La otra inspiración es el sargento Konstantine Bothari, viejo soldado legendario, el más mortífero del ejército, antiguo oficial de Aral e incomparablemente leal a Cordelia, ligado a ella (y a la casa Vorkosigan) por lazos más allá de la muerte. Se define como su propio monstruo personal. Un hombre que nació con una vida desgraciada, y que fue forzado por la crueldad de Barrayar y por sádicos altos mandos, a convertirse en un ser sanguinario, utilizado como una marioneta, forzado hasta la psicosis y la disociación, pero que Cordelia respetó, perdonó, entendió y quiso por la bondad que vio en él, sin atender a sus crímenes; la única que lo hizo, lo que la unió a la betana para el resto de sus días. Durante toda la vida de este hombre complejo, sus despiadados oficiales se aprovecharon de sus cualidades negativas, haciendo de él esa criatura asesina, y Aral lo sacó de ese infierno y necesitó un soldado, y Bothari cumplió perfectamente. Pero Cordelía vio en él lo positivo y lo dulce, vio el héroe que podía ser, y por ello se comporta como tal. Por órdenes de Cordelia, Bothari asumió el cuidado de Miles desde su nacimiento, convirtiéndose en su guardián, tarea que él cumple con la más absoluta dedicación, jurándose por su honor y su espíritu que nadie jamás osará poner en peligro la vida del pequeño mientras él respire. El hombre más letal, un asesino y un torturador, cuidando como una cariñosa niñera al más indefenso de los niños. Bothari atiende sus heridas, vela su sueño, le acompaña, cumple como su amigo y consejero, le protege, se preocupa. En muchas ocasiones, será el único apoyo del que Miles disponga, quien le consuele en las noches de llanto y ansiedad en las que Miles sienta que no puede más con el peso que siente sobre sus hombros y con su cuerpo. Bothari quiere a Miles como si fuera su hijo. Dos hombres rotos con historias distintas.
La relación de Bohtari y Cordelia también es interesante. Cordelia llega a cuidar de Bothari como si fuera un bebé, consolándolo cuando este siente que su mente va a fragmentarse, y a darle la orden de arrebatar una vida como la mas despiadada reina celta a su soldado fanático, cuando es necesario. Su siervo, su monstruo. Pero al mismo tiempo, lo quiere y él le importa de verdad, ve en él al ser desvalido que en realidad es. Se fía tanto de él como para confiarle la seguridad de su desgraciado y frágil hijo, sabedora que ese niño se convertirá en todo para Bothari, todo su mundo. Le confía su hijo enfermo a un hombre que ella sabe que es un monstruo, y lo hace con total seguridad.
Oh, pero él es MI monstruo. Mi buen perro.
Miles deberá luchar una y mil veces para vencer los prejuicios a los que enfrenta por su aspecto, y poder escalar y lograr sus ambiciones en la restrictiva sociedad Vor. Mientras crece y se desarrolla correrá aventuras por todo el Universo, frustrará los planes de Cetaganda y sofocará golpes de Estado de traidores Vor, creará y asumirá el mando de una flota mercenaria (los Mercenarios Dendarii) que en secreto servirá al Emperador de Barrayar, mientras asume la identidad del misterioso Almirante Miles Naismith. En principio todo comienza en la novela El aprendiz de guerrero (1986), el tercero, cuando Miles, con 16 años, es rechazado en su examen físico de acceso a la Academia Imperial, y decide realizar un viaje por el universo, y acaba metido en una guerra en un planeta lejano. Es aquí cuando empieza a fundar esa flota mercenaria y crea su misterioso alter ego. Pronto, nuestro protagonista accede a Seguridad Imperial, la temible división barrayarana de inteligencia, espionaje, contraespionaje, infiltración, etc. como teniente. Durante el proseguir de los libros se verá obligado a utilizar su cerebro para dirigir los acontecimientos de tal manera que su cuerpo suponga la menor desventaja posible, incluyendo dirigir tropas desde puentes de mando, y participar en batallas espaciales y terrestres. También deberá conocer el dolor y la perdida.
