viernes, 20 de agosto de 2021

LA CARRETERA - CORMAC McCARTHY

        



      La carretera es una de esas obras cubiertas de nihilismo y que rezuman desesperación, pero con mensaje luminoso al final.


Dios esta muerto y nosotros somos sus profetas.


        Escrita por Cormac McCarthy y publicada en 2006 (el último de los libros del autor hasta la fecha de hoy, verano del 2021), La carretera es la historia de un padre y su hijo viajando a pie a través de EE.UU, tratando de llegar al sur en busca de una vida mejor, en un entorno post-apocalíptico. El mundo: destruido, despedazado, asesinado, muerto. Una catástrofe de origen desconocido (¿guerra nuclear?, ¿desastre medioambiental?, ¿contaminación?, ¿meteorito?) ha asolado el planeta, toda la vida exterminada. El verde ha desaparecido, la mayoría de especies animales, muertas por la contaminación, toda la tierra cubierta por una sempiterna capa de ceniza. Un mundo gris e inerte, estéril, frio. No existe biosfera.



Hiroshima después de la bomba atómica. Creo que esta es un poco la idea.

        En este contexto, los dos protagonistas, cuyo nombre no llegamos a saber nunca (solo son el “hombre” y el “niño”) tratan de atravesar el país solos, con la esperanza de que algo cambie en el viaje, de que sea un poco mejor en la costa del sur, o de encontrarse con “gente buena” con quien vivir. En su viaje deberán enfrentarse al peligro del hambre y el frio, la inanición acecha. Y todo está muerto, así que no pueden confiar en encontrar comida “fresca”. Su única opción es ir recogiendo comida enlatada de las casas que se van encontrando, y generalmente no encuentran nada, otros supervivientes ya las han desvalijado. Además, esto significa exponerse a encontrarse con personas “malas”.


Noches mas tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el día anterior. 

         

     Estos “malos” son el otro principal peligro: con la sociedad destruida y desaparecida, la mayoría de los supervivientes se han convertido en meras bestias capaces de lo que sea por sobrevivir, incluyendo el asesinato y el canibalismo. Cazadores de hombres. Ser precavido y evitarlos será una de las principales preocupaciones del padre.

        Vamos, es todo como una versión seria, trágica, triste, nihilista, etc. del mundo de las películas de Mad Max. Pero en vez de en un desierto, en un entorno helado.



Así imagino a los saqueadores, los "malos". Pero mas sucios y caníbales. Fuente: Pinterest. 

         En este contexto, el niño es toda la esperanza que le queda al padre, aquello que le hace andar cada día. El crio representa la inocencia y la bondad, uno de los pocos niños nacidos y crecidos en semejante entorno. Lo ve como su luz, su dios, su guía. Encontrarle un lugar seguro es su único objetivo.


La última música en la Tierra, surgida de las cenizas de la devastación.

        

        El libro está escrito en un tono descarnado y sencillo que acompaña ese mundo casi vacío, gris, seco, muerto. Pero a veces hace uso de un lenguaje reflexivo y hasta lirico, tratando de conceder importancia a ciertas reflexiones del padre. Por otro lado, en su intento de reproducir esa desaparición de todo lo que no sea estrictamente fundamental (tema repetido continuamente en el desarrollo), McCarthy elimina absolutamente todos los aspectos estéticos de su novela. No hay capítulos, es una narración continua con espacios un poco más anchos entre una parte y otra, para hacer la pausa. No hay introducción, empiezas desde un punto y con la perspectiva de los dos protas, no sabes ni se llega a saber cómo se ha llegado a ese mundo post-apocalíptico (posiblemente ellos tampoco lo sepan, simplemente un día ocurrió). Ni siquiera hay guiones para señalar los diálogos, ni se dice quien habla, tienes que deducirlo (no es difícil, en el 99% de la narración solo salen estos dos personajes). Todo está reducido a la mínima expresión. Parece tan muerto como su mundo, y en ese sentido, mola. También hemos de decir que McCarthy usa este lenguaje y estos mecanismos en todas sus obras, no es exclusivo de esta.



Otra escena de la película.

