viernes, 22 de octubre de 2021

ELANTRIS - BRANDON SANDERSON

 


        “Y el Verbo se hizo carne”. Desde luego Brandon Sanderson se tomó muy en serio estas palabras cuando publicó esta novela en 2005, ya que comenzó con uno de los universos más gigantes de la historia de la Fantasía, llamado el Cosmere. Pero ya comentare un poco sobre ese universo al final del post, ahora vamos con este libro.

        El Verbo no solo se hizo carne, se hizo magia en general, y es que en este libro existe una poderosa magia llamada la AonDor, con la cual es posible dibujar runas (llamadas Aones) en el aire para producir diferentes efectos: desde rayos de energía, a curaciones milagrosas, luz, agua corriente, edificios eternos, convertir tierra muerta en ricas cosechas, agua en miel, etc. Lo que sea. Esta magia procede de la poderosa y eterna ciudad de Elantris, la ciudad de los dioses, una ciudad de gigantes murallas y bellísima estructura y edificaciones, capital del reino de Arelon, un territorio del extremo occidental del continente Opelon (también llamado Scyla). Este reino ha sido gobernado desde tiempos inmemoriales desde la ciudad de Elantris por los elantrinos, los únicos portadores de la AondDor, la magia rúnica todopoderosa.

        ¿Qué son los elantrinos? Elantrino no se nace, es una evolución. Entre aquellos de sangre aónica, el pueblo que lleva siglos habitando Arelon, unos pocos son bendecidos con la Shaod, la Transformación. De la noche a la mañana, y sin existir ninguna regla clara al respecto, pudiendo ocurrir en cualquier momento de su vida, un aónico normal y corriente se transforma en elantrino. Su piel se vuelve pálida y bella (rollo emperador elfo), su cabello rubio platino casi blanco, sus  cuerpos mucho más resistentes y se curan más rápido, pueden vivir cientos de años con facilidad, y obtienen la capacidad de utilizar la AonDor. Cuando alguien es bendecido, generalmente pasa a habitar en la majestuosa Elantris, el lugar más bello del mundo. Los elantrinos gobiernan con benevolencia, como dioses en la tierra, favoreciendo a sus súbditos, pero evitando mezclarse mucho con ellos (aunque en Elantris también viven aónicos normales). Rodeando a Elantris hay cuatro ciudades habitadas por comerciantes y distintos gremios, y el resto de Arelon es mayormente dedicado a la labranza y la ganadería, y relativamente poco habitado, es una población centralizada en la capital. Debido a la benevolencia de los elantrinos y a su poderosa magia, apenas existe el hambre, la pobreza, etc. porque todo lo que se planta o se produce es productivo gracias a la AonDor.  

        Por otro lado, al otro lado del continente, se encuentra el Imperio Fjorden, un estado teocrático, estricto y militarista, fanático, que rinde culto a una religión llamada el Shu-Dereth, basada en la autoridad y en la obediencia ciega hacia tus superiores como máxima expresión de devoción al Dios Jaddeth. Es un sistema de castas totalmente estratificado, donde en última instancia todo el mundo rinde culto y servicio al emperador y líder de la Iglesia del Shu-Dereth, llamado el Wyrn, máximo representante y vicario de Jaddeth en el mundo, y por tanto solo responde ante este. La máxima aspiración de las creencias derethies es la conversión completa y total de toda la población viviente, ese es el deseo de Jaddeth. Para ello, lleva generaciones anexionando territorios a través de conquistas militares, y religiosas, enviando no solo soldados, si no legiones de monjes que socaban la autoridad de los Estados soberanos y acaban provocando la conversión al Shu-Dereth y anexión al Imperio. De hecho, en general las invasiones se producen con monjes oradores y religión, enviar fuerzas de soldados es la última opción (aunque tampoco les tiembla la mano en hacerlo si es necesario, posen una fuerza de monjes-soldado extraordinariamente preparada).

        Hasta ahora únicamente Arelon y los reinos circundantes se han resistido, debido a que el Imperio no se atreve a enfrentarse al poder de Elantris.

