1. La voz de las espadas. 744 pags. 2006.
2. Antes de que los cuelguen. 776 pags. 2007.
3. El último argumento de los reyes. 903 pags. 2008.
Esta saga es la primera parte del
universo del Circulo del Mundo, obra del autor Joe Abercrombie, quien ha sido
llamado Lord Grimdark, debido a su inclinación y habilidad dentro de este
sub-genero; y La Primera Ley es un
excelente ejemplo. El grimdark es una rama de la fantasía oscura caracterizada
por el uso de un tono, estilo, o escenario, particularmente amoral o violenta.
Adam Roberts definió el termino como “donde nadie es honorable y rige la ley
del más fuerte”. Son novelas donde los monarcas tienden a ser unos inútiles, y
los héroes tienen defectos (pero defectos, DEFECTOS). George RR Martín y su Canción de Hielo y Fuego es un famoso
ejemplo de grimdark (aunque su
pasotismo para con los fans y sus novelas me tienen más que harto, pero no voy
a entrar en eso, que me pierdo). Las novelas de Abercrombie tienen todas estas características,
son bastante groseras, no se corta a la hora de soltar tacos o palabrotas, son
agresivas y bestiales, tienen escenas brutales, y las muertes se reparten con
ligereza (incluyendo niños).
La saga de La Primera Ley, publicada entre 2006 y 2008 (el tío se puso las
pilas pero a fondo, sobre todo teniendo en cuenta que son 3 libros de más de 700
páginas cada uno; el tercero 900) se ubica en el mundo conocido como el Circulo
del Mundo. Desgraciadamente Abercrombie no hizo mapas para su primera saga, pero
posteriormente, entre los libros posteriores, la publicación del comic del
primer libro, etc. sí que se sacaron mapas, algunos de ellos fandom, otros más
oficiales. Se pueden encontrar muy fáciles por internet, y sirven de una guía
bastante útil.
La saga comienza en un mundo (el
Circulo del Mundo, llamado así por la forma circular) dividido en dos grandes
imperios: la mayor parte de la acción se ubica en La Unión, una confederación
de naciones bajo el gobierno de Midderland, la isla y país que se encuentra en
el centro del mapa. La capital de Midderland es la gigantesca y bella ciudad de
Adua, desde donde reina el Gran Rey de La Unión, gobernante supremo. Además de
Midderland, al norte esta Angland, al este Starikland, más las ciudades-estado
de Dagoska (al sur) y Westport (al oeste, en la isla de Styria), cada uno de
ellos gobernado en nombre del Gran Rey por un Lord Gobernador. La Unión fue
fundada hace varios cientos de años por el Rey Harod el Grande, con la ayuda y
consejo de Bayaz, el Primero de los Magos. Gobernando sobre casi todas las
tierras del sur (el continente se llama Kanta) con mano de hierro se encuentra
el Imperio de Gurkhul, una especie de super imperio estilo persa a cuyo frente
se encuentra el Emperador Uthman-ul-Dosht, un tirano cruel, y en las sombras,
manejando los hilos del poder, esta Khalul, el Profeta, la Voz de Dios.
Los gurkhos son una nación fanática y oscurantista, esclavista, rinde una
adoración divina e incondicional al emperador y al Profeta, y poseen un férreo control
de todas sus provincias, que es más de lo que se puede decir de La Unión. Vienen
a ser como la visión que hay de los persas en 300 (2006), que históricamente es totalmente fantasiosa y
equivocada, pero nos vale para el caso. “Nuestras flechas cubrirán el sol”, “nuestros
ejércitos secan los ríos al beber”, y todo eso.
La Unión se encuentra en absoluta decadencia: la Universidad se cae a pedazos y nadie les hace ya caso, la Orden de los Magos desapareció o se exilió hace cientos de años, ya no se cree en nada, impera la ley del dinero y la ambición personal (puro capitalismo y libre-mercado vamos), los Gremios de Mercaderes (Sederos, Especieros, etc.) y los bancos están en lo alto de la escala social, la política es un juego de poderes para satisfacer caprichos y resarcir ofensas personales, y el Ejercito se ha convertido en una guardería para niñatos ricos y/o nobles.
Mientras La Unión se sumerge en la decadencia, Ghurkul ya se ha recuperado de la guerra que hace como 10 años le ganó La Unión, ha forjado un ejército nuevo, y está preparado; el nuevo emperador es despiadado y no tolera la derrota. En las profundidades de su monasterio-fortaleza de Sarkant, el Profeta Khalul ha terminado de crear una nueva fuerza de sacerdotes misteriosa y terrible, a los que se conocen como Devoradores. ¿Es posible que Gurkhul esté dispuesto a lanzarse al mar para atacar a su más ancestral enemigo?
El rollito Gurkhul, muy 300.