        Pese a ese lenguaje sencillo, también usa mecanismos agobiantes, ya que a veces las frases son muy largas, usando conectores, y acabas entrando en un laberinto de desarrollos pesimistas muy deprimente. El ambiente del libro, la oscuridad,….Hay algunas escenas bastante perturbadoras, bastante chulas. Aunque McCarthy no se recrea en ellas como Barker, no lo hace de un modo estético, trata simplemente de reflejar lo oscuro de los humanos. Por ello lo describe pero como de pasada, como cuando ves algo que no quieres ver y apartas la vista a toda prisa.

        En general es un libro terrible, y sobre todo muy trágico. Todo lo que envuelve a los personajes en ese mundo tan hostil, es de una tragedia descorazonadora. El padre siempre le da la pistola (solo hay dos balas) al niño, y le enseña que si ve venir a alguien, si le pillan, tiene que metérsela en la boca y disparar. Le enseña a suicidarse. Porque el destino que le espera si le atrapan los “malos” es mucho peor. Ese es el nivel.

        El autor se esforzó en reflejar lo que la desaparición de la sociedad y sumergir el mundo en el hambre, la oscuridad y el miedo podía hacer a las personas. Rebajarlas a meras bestias. Monstruos, nacidos no de maldiciones o mutaciones biológicas, si no de sacar lo peor de nuestra especie poniéndola al límite. Dicho de otra manera, con la desaparición del Estado, se alcanza aquello que autores como Hobbes más temían: el estado de naturaleza, la sociedad sin ley ni orden. En este terreno donde todo vale y nada se controla, el hombre se convierte en un lobo para el hombre. 

        En relación a este, también podemos incluirla como novela de supervivencia, dado que toda la novela supone la narración pormenorizada de como el padre y el hijo sobreviven. Nada mas. Ninguna historia de venganza, ningún intento de hacer retroceder al mundo al estado anterior, ninguna batalla trascendental contra un clan de saqueadores caníbales. Solo sobrevivir en un entorno hostil, huyendo de los "malos" y tratando de conseguir comida para ir pasando. Y solo te cuenta la historia de los protas. Se hermana así con obras como El señor de las moscas (1954) de William Golding, o Robinson Crusoe (1719) de Daniel Defoe. Por lo post-apocalíptico, recuerda mucho a Soy leyenda (1954), de Richard Matheson, incluyendo por lo caustico del lenguaje y el ambiente. 

        La carretera en sí misma es otro de los principales factores de la novela: una constante. Siempre está ahí. Siguen andando, siguiéndola, les guía, es lo que puede permitirles llegar a algo. Pero al mismo tiempo atrae a esos hombres bestia, también se mueven por ella, así que es peligrosa. Es imparcial. La carretera representa el concepto del viaje, algo primordial en la novela, ya que todo el libro están viajando, moviéndose. Los críticos han mencionado que puede emparentarse a McCarthy con Mark Twain (Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn) por la importancia que concede al concepto del viaje en sus novelas, y por la causticidad de sus obras con Jim Thompson (reconocido autor de novelas negras).


El frio y el silencio. Las cenizas del mundo difunto trajinadas de acá para allá por los crudos y transitorios vientos en el vacío.


        El ambiente alrededor de la carretera y en la carretera misma es invariable: continuamente frio, continuamente muerto, continuamente gris y continuamente hostil. Sin parar. Sin dejar un momento de calma, sin ceder. Implacable. Así es, y así será ya para siempre, todo el mundo anterior queda ya atrás. En algún punto de ese mundo habrá grandes ciudades muertas (digo yo), pero nosotros no las vemos. El breve vistazo que McCarthy nos da (y que por lo que sabemos es así en todo el mundo) solo nos muestra bosques, campos vacíos, casas aisladas, y pequeñas poblaciones deshabitadas y muertas. Además de la carretera, claro.  



El rollo de las casas que se encuentran.