En toda esta saga no dejan de
aparecer los personajes de Aral y Cordelia, como una suerte de comodines de
Miles en la lejanía. Aral nunca desvía demasiado la vista de los
acontecimientos, siempre vigilante (aún después de terminarse su periodo de
regencia, sigue ejerciendo como primer ministro y líder del ejército, el número
dos por debajo del Emperador Gregor) y no es raro que de pronto intervenga con
una flota de guerra o un crucero imperial armado hasta los dientes para ayudar
a su hijo (quien no para de buscarse problemas). Las discretas redes de
información de Cordelia (que funcionan de forma independiente a todo el resto de
inteligencia del país y solo responden ante ella) tampoco están nunca muy
lejos, y habitualmente es ella quien informa a su marido de su hijo está en un
lio y tire pa echarle un cable. También aparecen simplemente como consejeros. Y
todo esto, Miles deberá hacerlo mientras sigue aprendiendo.
Uno de los libros más
interesantes (aunque para mí los mejores son Fragmentos de honor y Barrayar)
es Cetaganda (1996), donde Miles es
enviado como oficial diplomático a la embajada barrayarana en Cetaganda, con
motivo de la muerte de su emperatriz, en su capital de Eta Ceta, en el planeta
Eta Ceta IV, durante un periodo de paz. En este momento Miles tiene como 20
años y es un teniente de Seguridad Imperial. Es acompañado por su primo el teniente
Iván Vorpatril (uno de sus mejores amigos y aliados). Mientras trata de
participar en sociedad y comprender la compleja estructura social cetagandana,
descubre un peligroso y siniestro complot para hacerse con el control de todo
el Imperio por parte de una oscura facción belicista, lo cual podría poner en
peligro al propio Barrayar.
En este libro, McMaster nos sugiere algo de lo que ya había hablado a veces a través de Cordelia: los espacios de poder de las mujeres. En Cetaganda todo el imperio es controlado por una casta de supernobles mejorados y alterados genéticamente (la genética forma en sí misma parte de su cultura) llamados los haut (entre ellos no existe adiestramiento o formación militar de ningún tipo, únicamente son políticos, literatos, filósofos, etc. y unos estetas y presumidos pretenciosos y racistas de la ostia, la gran mayoría pasan sus vidas en el aislamiento y no se relacionan apenas con no hauts, menos con extranjeros), que a su vez controlan a la casta militar, los ghem. Pero nadie sabe exactamente que hacen las mujeres haut, la creencia general es que son utilizadas por los hombres como moneda de cambio, para cruzar líneas genéticas o alcanzar pactos políticos ventajosos (siempre entre hauts: solo se casan y aparean entre ellos; aunque una mujer haut puede ser concedida en matrimonio a un ghem de máximo rango, pero entonces deja de ser haut, y es expulsada de la línea genética sagrada). En esta novela descubrimos que algunas mujeres hauts, en este cerrado sistema, ostentan un poder especial secreto, conformando una especie de orden femenina que se asemeja a las Bene Gesserit de Dune. En este complejo orden social gobernado por dos niveles de castas, la superior (haut) y la inferior (ghem), las mujeres son la verdadera clave de gobierno.
Usted vive en los intersticios comunitarios de una riqueza que está más allá de los sueños más ambiciosos de la avaricia, y sin embargo, personalmente... no tiene nada. Ni siquiera sus propios cromosomas le pertenecen.