Al mismo tiempo, en las heladas tierras al norte de Angland, en el territorio desgobernado y letal, incivilizado y terrible, donde solo impera la ley del más fuerte, conocido solo como el Norte, las cosas están cambiando drásticamente. Un nuevo Rey de los Hombres del Norte se ha alzado (algo que no ocurría desde hace 200 años), Bethod es su nombre, y ha tomado el control de casi todos los territorios, hombres y guerreros; ha sometido a cuantos se le han opuesto. Tiene su propia bruja, Caurib, junto a la cual ha llevado a cabo oscuros pactos con poderes antiguos; y un campeón que es más monstruo que hombre, casi un titán, Fenris el Temible. Junto a su ejército de soldados veteranos que han empuñado la espada y el hacha casi desde que nacieron, parece dispuesto a marchar sobre La Unión.
Esta es la situación al inicio
del libro: una doble amenaza se cierne sobre La Unión, desde el norte y desde
el sur. Mientras tanto, el Gran Rey Gustav V es poco más que una ballena varada, una morsa gorda y senil apenas capaz de no mearse encima o
comer solo, mucho menos gobernar nada, y el Príncipe Heredero, Ladisla, es un imbécil
egoísta y fiestero rodeado de aduladores, incapaz de hacerse responsable de nada
más importante que de elegir su próximo sombrero. La Unión es gobernada por el
Consejo Cerrado, los doce hombres que controlan todos los mecanismos del Estado:
el Ejército y la Marina, la Inquisición (como una policía secreta), la Casa
Real, la ley y la Justicia, la economía y los impuestos, etc.
Para narrarnos la historia,
Abercrombie usa una serie de protagonistas principales de diversas características
y procedencias, que se interrelacionan en mayor o menor medida entre ellos (y
no siempre a buenas). Todos tienen aristas, todos son complejos, y la mayoría están,
de una forma u otra, en la mierda.
Logen Nuevededos es un norteño de oscuro pasado, su nombre es temido y odiado por todo el Norte, y se le conoce como el Sanguinario. Su figura está estrechamente relacionada a la de Bethod, Logen fue el campeón que lo encumbró, y más tarde Bethod lo traicionó y lo exilió. Pese a su terrible fama, y a su endiablada capacidad para matar, Logen es un hombre tranquilo y reflexivo, incluso filosófico, que carga con su pasado mientras trata de ser mejor persona. Además una siniestra maldición pesa sobre él, algo que descubriremos con el tiempo. Solo, con su familia muerta hace años, y tras perder a los únicos amigos que le quedaban en el primer capítulo del libro, decide que no queda nada para él en el Norte, y parte junto al mismísimo Bayaz, el Primero de los Magos (que estaba escondido en el Norte), a una misión secreta, de la que él mismo prefiere saber lo menos posible. Una misión que primero le llevará a Adua, y más adelante a los confines del mundo, al lugar más lejano que cabe imaginar. Descubrirá en Bayaz a un hombre sabio, pero con un rostro oculto áspero y aterrador, su magia antaño poderosísima ahora está en decadencia, pero no ha dejado de ser un sujeto peligroso. No es el cercano, paciente, juicioso y preocupado Gandalf. Es un hombre implacable, más cercano a Saruman, que valora los resultados y no le importan los medios. Además, debido a sus cientos de años de edad, Bayaz representa la conexión a un pasado remoto que se asoma constantemente al presente de la novela.
Ferro Maljinn es una mujer kantic
que fue esclavizada por los gurkhos cuando era una niña, y tras años de
confinamiento, torturas, violaciones, y abusos, logró escapar. Está
absolutamente consumida por el deseo de venganza, matar al mayor número de
gurkhos posible, cosa que se le da bastante bien. Tiene una puntería que casi
parece divina con su arco. Junto a un hombre misterioso llamado Yulwei, que
nadie parece capaz de encontrar ni localizar si él no quiere que lo hagan, inicia
un viaje hacia Adua bajo la promesa de una venganza más completa que limitarse
a matar soldados en las estepas.
El capitán Jezal dan Luthar es
uno de esos niñatos ricos, oficiales del Ejército, que hacen uso de su trabajo más
como club social que por verdadera devoción militar o patriótica. Es vanidoso, egoísta,
cobarde y odioso, solo le interesan las fiestas y conquistar mujeres. Pese a
ello tiene cierta notable capacidad con la espada, y está entrenándose para el
Certamen (un campeonato de esgrima anual donde compiten los mejores espadachines
del momento) bajo la dirección del Lord Mariscal Varuz, el líder supremo del Ejército
y miembro del Consejo Cerrado. Pronto se verá encerrado en los siniestros hilos
de poder que se están urdiendo tras las bambalinas de La Unión, y se preguntará
como podía haber vivido con tanto y disfrutarlo tan poco. Como podía haber
dejado tan poco para los demás.
