Una de las sagas más aclamadas, conocidas y al mismo tiempo reflexionadas de la historia de la fantasía, podríamos llamarla la reversión de El Señor de los Anillos, es Los libros de Terramar, escrito por Ursula K. Le Guin. Una importante escritora de ciencia ficción y fantasía, así como pensadora y yo la llamaría filosofa feminista. Una verdadera titánide al nivel de otros grandes como Terry Pratchett. En muchísimos aspectos, en lo que a fantasía y narrativa se refiere, caminamos por los senderos que ella trazó.
La saga se ubica en la tierra mítica de Terramar (en inglés, “Earthsea”), un territorio tipo archipiélago, formado por un grupo de islas reunidas alrededor de la isla más grande: Havnor (de tamaño similar a Gran Bretaña), donde está también la más grande de las ciudades, del mismo nombre. Existen muchas más islas alrededor, cada vez más alejadas, hasta alcanzar unos territorios llamados Confines, uno por punto cardinal: Confín Septentrional, Confín de Levante, Confín Austral y Confín de Poniente. Estos territorios lejanos funcionan un poco a su bola, sus costumbres son algo distintas, etc. La mayor parte de los habitantes de estos territorios son de raza oscura, en unos territorios son más morenos, y en otros de tez más clara, pero siempre de tono marrón. Finalmente, existen unas islas totalmente alejadas del archipiélago, llamadas las Tierras de Kargard, con costumbres y sistemas absolutamente distintos (un poco tipo vikingos), habitadas por personas piel blanca, pálida.
Terramar está habitada por unas
sociedades (una por isla) en general bastante interrelacionadas entre ellas
(menos los kargos que van por libre), alfabetizadas (conocen la escritura y no
es raro saber leer y escribir, aunque tampoco común en las zonas más rurales) y no industriales. Hay una cultura monetaria
muy básica. En general están aún anclados en una temprana Edad del Hierro, y en
muchos lugares donde el hierro es escaso, es normal que utilicen el bronce. Con
esta mayoría de población negra, y esta cultura del hierro temprana, Le Guin
trataba de criticar la suposición general de que las obras de fantasía debían
tener una mayoría de población blanca, y ubicarse en una Edad Media.
Terramar en el pasado tuvo una
monarquía bastante ideal (menos los kargos, por libre) con sede en Havnor, que nacía de una
larga línea de reyes conectados a una saga mítica y de leyenda, y de ahí hasta
la creación (una creación que al igual que en El Señor de los Anillos comenzó con una canción, con Segoy como el
Creador). Fue truncada cuando el rey Maharion y el mago legendario a su
servicio Erreth-Akbé murieron, y el Anillo de Erreth-Akbé, donde estaba grabada
la Runa de la Paz, se partió. Una mitad cayó en la terrible oscuridad
sin nombre de las profundidades de las Tumbas de Atuan, la otra mitad se
perdió.
Heredará mi trono quien haya cruzado la tierra oscura con vida y regrese a las lejanas costas del día.
Nadie fue capaz de gobernar
Terramar desde entonces, y se inició una sangrienta y anárquica etapa de luchas
de poder entre diferentes príncipes, reyezuelos y señores, que terminó cuando
desde Roke, la Isla de los Sabios, el centro de la magia y de su enseñanza, los
magos tomaron el control del archipiélago. El Archimago de Roke asumió el papel
de la regencia, ejerciendo como árbitro y máxima autoridad entre los distintos
poderes políticos de Terramar, hasta que alguien logrará ser nuevamente digno
del trono de Havnor (lo que no ocurrirá seguramente hasta que el Anillo sea
unido de nuevo, y devuelto a Havnor). Y desde entonces han pasado cientos de
años, los Archimagos se suceden y ningún rey ha sido declarado.