        Particularmente a mí no me ha gustado mucho, y sé que hay quien me llamará hereje por ello. El libro se hace parcialmente repetitivo, con los dos protas buscando comida y calor (aunque tampoco se hace muy largo, son solo 210 paginas). Está contado desde una posición normalizada y costumbrista, o sea esto ahora es la norma, es lo normal. No es una narración de aventuras, es una narración trágica. Se me ha hecho algo canso, pero también es verdad que en general yo soy un lector (no siempre) algo hiperbólico, busco otra cosa. Además el crio se me hizo bastante repelente, demasiado llorón, no me cayó muy bien. Y el tono del libro es ligeramente moralista, habla del bien y del mal. Es un libro muy humano, muy realista. No son factores que casen con mi rollo, por lo menos no en una novela post-apocalíptica. Encima es tan trágico, que se vuelve muy predecible en su tragedia. Vi venir el final desde la pagina 40 o así. 

        Además, pese a todo lo que habla sobre esos hombres horribles que acechan, no vemos mas que un par de escenas realmente agresivas, y durante un momento. Un par de grupos de esos "malos". Sabemos que están ahí fuera en alguna parte, pero no los vemos casi nada. Hay a quien le gusta esa utilización del mal omnisciente pero que los protas logran evitar casi completamente. A mi no. Me gusta leer sobre esos humanos caídos. 

        Pero por otro lado me ha molado mucho la estética tan muerta, y ciertas frases acorde a ello, un lenguaje tan...estéril. Acido. 


La desolación de un mar extraño rompiendo en las playas de un mundo inaudito.


        Cormac McCarthy nació en Rhode Island (EE.UU) en 1933 (ahora tiene 88 años) como Charles McCarthy, pero se cambió el nombre por Cormac en honor a un legendario rey de Irlanda. Cursó humanidades en la Universidad, pero no llegó a graduarse nunca (y eso que asistió durante más de un periodo, lo dejaba y volvía). Las circunstancias de su vida están parcialmente envueltas en la leyenda, ya que no concede entrevistas: se dice que en su juventud vivió como un vagabundo, experimentando la pobreza y el hambre. Pasó dos años en Alaska como aviador de las Fuerzas Aéreas, trabajó como mecánico (mientras escribía su primera novela), y vivió bajo una torre petrolífera. El aislamiento lo convirtió en un mito, y por ello se le apoda el Hijo del misterio. O el Poeta de la tragedia.

         Sus primeras publicaciones ya fueron un éxito y lo encumbraron: El guardián del vergel (1965), La oscuridad exterior (1968), etc. El éxito total lo alcanzó con Meridiano de sangre (1985), a la que el público aclama como su mejor obra, considerada una de las candidatas a la Gran Novela Americana (Great American Novel), junto a otros grandes booms como El guardián entre el centeno (1951) de JD Salinger. Generalmente se enmarca dentro de estilos como el gótico sureño (como El diablo a todas horas, de Donald Ray Pollock; ahí dejo el enlace de mi reseña) y el western, a menudo combinándolos. Se le considera el heredero definitivo de Herman Melville y William Faulkner. De hecho afirma que Moby Dick (1851), de Melville, es su novela favorita.

         La carretera es, que yo sepa, su única novela de ciencia ficción (concretamente post-apocalíptica), y de hecho esta es meramente circunstancial, un mecanismo que usa el autor para transmitir esa desesperación y tragedia, esa vida en la muerte o muerte en la vida. Ha sido una novela muy aclamada por la crítica (por eso imagino que la peña me va a poner a parir por haberla criticado). En 2006 recibió el James Tait Black Memorial Prize (premio más antiguo inglés) en materia de ficción y el Believer Book Award. En 2007 ganó el Premio Pulitzer.

        En 2009 se estrenó una adaptación con título homónimo (La carretera), dirigida por John Hillcoat y protagonizada por Viggo Mortensen (padre) y Kodi Smit-McPhee (niño). También tienen papeles Charlize Theron y Guy Pearce. La película esta muy bien adaptada, sigue el libro casi al pie de la letra, cosa que se ve bastante poco, y solo por eso ya cuenta con mi aprobación. Refleja muy bien ese mundo asolado. Aunque mete un poquito mas de tensión y malrrolleo con esos hombres malos. Me mola. Fue muy bien valorada, y recibió algunos premios.



Película La carretera (The Road), de 2006.


Esto es una película de terror y nosotros somos muertos andantes.




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