El comandante Collem West, líder del
regimiento del que forma parte Luthar, y antiguo ganador del Certamen, además de
uno de los héroes de la anterior guerra gurkha, conocido como “el primero en
atravesar la brecha de Ulrioch”. Su único factor en contra es que es un plebeyo
sin sangre, ha tenido que esforzarse por ganar cada centímetro de
reconocimiento, cuando a otros como a Luthar se lo han regalado. Y aun así, es
observado por encima del hombro por todos los oficiales de alta alcurnia que le
rodean. Pese a ello mantiene una relación de complicada y tensa amistad con
Luthar. Es un hombre de buen corazón y que trata de hacer siempre lo correcto,
pero la situación de continua injusticia en la que se encuentra, y la visión
del trato que reciben los plebeyos en ese mundo, le han dotado de un
temperamento furioso que pese a tratar de reprimir continuamente, a veces
explota con resultados imprevisibles. Los acontecimientos en los que se verá
embarcado le enseñarán que a veces lo único que puede hacerse es convertirse en
alguien despiadado, y que el poder de dar órdenes, puede ser un regalo
envenenado.
Y finalmente, mi favorito, y el favorito de gran parte del fandom: el Inquisidor Sand dan Glotka. El Inquisidor en el pasado fue el coronel Glotka, ganador del Certamen y espadachín legendario; el mayor soldado de La Unión y de la guerra gurkha; el líder del regimiento en el que luchaba West; el azote de los gurkhos. Pero tras una arriesgada carga fue capturado y torturado durante dos años en las cárceles del Emperador. Después de un intercambio de prisioneros volvió vivo a Adua, pero convertido en un ser lamentable y monstruoso. La mitad de los dientes arrancados, una de las piernas tan torturada que es un pedazo de carne inservible que le produce calambres por todo el cuerpo, y está obligado a moverse de forma renqueante con un bastón (es como un Dr House en torturador, además es igual de irónico), la columna vertebral parcialmente desviada de tal manera que ya no puede colocarse derecho del todo. Tiene 35 años y parece que tiene 90. Pero Glotka es un superviviente nato, se negó a rendirse, se negó a postrarse en su cama y vivir el resto de sus días como un inválido. Un hombre de una sagacidad implacable y una inteligencia voraz, siempre a la búsqueda de la verdad, se une a la filas de la Inquisición, donde se convierte en su mejor torturador e investigador, acompañado de sus dos Practicantes o ayudantes, sus brazos ejecutores, Frost (un gigante albino silencioso) y Severard (un larguirucho rajacuellos con una útil habilidad para moverse en los bajos fondos). Los diálogos interiores, el humor negro, y la ironía de Glotka son puro oro, y sus escenas torturando gente tiene un punto de arte, de trabajo bien hecho. El tío es meticuloso pero no una bestia, hace lo que tiene que hacer, él ha elegido ser el monstruo que hace falta que sea.
Estoy preparado para morir, pero me niego a perder.
Glotka no cuenta con buena fama entre la Inquisición debido a que es tan implacable que no sigue las reglas del juego de sobornos y poderes, y a veces destapa lo que no debe ser destapado. Y esto puede costarle la vida, pero antes de que eso ocurra es reclutado por el Archilector Sult, el líder supremo de la Inquisición y miembro del Consejo Cerrado, a quien muchos consideran el hombre más poderoso de La Unión. Sobre todo ahora que el hombre que manejaba el Consejo y el verdadero arquitecto del Estado, el Lord Canciller Feekt (conocido como el Canciller Dorado), ha muerto. Sult intenta por todos los medios tomar el mando ahora que Feekt ya no esta, compitiendo contra el Juez Marovia, el Lord Mayor de Justicia. Y Glotka pasa a jugar en el equipo de Sult en esa competición plagada de cadáveres, no dejando de juzgar (para sus adentros) la locura que supone ese absurdo partido mientras los gurkhos y Bethod se relamen en las fronteras, acechando a la presa. Pero Glotka no tiene otro remedio que jugar, Sult resulta ser un amo atroz que no tolera el fracaso. Glotka se encarga en las sombras, junto a Frost y Severard, de hacer los trabajos, cumplir las tareas, y realizar las preguntas necesarias para que las conspiraciones de Sult prosperen. Pero al mismo tiempo, empieza a hacer su propias preguntas, en la medida de lo posible, y jugar a su propio juego. Esta competición se verá agravada por la llegada de Bayaz, acompañado de Logen Nuevededos, a Adua.
Nos encontramos en dos guerras. Una se lucha con fuego y con acero, y la otra es subterránea: una guerra que lleva luchándose cientos de años.