En cuanto a los kargos, viven en
una suerte de imperio fanático, oscurantista y aislacionista (no se relacionan
con ningún otro territorio, más que para intentar saquearlo). La magia está
prohibida, perseguida y condenada con la muerte. Todo el imperio está gobernado
por un Rey Dios a quien se le rinde adoración incondicional. Por debajo del
rey, están los sacerdotes, es un imperio sacerdotal.
Existen una última facción: los
dragones. Los dragones son unos seres inteligentes y poderosos, grandes como
montañas, viven cientos o hasta miles de años, sus escamas son duras como el
acero, y además hablan la Lengua Antigua, la lengua de la magia, la Lengua de
la Creación, con naturalidad. Su magia es muy poderosa. Es la lengua con la que
Segoy creo el mundo, y ellos la utilizan como nosotros nuestro lenguaje
mundano. Generalmente no se inmiscuyen con los humanos, viven a su bola, en un
extremo, e incluso a veces mantienen relaciones amistosas, pero a veces también
atacan islas.
La magia de estos libros no funciona
por estrictas reglas como la de Harry
Potter, son poderes que nosotros apenas alcanzamos a entender.
Invocaciones, transformaciones, etc. A través de la Lengua Antigua se puede
alterar la forma de las cosas, doblegar la realidad, pero debe hacerse con
sabiduría, o puede alterarse el equilibrio (esta es una constante en estos
libros, el tema del equilibrio y de la sabiduría a la hora de usar la magia).
Con el nombre de la roca, puedes controlar la roca, pero tienes que conocer el
nombre de esa roca en concreto, e implica algo más de memoria. De esta manera,
puedes incluso conocer el nombre de seres vivos (personas, incluso dragones) y
doblegarlas a tu voluntad. Pero para ello se debe usar tu nombre verdadero, no
el que se usa para dirigirte a ti coloquialmente, y ese nombre solo es conocido
por aquellos a quienes más confíes.
Me molesto en explicar todo esto
porque la autora en un principio no pretendía más que sacar el primer libro,
una novela y ya, pero más adelante fue ampliando ese mundo, y añadiendo
facciones, historias, leyendas, etc. Y el mundo se hizo más complejo. Así que
al empezar con el uno, a veces cuesta entender que está pasando, en algo que
luego se ampliará. Toda esta información no se da de forma cohesionada, si no que Le Guin te suelta píldoras en distintos momentos y tu tienes que unirlas, y a veces es difícil acordarte de la capsula de información que en la escala cronológica se sitúa antes que la que acabas de leer. Te puedes liar.
En este contexto comienza el primero de los libros: Un mago de Terramar, que se sacó en 1968 (¡54 años ya!). Nuestro protagonista es Gavilán, un joven aprendiz de mago de la montañosa, rural y agreste isla de Gont. Gavilán (cuyo nombre verdadero es Ged) es un joven bueno y amable, pero consumido por sus deseos de ambición, poder, conocimiento,… Sus deseos son altruistas, pero quiere aprender mucho y muy rápido, es poco paciente. Su maestro de Gont, el poderoso mago Ogion, le envía a la isla de Roke, donde aprenderá bajo la enseñanza de los maestros. Este joven, destinado a convertirse en un mago formidable, despierta a causa de su orgullo y su impaciencia un mal terrible, un espíritu de la oscuridad y reflejo de su soberbia, y que si toma control de su cuerpo, extenderá un mal sin igual por todo el mundo.
Cambié toda la luz del sol, y las ciudades y las tierras lejanas por un puñado de poder, por una sombra, por la oscuridad.
-No sé qué era esa cosa que se lanzó sobre mí.
-Tampoco yo lo sé. No tiene nombre.
Este primer libro es la gesta de
un joven mago tratando de reparar el mal que desató por el mundo, y aprendiendo
sobre los peligros del orgullo. La primera de las aventuras de este gran mago,
y aquella en la que no solo ganó un poder temible, sino también en la que aprendió
el don de la sabiduría y la humildad.