        Pero eso se ha terminado. Unos diez años antes del inicio de la novela, el poder de Elantris tocó a su fin, con la llegada del Reod, el Castigo. No se sabe porque, muchos creen que debido a su arrogancia, un día todos los elantrinos se marchitaron, su piel se cubrió de manchas, sus cuerpos se volvieron débiles e incapaces de curarse, y perdieron la capacidad de usar la AonDor. El caos generado por este shock provocó el alzamiento de los no elantrinos dirigidos por los mercaderes y comerciantes más ambiciosos, gran parte de la población elantrina fue masacrada, y los que quedaron fueron encerrados en el interior de su ciudad, e Iadon, antaño líder de los gremios de comercio, es coronado rey, estableciendo la nueva capital en Kae, una de las ciudades vecinas de Elantris. Ahora, la antaño ciudad más bella del mundo, se ha convertido en una gigantesca tumba, una leprosería de quienes fueron dioses. Sus cuerpos no pueden morir, por lo que no necesitan comer ni beber, pero tampoco pueden curarse, cada punzada de dolor se añade a las demás sin desaparecer jamás, hasta que tu mismo te pierdes entre el dolor, tu mente destruida para siempre (este es el mayor temor de los elantrinos actuales).

 


Así imagino la ciudad de Elantris. Imponente, majestuosa, y abandonada, neblinosa, siniestra. Un lugar en el que solo te espera una muerte que no es muerte. Un dolor eterno. Fanart por Kredik Shaw. Fuente: DeviantArt.


La ciudad caída se había convertido en una tumba para aquellos cuyos cuerpos se habían olvidado de morir. Era como si Elantris estuviera empeñada en morir. Una ciudad suicida.

 

        El nuevo gobierno es un sistema de nobleza donde la riqueza de cada uno marca tu categoría social, una plutocracia absoluta. Durante diez años el reino se desarrolla en una total obsesión por enriquecerse y escalar socialmente, gran parte de la población se convierte en granjeros y agricultores asalariados de grandes propietarios. Prácticamente no existe ejército, apenas una pequeña fuerza de unos pocos cientos de naturaleza más policial, y algunas fuerzas privadas de algún noble. La Shaod (que sigue produciéndose de forma aleatoria) ahora es vista como una maldición, y quien es tocado por ella es enviado a Elantris a languidecer y morir (a no morir mas bien).



La decadente Elantris, gris y sucia, con algunos elantrinos, mas vagabundos dejados que otra cosa. A la derecha en la pared pueden verse algunos Aones (runas mágicas), ya carentes de poder o utilidad. Fanart. Fuente: Pinterest.


    Este es el marco donde ocurrirá la novela, y ésta estará dirigida por tres protagonistas (uno de ellos asumiendo el papel de antagonista) cuyos capítulos se alternarán en orden riguroso.

        La novela inicia cuando el joven príncipe Raoden, el hijo de Iadon, es alcanzando por la maldición, y sin una sola duda por parte de su padre, es arrojado a Elantris, una sombra decadente y ruinosa (en tan solo diez años) de lo que fue. Pero Raoden no tiene intención de dejarse vencer por las circunstancias, y descubre una población que necesita un líder, pero que esta brutalizada por las condiciones en las que viven.

 

Elantris. Un enorme bloque de ébano: ya no era una ciudad, solo su cadáver.


        Raoden, joven inteligente y de buen corazón, comienza a formar un núcleo de poder en la ciudad maldita, atrayendo a cada vez más fieles, tratando de crear un nuevo hogar, un refugio para todos, en el Infierno. Trata de salvar a la ciudad y a los elantrinos, entregándoles un propósito. Mientras tanto, no ceja en su empeño por esclarecer el misterio entorno al Reod. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué ocurrió la maldición? Y su mayor ambición: recuperar el poder de la AonDor, y esgrimirlo por el bien de su gente y su nueva ciudad: Elantris, la bella y la maldita.

 

Fanart de Raoden, por @m3h-1966. Fuente: Pinterest.


Elantris cambiará. Olvidad vuestra ira. Dejadme daros a cambio esperanza.