Todos los personajes (no solo
Glotka) se verán enrollados en una oscura partida de poderes donde quien a primera vista puede parecer un maestro jugador, en realidad no
es sino un mero peón bajo las ordenes de alguien que se esconde más
profundamente. Toda La Unión, y Adua en particular, se convierten en un
misterioso laberinto de secretos y sangre, y en alguna parte de esos corredores
se halla la clave para conocer al verdadero titiritero supremo. Nuestros
protagonistas se verán forzados a elegir quien es el verdadero enemigo, y cuál
es el mal menor al que están dispuestos a servir para evitar uno mayor.
Conozco destinos muchos peores que ser el primero entre los esclavos.
Mientras tanto, Bayaz y siniestras fuerzas del sur compiten por hacerse con el control de una extraña arma antigua, de los Viejos Tiempos, que podría barrer todo lo que se conoce, que podría quebrantar La Primera Ley de la Magia: “no entrar en contacto con el Otro Lado”. Pues al Otro Lado, los Desveladores de Secretos, los demonios, siempre están acechando, intentando entrar…
Ya sé que está siendo un post larguísimo, pero es que el mundo que Abercrombie plantea es considerablemente complejo, y además es que apenas puedo contar nada del verdadero argumento (aunque parezca mentira, ¡no lo he hecho!) ya que no empieza a desvelarse hasta el final del primer libro, o directamente ya en el segundo. En realidad el primer libro, La voz de las espadas, es casi una (entretenidísima, eso sí) introducción de más de 700 páginas. Apenas llegas a vislumbrar cual es el verdadero juego, los objetivos, o por donde van a tirar las fuerzas que están enfrentadas (o siquiera ver dichas fuerzas). Únicamente llegas a conocer bastante sobre los principales protagonistas que he citado anteriormente. Dicho así puede parecer, joder, para rato me leo eso si 700 van de introducción. Pero merece la pena, de verdad, los capítulos vuelan de lo bien escrito que esta, los personajes (Jezal es algo odioso a ratos, sobre todo al principio, pero bueno) son interesantísimos, etc.
En definitiva, es un mundo en total decadencia (no solo en La Unión), la Magia está desapareciendo del mundo, los espíritus se están durmiendo hasta quien sabe cuándo, el mundo cambia de Era, y no puede evitarse. Pero por otro lado, hay cosas que no cambian: el mundo es un lugar terrible y violento, y si le dejas, te hará trizas. Cada paso que des, debe ser para sobrevivir, aunque cueste. La vida es dolor, y la gloria jamás está asegurada, y otras veces llega por caminos insospechados. Pese a que esta claramente inspirado por Canción de Hielo y Fuego de Martin, con los norteños y los sureños, no es ninguna copia, y toma totalmente sus propios derroteros.
Además de esto, como lectores no se recomienda pillar cariño a muchos personajes, pues esto es una carnicería; la probabilidad de que tu prota se muera, es alta. O del que te cae mal sobreviva, ya que estamos. Al final no acabas eligiendo al personaje majo, porque no lo hay (ni siquiera West al final, y eso que es el que más se acerca), acabas eligiendo al cabrón que más te gusta (Glotka, Glotka, Glotka). Y es que en estas novelas, si algo abunda son cabrones. Vaya rebaño de hijosdeputa. Aquí no hay visibilización LGTBI ni visiones del feminismo en clave de fantasía como hacían (o hacen) Le Guin, Terry Pratchett, Brent Weeks o Schwab (pese a que sí que hay mujeres con papeles importantes, como Ferro; y mujeres importantes de distintos tipos, no solo guerreras). Por no haber, no tiene por qué haber ni épica, ni finales gloriosos. Aquí lo que hay son hijosdeputa y cabrones, zorras implacables y sádicas vengativas. Y mucha megalomanía. Y el Lord Cabrón Mayor o la Lady Zorra Suprema, es quién gana. Y a veces este atajo de cabrones, llegara a cometer actos "heroicos" o clementes: a veces lo harán unicamente por liberarse de la correa, pero no por altruismo; a veces lo harán por autodesprecio por su propia cobardía; a veces por que tiene que hacerse, los monstruos son necesarios en un mundo monstruoso; a veces por venganza. O simplemente, por tener algo bueno en la balanza, por hacer algo decente por una vez en su asquerosa vida.
Finalmente, en si la saga completa es una especie de precuela, porque deja un mundo perfecto para ser continuado. Para nada terminado, y a mí, lo cierto es que eso me mola. Le siguen 3 novelas independientes en las que se intercalan unos relatos recogidos en el volumen Filos mortales, a las que siguen una nueva trilogía llamada La edad de la locura, que aún no está terminada. Todavía no he leído nada de esto, pero en cuanto acabe algunas lecturas que tengo pendientes me pienso poner, porque madre mía como queda la cosa, que panorama.
En algún lugar del mundo, todo hombre tiene un adversario que es mas astuto que él.