En Las Tumbas de Atuan (para mí el mejor de la saga de lejos),
publicado en 1971, Le Guin da un giro de 180º, y nos encontramos en las tierras
kargas, en las oscuras, prohibidas y sagradas Tumbas de Atuan. Desde este
lugar, en un recinto tipo monasterio prohibido, una facción de sacerdotisas
(auxiliadas por un grupo de eunucos, por lo demás está vedado a los hombres)
rinde el más sacro de los cultos a las divinidades kargas: el Rey Dios y los
Dioses Gemelos. Al frente, cada uno tiene su Suma Sacerdotisa y su templo. Pero existe un tercer culto, uno más oscuro y antiguo, y en parte
incluso más sagrado por el temor que suscita: el culto a los Sin Nombre, los
Poderes Antiguos que rigen los sectores más profundos de la magia. Este culto
tiene su propio templo, pero solo una sacerdotisa, que al mismo tiempo es la más
sagrada y poderosa del monasterio: Arha, la Devorada. Arha es una mujer elegida
entre las niñas de Atuan, nacida exactamente en el mismo día y hora que murió
la anterior, y se supone que es la misma persona reencarnada. Un ser que se
supone que se rencarna infinitamente para rendir culto y al mismo tiempo ser la
voz en la tierra de los Sin Nombre.
-Tu eres la dueña de todo eso, del silencio y la oscuridad.
-Todo cuanto yo conozco es la oscuridad, la noche subterránea.
No tienen nada que dar. No tienen el poder de hacer cosas. Solo tienen poder para oscurecer y destruir.
Las Tumbas de Atuan es el recinto más sagrado de todas las tierras kargas, e incluso el Rey Dios tiene que rendir cierto respeto y obediencia hacia este lugar (aunque como tiene su propia Suma Sacerdotisa allí, también ejerce cierto poder), pues en este imperio religioso, las tumbas son el centro de todos los cultos. Y la Devorada es la persona ante incluso el Rey Dios debe doblegarse, pues ni siquiera él se atreve a oponerse a los Sin Nombre. Aunque como vive confinada en las tumbas, tampoco es que participe activamente en la política karga, el Rey Dios se limita a mandarle sacrificios de vez en cuando y mantener la política alejada de ese lugar maldito.
Nuestra protagonista es Tenar, la
nueva Arha, quien ha sido criada desde niña para ser otra persona y al mismo
tiempo todas las que le precedieron, anulada como persona única, su niñez,
arrebatada en sacrificio a un rito olvidado. Ha sido “devorada”, y la nueva Arha
aprende a esgrimir el poder del que es depositaria, y ejercer sus terribles
responsabilidades y malévolos ritos a sus oscuros amos. Pese a ello, Tenar, en
parte gracias a la ayuda de un eunuco, nunca llega a olvidar del todo su
verdadero nombre ni quién es. Esto cambiará para siempre cuando recibe la
visita de un joven mago del archipiélago que se encuentra en una misión
legendaria.
Es un libro muy interesante que
habla sobre el poder ejercido por las mujeres, el poder religioso que reside en
ellas. La magia no esta prohibida en el archipiélago, pero solo los hombres la ejercen
alcanzando posiciones de alto poder (se reservan los puestos de magos, las
mujeres solo pueden ser brujas de pueblo), pero sin embargo en Kargard las
mujeres son las máximas depositarias de su contraparte: la religión. En Kargard
hay sacerdotes, pero la máxima sacralidad es la de las sacerdotisas de las
tumbas. Aun así, viven relegadas, ya que pese a esto, se las mantiene aisladas en las Tumbas,
e intervienen poco en política. Y la figura de máximo poder, Arha, es la más
anulada, tanto que se llama la Devorada. Le Guin abre aquí un interesante melón
sobre el debate de los géneros, y las posiciones de poder ocupadas por las
mujeres. Una sociedad matriarcal, pero donde lo matriarcal ha sido anulado en
un exilio por un culto sacerdotal masculino, androcéntrico y machista. Además, también habla
sobre la violencia psicológica (la Devorada) y sobre la violencia ejercida de
mujer a mujer: a fin de cuentas el culto es controlado y sostenido por mujeres,
las propias sacerdotisas, allí en las Tumbas. Ellas son quienes anulan a Tenar-Arha.