 

        Es muy interesante como Raoden era un joven acomodado que lo tenía todo (aunque no vago, hacía mucho en su reino antes de su Shaod, ya lo veréis) y de pronto se convierte en nada, en lo más bajo posible de la sociedad, un maldito, prácticamente un zombie, un muerto en vida. Pero empieza a manipular los eventos en el ambiente de la ciudad, a jugar con los distintos poderes y los distintos jefes tribales, absorbiendo cada vez más población y convirtiéndose en el líder que necesitan. Es consciente de que para ello necesita gente, y dirige los acontecimientos para aumentar su propio poder, pero no lo hace por ansia de poder, lo hace porque tiene que hacerlo, él se carga la responsabilidad de salvarlos a todos.

 

Así, usando su orgullo como escudo contra la desesperación, el rechazo y (lo más importante) la autocompasión, Raoden alzó la cabeza para mirar a la maldición a los ojos.

 

        La segunda protagonista es Sarene, la princesa de Teod. Teod es un reino ubicado en el único otro continente que conocemos de este mundo, el continente norte (no tiene nombre oficial), separado de Opelon por un mar. Es una nación gobernada por el rey Eventeo, con una poderosa armada naval que protege sus costas de los Fjordell, y que mantuvo una vieja alianza con Elantris y el reino de Arelon, truncada por el Reod. Al igual que en Arelon, la religión predominante es el Shu-Korath (la religión hermana del Shu-Dereth, muy similar al cristianismo abierto, todo luz, aceptación y amor, donde el papel de Dios es asumido por una figura llamada Domi).

        La princesa Sarene, hija de Eventeo, lleva años formándose y desempañándose como importante miembro del cuerpo diplomático de su padre en misiones por países extranjeros, y es una mujer inteligente, desenvuelta, capaz, e, importante, soltera. Importante porque Sarene, por propia voluntad, y ante el imparable avance de los Fjordell, decide forzar una alianza con Arelon prometiéndose con el príncipe Raoden. Tanto ella como Raoden saben que Arelon es el siguiente escalón del Imperio, y después, le tocará el turno a Teod, así que la alianza es imperativa. Este matrimonio sentará las bases de la alianza con la que planean oponerse al Imperio (aunque para Iadon, el rey de Arelon, no es más que un pacto comercial). Pese a que es un matrimonio de conveniencia, a través de un sistema de comunicación mágico los dos prometidos han estado hablando las últimas semanas y han descubierto que se caen muy bien y tienen mucho en común, sintiendo algo mutuo.



Sarene, paseando por los pasillos del palacio de Iadon, planeando su siguiente jugada. Fanart por Sev4Games. Fuente: DeviantArt.


        Pero este matrimonio se va al traste: Sarene llega tres días después de que el príncipe sea arrojado a Elantris, y le anuncian que Raoden ha muerto de una enfermedad súbita. El Reod del príncipe es tratado como secreto de Estado por temor a la vergüenza, así que solo Iadon y algún miembro de su personal saben la verdad, el resto cree que ha muerto, incluida Sarene.

        Atada por los términos del contrato matrimonial, Sarene se encuentra atrapada en Kae, en una posición donde es viuda de un hombre al que no ha llegado a conocer en persona, pertenece a la familia real de Arelon y es princesa de este reino. Pero, como el propio Raoden (hay ciertos paralelismo en sus situaciones) se niega a ser un mueble decorativo, y comienza una lenta escalada de poder, poniéndose en contacto con los grupos de personas importantes (nobles) descontentos con el nefasto sistema de gobierno de Iadon, y poco a poco comienza a socavar su autoridad para sacar al reino de una plutocracia que lo está empobreciendo y agotando (que es la situación del reino). Es interesante como Sarene utiliza a menudo las armas de las que como mujer dispone, por ejemplo, su invisibilidad por ser mujer en una sociedad machista, para extraer información. Por otro lado se alza como una líder nata, hábil manipuladora e intrigante que sabe perfectamente cómo mover los hilos del poder, en su beneficio.

        Poco a poco nacerá en su corazón un verdadero amor por ese reino, Arelon, y por su pueblo huérfano, los aónicos, abandonados por la caída de los elantrinos, y empezará a sentirse verdaderamente como su princesa, la responsable de devolverles las prosperidad. Iadon no será aquí su verdadero rival, este proviene de su más ancestral enemigo: el Imperio Fjordell.