En otra novela, Ethan de Athos (1986), no tenemos como
protagonista a Miles (ni sale), si no a Ethan, un médico especialista en
medicina reproductiva del planeta Athos, un planeta TOTALMENTE aislado (mucho más
que Barrayar) y sin nada interesante (nadie les ataca por que es que allí no hay
nada, ni es un punto estratégico para nada, etc. tiene utilidad 0) y habitado solo por hombres. Viven de
forma ultra pacifica, no ejercen violencia, y son prácticamente amish, con
apenas avances (menos por el uso de una limitada ciencia y tecnología), y sin
apenas contacto con el exterior, ni siquiera salen de su mundo. Religiosos como
ellos solos y… todos son homosexuales. Todo el planeta. Entero. No hay
mujeres. Entienden que las mujeres trajeron el mal original, así que no entran
en el planeta, y para que la población prospere, los médicos como Ethan se
dedican a inseminar óvulos que importan de laboratorios en alguna parte del
universo, y crían a los fetos en placentas artificiales. Los bebes son
entregados a parejas estables (de hombres) con la suficiente puntuación de
ciudadanía.
Cuando el ultimo de envío de óvulos
de Jackson’s Whole llega defectuoso, Ethan es enviado a la Estación Kline para
iniciar un proceso de queja y conseguir óvulos nuevos, y sin querer acaba
metido en un conflicto con una de las fuerzas secretas especiales de una potencia desconocida por el control de un espécimen
mutante extremadamente peligroso, con misteriosas capacidades. Y la única persona capaz de ayudarlo es también la única que parece saber que está pasando: Elli Quinn, comandante y espía de los
Mercenarios Dendarii, enviada por el Almirante Miles Naismith (nuestro Miles, bajo su alias) para averiguar que está pasando con ese
peligroso sujeto mutante. Juntos, deberán descubrir todo lo posible y actuar rápido,
antes de que las fuerzas enemigas se les echen encima, y nace entre ambos un
lazo de amistad que logra superar la reticencia religiosa de Athos (no, Elli no
le vuelve hetero, ni duda de su sexualidad, ni se sugiere nada similar, Athos
sigue siendo gay, solo son amigos). Elli mola bastante, activa, rápida, inteligente y letal, e incondicionalmente leal al misterioso y famoso Almirante Naismith.
A menudo Miles deberá sufrir las consecuencias de su doble vida: como el Almirante mercenario Miles Naismith, al mando de la Flota Dendarii, es un hombre respetado y amado por todos sus subalternos, y una de las personas más famosas, buscadas y temidas de la galaxia. Es considerado como uno de los genios militares del momento y uno de los mejores mercenarios de su época, debido a sus arriesgados y victoriosos planes, a su extensa y secreta red de contactos que parece saberlo todo y gracias a la cual puede actuar antes que nadie, secretos que ni la mayoría de sus tenientes conocen (básicamente porque gran parte de la red de Miles es la de la Seguridad Imperial de Barrayar, claro, ellos le pasan la información, pero eso no lo saben la mayoría de los Dendarii ni el resto del universo), y al misterio entorno a quien es en realidad, de donde salió, porque parece tan joven (la gente tiende a asumir que en realidad tiene como cien años y ha travesado experimentales métodos de rejuvenecimiento que le han deformado). Pero como el teniente de Seguridad Imperial Miles Vorkosigan, al servicio exclusivo y secreto del Emperador, debe lealtad a su país, y no puede abandonarse a la seductora identidad de su alias. Siempre cumpliendo misiones encubiertas para su Imperio, enviando o acompañando a sus mercenarios a operaciones por todo el Universo (muchas veces contra Cetaganda), dirigiendo batallas que solo él sabe que no son por el dinero para mantener a esa gran familia que son su flota, si no por intereses de Barrayar (aunque Barrayar paga, y paga bien).
La autora habla a menudo sobre
las consecuencias de la discapacidad, y también de distintas discapacidades,
normalmente en contextos represivos y atrasados socialmente, como Barrayar. Con
Miles tenemos el ejemplo de una persona con altas capacidades (altísimas), pero
una severa discapacidad osea, su cuerpo no puede crecer más por la limitación
de sus huesos, y estos además son muy frágiles. Miles pertenecen a lo más alto
de la casta guerrera de los Vor de Barrayar, lo cual significa un grave
deshonor y una repudia social, pero no una condena a muerte ni el rechazo familiar.