Te educaron para ser esclava, pero has roto tus ataduras.
El tercer libro es La costa más lejana (1972), donde
Terramar es sacudida por una extraña maldición: la magia está perdiendo poder,
las canciones se olvidan, las tierras mueren, y las personas, animales y hasta
dragones enferman y se vuelven locos. El origen del mal parece estar en un mago
oscuro que en alguna parte del mundo ha liberado esa enfermedad. Alguien intenta destruir el equilibrio. Un ya maduro y
poderoso Ged decide salir al mar en su pequeña barca, la Miralejos, en busca del mago oscuro, para frenar toda esa locura
antes de que consuma todas las islas. Y lo hará con la única compañía de un
joven príncipe del territorio de Enlad. Probablemente el libro más aventurero
de la saga.
Negar el pasado es negar el futuro. El hombre no construye
su destino: lo acepta o lo niega.
Con la cuarta parte, la autora
vuelve a cambiarnos la vista del todo: Tehanu
(1990). Con un Ged gravemente debilitado tras su anterior batalla y
retirado en su Gont natal, tenemos de nuevo de protagonista a Tenar. Esta vez
una Tenar que viven en Gont, mayor, madura, que ha aprendido de la vida y se ha
vuelto sabia, ha elegido exactamente el tipo de mujer que quiere ser, y lo ha
hecho conociendo sus opciones y valorándolas, lo cual ya es un poder en sí
mismo. Tenar es una mujer respetada en las islas y conocida, que podría ocupar
una posición, pero ella ha elegido vivir libre y cómoda en Gont, a su aire. Prácticamente
sin ser nadie. Pero sí que es alguien. Es Tenar, y ella lo sabe (y algunas
pocas personas más), y le basta. Tenar adopta a una niña pequeña criada por su
familia en el maltrato y el abuso, cuya mitad del rostro fue quemado en una
hoguera dejándola tuerta. Tenar la cría como si fuera su hija, le llama Therru,
la ama, comprende sus traumas y le da un hogar y una educación, ayudada por
algunas otras mujeres como la vieja pero
extrañamente sabia (a su manera) bruja Musgo.
De nuevo tenemos un libro que nos
habla sobre lo que significa ser mujer, tanto en nuestra sociedad (hay
interesantes metáforas) como en el mundo de la fantasía. Para ello se vale de
distintos ejemplos de mujeres: Tenar una mujer libre de un poder propio, de los
nuevos tiempos, la extraña victima Therru, Musgo: una mujer que ejerce poder,
aunque este poder este controlado realmente por los hombres (la magia). Musgo
es muy interesante, es una mujer conocedora de su propio poder pero que no
puede evitar pertenecer a una época pasada, ser de los viejos tiempos, y eso
hace que tenga algunos pensamientos del pasado, incluso machistas. Pero es
sabia. Tenar también es increíble, en el pasado fue la mujer mas sagrada y temida de Kargard, ostentaba un poder místico, secreto, terrible, oscuro; ahora ella misma ha elegido renunciar a la alta sociedad, a la magia, a cualquier cosa que pudiera exigir, para poseer el poder de ser libre, y no le constriñe el hecho de ser no poseer el poder de comandar tropas o pueblos, o no poder alterar el clima con magia. Y es que de eso habla este libro, de los espacios de poder de las
mujeres. Un libro con apenas acción, todo reflexiones, conversaciones, escenas
de cosecha o caminata, dudas, etc.