        Y aquí tenemos a nuestro tercer prota, el que hace las veces de antagonista, y a mí parecer, de calle el personaje más interesante y complejo de la novela: Hrathen, gyorn (sumo sacerdote) del Shu-Dereth. En el estricto sistema de clases del Shu-Dereth y del Imperio, los gyorn ocupan la posición más alta, los más poderosos, solo existen unos veinte en total, y solo son superados por el propio Wyrm. Así que solo obedecen las órdenes directas del Wyrm.

        Durante los diez años transcurridos desde el Reod, el Imperio ha conquistado todos los territorios que rodean a Arelon, siendo el ultimo la Republica de Duladel. El enviado para dirigir esta conquista fue el mismo Hrathen. Tras unos pocos meses allí, los discursos de Hrathen provocaron una feroz revuelta que exterminó todo el gobierno de Duladel, y se lo entregó a los Fjordell. El Wyrm ahora ha posado su vista sobre Arelon, y allí ha enviado a su gyorn.

        Hrathen es un hombre imponente: alto, fuerte, y vestido con una impresionante armadura roja de placas, para demostrar que es guerrero y general además de sumo sacerdote, para recordar el poderío militar que existe tras él. También es un hombre inteligente, habilísimo orador capaz de conducir a las masas como un pastor, hacia la dirección que quiera. Al igual que Sarene, manipulador y hábil intrigante. Pero lo interesante, el giro de vuelta magistral de Sanderson, es que no es tan despiadado como cabría suponer de un sumo sacerdote de un culto tan frio, implacable y militarista. La brutalidad de la revuelta de Duladel que él provocó lo ha disociado, ya no está seguro de que su religión merezca el sacrificio de tantísimas personas solo por servir a Jaddeth. Incluso se plantea cosas, está atravesando una crisis de fe.



Hrathen. Fanart por Jessi Oche.


        Pese a ello, Hrathen se mantiene firme en su objetivo de vida: servir a Jaddeth y al Shu-Dereth. Su característica fundamental es que, a su manera, es un hombre piadoso. Sabe que probablemente podría provocar una revuelta incendiaria que arrasara Arelon, como hizo en Duladel, pero no es un carnicero, quiere una conversión con el menor número de víctimas posibles. En definitiva: al igual que los otros dos personajes, es un salvador (aunque sea más retorcido), quiere salvar Arelon del exterminio. Y es que solo tiene tres meses para que Arelon y su gobierno se conviertan, y se vuelvan en un reino satélite más, parte del Imperio. Si a los tres meses no lo consigue, las legiones de monjes guerreros de Fjorden arrasarán todo Arelon hasta los cimientos, sin apenas supervivientes, y la colonizaran súbditos del Shu-Dereth. Ese es el plazo que el Wyrm le ha concedido.  

 

Algún día lo llamarían su salvador.

 

        El gyorn comienza una hábil conspiración donde va anexionando miembros de la alta nobleza al Shu-Dereth, ayudado por un monje aónico súbdito del Shu-Dereth (se convirtió hace muchos años) y miembro de la pequeña parroquia derethi que había en Kae antes de la llegada del gyorn, Dilaf. Dilaf al principio se presenta como un útil ayudante, pero su tremendo fanatismo, ausente totalmente del medido control y estricta lógica de Hrathen, acaba convirtiéndose en un serio problema para los planes del sumo sacerdote, que deberá lidiar con este extremista. A Dilaf le trae sin cuidado exterminar a toda la población, disfruta con la matanza de herejes.

 

El odio puede unir a personas con más fervor que la fe.

 

        Es muy interesante la relación de rivalidad que se establece entre Sarene y Hrathen, las estrategias y contra-estrategias políticas que monta cada uno para anular al otro. Muy pronto ambos se dan cuenta que el otro es el verdadero peligro para sus objetivos, y no Iadon y su gobierno plutócrata basado en el dinero (aunque este si sea un obstáculo importante). De hecho, lo especialmente interesante es la admiración secreta (y parcialmente negada) que Hrathen siente por Sarene, la única persona hasta la fecha que ha sido capaz de vérselas con él en estas lides, y que de hecho le marca un montón de goles a lo largo de la novela. Además Hrathen es probablemente el personaje con la visión más completa, él es consciente de que en tres meses una invasión de miles de monjes guerreros fanáticos tremendamente preparados va a asolar ese reino, que no cuenta ni por asomo con una fuerza capaz de enfrentar algo semejante, ni con defensas óptimas. Su única posibilidad de salvación pasa por convertirles, y Hrathen está dispuesto a todo para salvar al reino, incluyendo algunos sacrificios puntuales, algunas muertes hábilmente dirigidas. Pero eso no impide que admire las habilidades de la princesa.