Sus padres, además de Bothari, Elena, su primo Iván, y quizá incluso su abuelo
aunque no se hubiera esforzado, lo habrían querido igual de no tener esa obsesiva
búsqueda de reconocimiento y de demostrar sus capacidades, de convertirse en
soldado y oficial. Podía haber llevado una vida fácil, es él quien elige el
camino difícil. Sigue siendo un Vor y el hijo del regente y primer ministro,
hubiera podido vivir cómodo.
En Las montañas de la aflicción (1989), justo después de abandonar la
Academia como alférez y antes de su primer destino, con 20 años, descubre que
hay zonas muy cercanas a su residencia familiar donde el pueblo de Barrayar aún
vive en una era tan atrasada que la vida de aquellos que nacen con discapacidades es mucho mas dura... y a menudo corta. No todo el mundo
tiene su suerte. Niños y niñas nacidas con severas o incluso leves
discapacidades físicas o intelectuales, como un labio leporino, son asesinados
al nacer o al detectar la discapacidad, y pese a que esto ya está prohibido, la
costumbre esta tan arraigada que nadie denuncia. Hay gente con mucha menos
suerte que él, descubre que en el fondo es un afortunado. Él nació querido y
protegido, nunca tuvo que temer por su vida hasta que él mismo tomó la decisión de
marchar hacia el peligro, pudo elegir su camino y hubo gente que lo apoyó y lo
ayudó en todo lo que pudo (incluso el mismísimo emperador Gregor Vorbarra, ya
que son primos lejanos, y casi hermanos debido a que Cordelia fue como una
madre para este). Gente que sacrificó su vida para que el viviera. El destino y
asesinato de una recién nacida en una zona rural por nacer con un leve defecto
en la boca (crimen que él resuelve) le marca de por vida, y jura sobre su
pequeña tumba cambiar el destino de esa nación, y proteger a los que no lo
tuvieron todo a favor al nacer. En secreto, Miles sirve el resto de su carrera
como el abanderado de esa bebé muerta, “su damita”.
Descansa en paz, damita. Te has ganado un pobre caballero retorcido que llevará tus colores en la manga. Pero ambos hemos nacido en un mundo retorcido, un mundo que nos rechaza sin piedad y que nos expulsa sin consultarnos. Pero no cargaré contra molinos de viento por ti. Enviaré zapadores para minar a los imbéciles y los haré volar por los cielos...
Ahora sabía a quien servía. Y porque no podía rendirse. Ni fallar.
Miles no es el único
discapacitado. Los encontramos a patadas a lo largo de todas las novelas,
empezando por el sargento Bothari, una persona con una evidente neuroatipia (probablemente provocada por los constantes abusos). Y van saliendo más.
Las relaciones amorosas, si no
cruciales, sí que irán apareciendo también a lo largo de las novelas, empezando
por la de Aral y Cordelia, o los problemas de faldas en los que siempre se ve
envuelto el atractivo y seductor primo Iván Vorpatril (quien por otro lado, y
pese a su incondicional lealtad, está hasta el gorro de que Miles le meta en
sus fregados). Miles, pese a su aspecto no muy agraciado, también tiene su
ración. Y habrá rechazos y triunfos. Enamoramientos y desengaños. Y más de uno.
Y también veremos sus dudas acerca de si algún día alguien podrá amarlo, con su
aspecto.