El quinto libro es una
recopilación de cuentos, que se recopilaron en este volumen: Cuentos de Terramar (2001). El primero
de los cuentos, El Descubridor (2001)
nos cuenta los primeros tiempos de la Escuela de Roke, la historia de algunos
de los protagonistas de su nacimiento. Rosaoscura
y Diamante (1999) es una historia de amor y magia ocurrida en cualquier
momento de Terramar. Los huesos de la
Tierra (2001) es la epopeya acerca de cómo Ogion (maestro de Ged) ganó su
fama, y sobre la importancia de un buen maestro. En el Gran Pantano (2001) es un cuento sobre la importancia de usar bien
el poder, ocurrida entre el segundo y tercer libro. Y finalmente Dragonvolador (1998) ocurre después de Tehanu y nos habla de una joven chica
que encierra un gran poder en su interior. Este último cuento une con la última
novela.
Finalmente, la novela final: En el otro viento (2001). Las
consecuencias de las novelas pasadas se están precipitando hacia un final
catastrófico. Y el peor de los destinos se avecina: en la Tierra Seca (el
lugar al que van a parar los muertos del archipiélago, un lugar árido, cruel y
triste donde las personas vagan sin ilusión alegría ni esperanza eternamente)
los muertos están tratando de atravesar el muro que separa la vida de la
muerte. El desequilibrio está a punto de desbordar el mundo, y los
protagonistas aun no conocen la clave para reequilibrarlo.
Son unos libros que desbordan
filosofía, lirica, poesía. Eso sí, no hay acción prácticamente. No hay batallas
de magos o contra criaturas del averno, sino una magia lirica que transmite
mucho acerca del mundo y de la sociedad. Le Guin pretendía que la fantasía no tenía
porque ser batallas, magia de batalla y ejércitos. Ese no era el mundo de fantasía
que ella quería transmitir. Y eso que era profunda admiradora de Tolkien, pero
de alguna manera revirtió el libro. En esta saga todo sucede alcanzando pactos,
con la magia, entre facción humanas, con dragones. Se llegan a acuerdos, se
reinstauran equilibrios. No se mata para alcanzar soluciones de trama, no alcanzan respuestas simples. Quien esperé una fantasía de guerras, de acción, o de
grimdark, desde luego esta no es su marca de vodka.
Lo mismo para los personajes:
todo son aprendizajes hacia una evolución trascendental, personajes muy
reflexivos. No hay un regodeo en la tortura y la maldad, el monstruo necesario,
etc. como mi amado Glokta de La Primera
Ley. Son libros que hay que leer en su contexto.
Un sabio no pregunta, y un necio pregunta en vano.
Ursula K. Le Guin reflexiona muchísimo
sobre las mujeres y sobre cómo ha evolucionado su visión, en el mundo, en la
literatura, y en la literatura concretamente de fantasía, y sobre sus espacios
de poder. Sobre las diferencias de género. Pero también sobre la muerte, la
religión, el celibato como mecanismo de poder, sobre conceptos asociados
comúnmente a la fantasía, etc. Como todos los libros de Le Guin, son un grito de
su autora a la sociedad, una llamada sobre conceptos que ella creía
importantes. A veces es posible que no estemos de acuerdo con alguno, y es que
estos libros tardaron varias décadas en escribirse, y como la propia autora
menciona en algunos apéndices, ella misma evolucionó. Y se sigue evolucionando.
Es posible que haya cosas que estén ya algo desfasadas, y se hayan superado,
pero han sido unos libros importantes para reconceptualizar el género (entre
otras cosas) en nuestros reinos de fantasía, ella marcó una dirección que
nosotros hemos seguido.