Hrathen y Sarene al lado de las murallas de Elantris.

 

La verdad no podrá ser derrotada. Aunque la gente la olvide temporalmente.

 

        El paralelismo entre los tres también es muy chulo, los tres salvadores. Raoden, el príncipe condenado que se niega a rendirse y quiere construir un hogar y paraíso en el Infierno para el resto de malditos, e incluso recuperar el poder perdido del reino. Sarene, la princesa del reino vecino que tiene en todo momento la posibilidad de retirarse a su hogar más allá del mar, pero se niega, no piensa permitir ni que Iadon siga asfixiando al que ahora es su pueblo, ni que el Imperio Fjordell les convierta a su fanatismo. Y Hrathen, el sumo sacerdote perdido que quiere evitar el exterminio.

 

Tenemos que arreglar lo que está roto.


        Sarene supone un ejemplo de personaje femenino y feminista en la fantasía, genero donde sabemos que a veces este modelo flaquea (en los últimos años menos, se está avanzando mucho y muy deprisa, pero antaño telita). No es una mujer que para demostrar que es fuerte la pones de guerrera repartiendo ostiones como panes, y ya maravilloso (tipo Red Sonja, de Robert E. Howard): convertir a una mujer en el arquetipo de macho Terminator pero con tetas y pelo largo como único método de empoderamiento no es muy feminista. Ya es bastante ridículo para los hombres. Sarene es una mujer crecida en un tiempo relativamente medieval y por tanto bastante machista, las mujeres son muebles decorativos en general. Y ella no es una soldado (por otro lado tampoco salen demasiados soldados, Raoden tampoco lo es), aunque sea una hábil practicante del deporte de esgrima. Pero es muy capaz de usar las armas de la política y la diplomacia, y de utilizar las escasas ventajas que tiene en este campo como mujer, y de subsanar o usar en su favor muchas de las desventajas. Es una mujer empoderada, trabajadora, capaz. Una líder nata.

        Al final los tres personajes llevarán sus propias tramas que se entrecruzarán y se relacionarán para conducirnos al destino que espera al reino de Arelon y a las ciudades de Kae y de Elantris, así como a los propios protas. Un viaje donde deberán analizarse a si mismos y donde se enfrentarán a las mayores pruebas de sus vidas, poniendo a prueba sus valores, su confianza, sus diferentes habilidades. Y en el centro de toda esta trama, como el eje principal, como un protagonista mas, la propia Elantris. La ciudad donde antaño vivieron dioses y ahora es una cárcel sucia y mugrienta para gente considerada maldita, a quienes se les ha negado incluso el descanso eterno. 


Raoden y Sarene en la ciudad de Elantris. Portada de edición americana.


        Elantris se ubica, dentro del universo de Sanderson (el Cosmere) en el mundo de Sel. Pese a que es la primera novela como tal que sacó de este Universo, y que tiene mucho donde continuar, y de hecho él mismo ha declarado que la historia continuará, de momento no tenemos noticia de la fecha de publicación de los siguientes números. Pero sí que hay algunas novelas cortas y relatos más en Sel, que vienen recogidos en la recopilación Arcanum Ilimitado.