Los puntazos LGTBI, como la
bisexualidad de Aral (que Cordelia acepta con total normalidad), la
homosexualidad de un perturbado villano sádico y perturbador de las primeras
novelas, el planeta Athos poblado únicamente por hombres homosexuales (es una
especie de utopía homosexual) con una marcada misoginia de carácter religioso, y Ethan, quien supera su misoginia, o el capitán hermafrodita Bel Thorne (un
hermafrodita betano y oficial de los Mercenarios Dendarii que se siente atraído
por Miles, y no para de meterle fichas mientras cumple como uno de sus
principales y más valiosos oficiales). Thorne es un puntazo, hermafrodita (representando a un tercer genero creados artificialmente) y
bisexual, se lo hace pasar fatal a Miles que es totalmente hetero con sus
sugerencias, pero sin embargo a la hora de la batalla funcionan genial (Thorne
reparte unas ostias como panes, es rápido y letal). Distintos modelos y ejemplos de LGTBIs. Aunque es cierto que exceptuando a los hermafroditas, que son ambas, de momento no me ha salido ninguna mujer lesbiana, solo hombres gays o bis.
Es una saga adictiva y
entretenida, a menudo quizá un pelín patriótica, demasiado uniforme nación,
rangos, etc. Pero sigue molando. Tiene muchos mensajes encomiables, como
podemos ver. El ritmo es ágil, dinámico, activo, a veces te ríes con los comentarios
ácidos de Miles o con Iván yendo 5 pasos por detrás, y a veces es muy épico. Yo
estoy enamorado de Cordelia. Cada libro puede leerse por separado, ya que
McMaster proporciona información suficiente en cada obra como para ponerte en
contexto, aunque es recomendable seguir el orden. De este modo veremos la
evolución de la personalidad de Miles, de la situación de Barrayar, del
contexto, etc. En cada libro hay cambios. Ninguno llega a las 500 paginas
(suelen tener entre 300 y 400).
Uno de sus principales fallos, para mí, es que a veces la autora comete algunas incoherencias con sus propios personajes menos populares, en sus libros posteriores. Por ejemplo en sus primeros libros trata la figura de Bothari, ese trágico monstruo, con una delicadeza a mi parecer encomiable y bellísima, pero en libros posteriores parece reducir la importancia que tuvo Bothari para la crianza y seguridad de Miles, y olvida parte de la complejidad y dimensión que ella misma había dado a su personaje, etc. Teniendo en cuenta que para mí de lo mejor de los libros es la relación entre Bothari y Cordelia, me sentó como una patada.
Utiliza una metodología de ciencia ficción vagamente similar a Dune (y no lo digo por los paralelismos entre Jessica y Cordelia, o las Benne Gesserit y esa oscura orden de mujeres haut), en cuanto a que pese a ocurrir millones (o miles, tampoco lo tenemos claro) de años después de nuestra época, siguen llevando códigos de honor y caballería similares a los del siglo XVIII, tienen uniformes parecidos, llevan espadas normales, etc.
En general merece mucho la pena leerlos, aunque hay que darle con paciencia, en este momento Ediciones B tiene publicados 15 libros: 14 novelas más un libro que recopila 3 novelas cortas (Las montañas de la aflicción, Laberinto, y Fronteras del infinito), y que se llama también Fronteras del infinito. Yo he leído hasta el octavo, Hermanos de armas (1989), y en breve me quiero leer el numero nueve, Danza de espejos (1994). Algunos son mejores y otros peores, pero no hay ninguno malo, y todos son muy disfrutables. Ediciones B los esta publicando desde hace unos años en unas ediciones de tapa blanda, minimalistas, numeradas según el orden interno de la saga, bastante cucas. Y por unos 10 euros o menos cada libro. Un entretenimiento asequible, de rápida lectura, barato, coleccionable, y con un punto muy retro. Además, se pueden leer o como saga o de forma independiente, escoges los que tu quieras. Si quieres leer, por ejemplo, solo Cetaganda, por el rollo de las mujeres haut y así, puedes hacerlo, la autora te contextualiza de sobra para que entiendas y disfrutes.
Hay algunas obras, creo que dos o tres, que Ediciones B ha decidido no publicar y que no están disponibles en español, nunca se han traducido, pero creo que no son necesarias para entender el final de la saga. Principalmente porque creo que el final está abierto, si a McMaster le diera la gana mañana podría sacar otro numero.
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