En este aspecto concreto, el tema del genero y las mujeres, y su situación, Le Guin fue revolucionaria a unos niveles que requeriría una tesis doctoral analizar. Ella no se limitó a posicionar mujeres magas para reflejar que las mujeres pueden alcanzar el mismo espacio y nivel que los hombres, no. Ella planteó una sociedad machista a largo plazo, cristalizada. Las mujeres pueden acceder a la magia, pero su poder es despreciado como menor, y al mismo tiempo temido. Al haber sido marginadas de la enseñanza reglada y de la Escuela de Roke, las mujeres han aprendido a su manera, a través de tradiciones que se pasan de maestra a discípula y mas ligadas a las Antiguas Potestades (los poderes primordiales originales, la tierra, la naturaleza, las esencias de todo), lo que podemos relacionar a la brujería tradicional de nuestro mundo, un culto ctónico. Y la Escuela de Roke, la magia de los hombres, que ha intentado controlarlo todo (muy de hombres), teme aquello que no puede controlar: las Antiguas Potestades, el poder primordial. Y por ello, también teme la magia femenina y a las mujeres, a las brujas. Los hombres fortificaron su centro de poder, Roke, cerrándolo a las mujeres, y lo sellaron de forma tan profunda, que ser célibe se convirtió en requisito indispensable para ser mago: ningún hombre de poder podía ser contaminado con el sexo por una mujer. Podemos observar esto en nuestra religión: las monjas nunca pueden pasar de madres superioras, los hombres tienen muchísimo mas rangos que alcanzar, hasta el papado, y por supuesto, se debe mantener el celibato.
Estos hombres magos no son crueles tiranos que tratan de someter a la mujer. En general son buenas personas, tratan de ayudar, se preocupan por los demás. Pero están atrapados en la tradición, una tradición y unas reglas que relega a la mujer. Y las mujeres también están atrapadas por esa tradición, incluso las brujas, ellas mismas no se ven capaces de alcanzar la magia de Roke, eso pertenece a los hombres. Incluso Tenar, que pertenece a la nueva era (creo que Le Guin se identificaba mucho con ella), aun se sabe constreñida, aunque lucha por su libertad con toda su fuerza. Estos libros no significan una revolución que termina con un cambio de todos los niveles, no se derriba la estructura. Significa trazar un camino. Seguir ese camino requiere muchos años, décadas como poco, y es una historia que la autora dejó a nuestra imaginación. Pero todo debe tener un principio. Es una historia de décadas de duración sobre como Terramar empezó (solo empezó) a abandonar un periodo petrificado y rígido. Creo que el único autor que ha llegado, en novelas, ha ser tan preciso con este tema, fue Terry Pratchett, aunque utilizará un mecanismo mucho mas humorístico y ademas sus libros son posteriores (de hecho, es posible que se inspirará en parte).
¡Una maga! ¡Quizás eso lo cambiaria todo, cambiaría todas
las reglas!
Ursula K. Le Guin es una
escritora (ciencia ficción y fantasía sobretodo), poetisa, pensadora, y
filosofa (para mí) nacida en 1929, muy influida por las escuelas de la
antropología cultural, el taoísmo y el feminismo. Sus obras, especialmente las
del universo de Terramar y el universo Hainish (La mano izquierda de la oscuridad), y ella misma, han tenido una
influencia espectacular en el mundillo: alcanzando a autores como Neil Gaiman.
Comenzó a alcanzar reconocimiento principalmente en 1968 con Un mago de Terramar, y ya no paró de
recibir nominaciones y premios. Murió en su casa de Portland, en 2018, a los 88
años, posiblemente de un infarto.
Entre las obras más
famosas que inspiró que podemos detectar están Eragon
(la cuatrilogía de El Legado) de
Christopher Paolini y Crónicas del
Asesino de Reyes de Patrick Rothfuss (El
Nombre del Viento). En ambos podemos ver la influencia del concepto de la
nominación de utilizar el poder de decir el nombre verdadero de algo para
someterlo. El personaje de Kvothe es como Ged: de joven es llevado por su
soberbia, más mayor descubre lo vano que es eso. El videojuego de Skyrim también tiene muchísima influencia de estos libros.
Desde luego son libros para leer
tranquilamente, reflexionando, pensando, etc. Yo he tardado un año y poco en
leerlos todos, con la calma. He de admitir que a veces se te hace pesado, tanta
reflexión, pero es lo que ella pretendía, y me han encantado. He pensado mucho.