        En cuanto al Cosmere, pues aun no puedo hablar demasiado, algo he leído por wikias, pero poquito, para no spoilearme. Se supone que en sus colecciones de El Archivo de las Tormentas  y Nacidos de la bruma  sí que se desarrolla este concepto más. En definitiva es un Universo de muchos mundos (planetas), donde algunos tienen unos poderes y capacidades concretas, que solo pueden desarrollarse en ese mundo concreto (la AonDor solo puede existir en Sel). Cada mundo tiene por tanto su estricto sistema de magia o magias, pero a su vez hay un sistema común que une todos los mundos y sistemas. También existe una historia común al universo, como se formó, de donde vino, como se forman esas magias en esos mundos… Y algunos personajes ven el cuadro completo, o parte, y se mueven entre mundos, viajan entre ellos. Prácticamente nada de esto se ve en Elantris, de hecho ni siquiera se menciona que el nombre del mundo es Sel, eso lo he averiguado yo mirando en wikias. Es una novela que de momento es bastante a su bola dentro del universo conjunto. Aunque sí que sale, pero muy de fondo y camuflado, uno de estos personajes capaces de viajar entre mundos y que conocen la existencia del resto. Todo esto pueden consultarse y usarse de guía webs como Coppermind o Stormlight Archive. Vamos yo de aquí a no mucho tiempo espero estar con el primero de Nacidos de la bruma. Pese a todo esto también se puede leer de forma independiente. 

        Curiosamente, Brandon Sanderson es mormón, de hecho estudió en la Bringham Young University, y fue misionero mormón. Mi última experiencia con libros donde participó un mormón, El ciclo de la Puerta de la Muerte, fue bastante pobre, todo estaba recubierto de un tono moralista e incluso “educador” (lo intenta), y una dualidad Bien-Mal bastante repelente y atrasada. Pero en este caso todo lo contrario. Es cierto que la novela es parcialmente mesiánica (especialmente el personaje de Raoden), y existe un poquito de dualidad, con el tema de las religiones. El Shu-Korath es visto como el cristianismo positivo, todo aceptación, ni siquiera tratan de convertir especialmente, que venga quien quiera, y el Shu-Dereth como los fanáticos extremistas, todo control e intransigencia. Buenos y malos. Pero tampoco se pasa, es bastante ligero a la hora de meternos contenido moral. Y además tenemos a Hrathen descompensando, quien es siervo y seguidor del Shu-Dereth (un puñetero gyorn, un sumo sacerdote, como un cardenal) pero tampoco tiene las cosas muy claras. O sea, no todo el mundo tiene que ser un fanático por cojones. Además, Sanderson basó a Hrathen en sus propios tiempos como misionero, así que es posible que él haga algo de autocrítica hacia él y hacia su fe sobre si está bien eso de ir convirtiendo a troche y moche a cambio de la salvación. Me parece que trata estos temas de un  modo bastante ameno, correcto, innovador, e incluso dulce.

        Sanderson es un especialista y profesor de literatura creativa, con algunos ensayos publicados acerca del tema, y apasionado del mundo de la fantasía. Tiene una burrada de libros publicados, y además suelen ser muy largos, y sigue subiendo.

        Elantris es una novela bastante libre de los clichés típicos del género, con unos sistemas de gobierno, relaciones, magias, etc. diferentes e intrigantes, que mezcla fantasía con ciencia ficción. Muy recomendable para cualquier lector de estos géneros. Ha recibido siempre críticas positivas, aunque nunca ha ganado ningún premio. Tiene una fuerte carga de misterio, y otra de épica y política. Incluso la forma de visibilizar la guerra, los combates, etc. es diferente. 

        Hay muchas ediciones, la mayoría de la editorial Nova, pero yo recomiendo comprar directamente la edición décimo aniversario, versión definitiva del autor, que es la más completa. En tapa dura, con una sobrecubierta chulísima con la ciudad de Elantris de fondo, etc. El libro cuenta con tres cuidados mapas, uno del continente de Opelon y parte del continente norte, con Teod; otro mapa de Arelon, y otro más de la ciudad de Elantris y de Kae. Además cuenta con varios prefacios, prologos, comentarios de editores, del propio Sanderson, una serie de escenas eliminadas, información sobre la AonDor y lista ilustrada de Aones, etc. Es una gozada, aunque salga cara (26.50 €).



Portada del libro.


 Mapa del continente Opelon (o Scyla). Arriba esta el continente norte, con Teod.



Mapa de Arelon.



Mapas de Elantris (a la izquierda, la cuadrada) y Kae (a la derecha, la circular).



Lista de Aones (hay mas, son bastantes paginas).






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