-¡Pero si aún no he aprendido nada!
-Porque no has descubierto lo que estoy enseñándote.
Hay muchas ediciones para leerlos, pero yo recomiendo la última edición sacada por Minotauro: Los libros de Terramar. Edición completa e ilustrada (ilustraciones de Charles Vess). Se puede comprar en cualquier libreria, en Amazon, o directamente en la web de Minotauro en este enlace. Esta edición nos trae TODA la obra de Terramar. Completa, casi 1.300 paginas de tamaño grande y letra relativamente pequeña, pesa como un muerto. Es cara, unos 50€, pero es una verdadera pasada, es una gozada leer libros así. Aparte de todo lo antes mencionado, incluye algunos cuentos cortos que no suelen venir en las recopilaciones, como La regla de los nombres (1964) o La palabra de la desvinculación (1964), así como el apéndice sobre la historia y cultura de Terramar: Una descripción de Terramar. Trae también el mapa de Terramar de la autora, además de los mapas de las Tumbas de Atuan. Muchos apéndices reflexivos de Le Guin acerca de los distintos libros, y su reflexión final sobre su obra Terramar revisada (1993). Además de un montón de ilustraciones chulísimas, muchas de ellas en color. Estas ilustraciones, obra de Charles Vess, son las únicas que para Le Guin reflejaban verdaderamente la esencia de su obra (incluyendo la raza oscura de sus protagonistas).
En cuanto a adaptaciones, en 2004 SciFi Channel sacó una adaptación libre de Un mago de Terramar y Las Tumbas de Atuan, que se tituló La leyenda de Terramar. Se sacó en modo miniserie de dos capítulos, unas 3 horas de duración entre las tres. Es un puto desastre, y mira que tenían horas de metraje para ser decentes. Pero basura a saco. Unos efectos especiales y ambientación cutres de cojones, y se pasa la obra original por el forro. La ambientan en la Edad Media, todos los personajes (menos Ogion) son blancos, es una sociedad feudal al uso, y la convierten en una historieta de magia medieval normativa, simple, y nada destacable (excepto por lo cutre). La historia tiene que ver entre 0 y nada. Evidentemente Le Guin la criticó y no la aprobó, y eso que en general se calló. En 2006, Studio Ghibli sacó una adaptación de animación (anime), llamada Cuentos de Terramar. Pese al nombre, no se basa en ninguno de los cuentos, si no que adapta principalmente En la costa más lejana y un poco de Tehanu. Pese a que supone una mejor, y hay cosas estéticamente bonitas, sigue pasando la mayor parte de la obra por el arco del triunfo, nerfea y reduce hasta el absurdo las cicatrices de Therru y Ged, vuelve a poner a todos los personajes como blancos, retira el acento acuático y sobre el mar de la saga, etc. Se puede ver, pero como adaptación sigue siendo basura. Como admiradora de las obras de Hayao Miyazaki (Studio Ghibli), Le Guin se sintió profundamente decepcionada con esta película. No la dirigió Hayao, sino Goro Miyazaki, su hijo, y el propio Hayao consideraba que Goro no estaba listo para dirigir una película (e intentó que la productora no le pusiera al mando), y criticó el trabajo de su hijo, aunque lo aceptó.
Le Guin siempre lamentó que los directores y equipos creativos de sus adaptaciones, los ilustradores que se encargaron de las portadas de sus obras o de imágenes de propaganda, etc. en general omitieran que sus personajes eran negros. Siempre los retrataban como blancos. Las propias directrices de las editoriales decían que la sociedad no estaba preparada para aceptar una sociedad fantástica no medieval y negra, y por eso la "blanqueaban". Puro interés económico, otra de las cosas que Le Guin despreciaba. En general, muchos lectores omitían que Ged era negro, y lo imaginaban blanco y fuera.