viernes, 23 de julio de 2021

LA SAGA DE POIROT - AGATHA CHRISTIE




        Mucha gente suele afirmar que el detective por definición, el azote del crimen, que gobierna su mundo de lógica desde su sillón donde desentraña los misterios, es Sherlock Holmes. Diría que no tienen ni idea, pero no quiero ser tan categórico (aunque no la tengan). Holmes es un producto atrasado (y tampoco es el primero, ese puesto pertenece oficialmente a Auguste Dupin, creado por Edgar Allan Poe, aunque hay ejemplos más antiguos). En mi opinión el verdadero amo de los detectives es Hercule Poirot, a veces escrito como Hércules, creado por la Reina de Corazones en este asunto: Agatha Christie.

        Agatha Christie fue una extraordinariamente prolífica escritora de misterio y literatura de crímenes (ficción detectivesca) británica, con la solera de 67 novelas de misterio (y 6 más de romance) y más de 150 cuentos en su bibliografía, además de varias obras de teatro, y otras producciones menores. Algunos de estas novelas son independientes (como la sublime Diez negritos, a la que tarde o temprano tendré que conceder un post), pero muchas pertenecen a líneas protagonizadas por alguno de sus detectives principales (principalmente, Poirot, Miss Marple, y el matrimonio Beresford). 33 de estas novelas, y 50 cuentos, son protagonizados por Poirot. Un listado con todos los títulos pueden encontrarse en este enlace. Hay 33 novelas, mas 4 libros que recopilan relatos de este personaje (como Los trabajos de Hércules), sumando 37 obras en total.

        Agatha Christie nació en 1890 en Torquay, al sur de Inglaterra, y murió en 1976 en Wallingford, también al sur del mismo país. Nació bajo el nombre de Agatha Marie Clarissa Miller, pero se hizo famosa con su seudónimo de Agatha Christie.

       Perteneciente a una familia de clase media alta, recibió una educación privada y tras la adolescencia estudió en Paris, tras lo cual trabajó como enfermera durante la I Guerra Mundial, momento durante el cual escribió su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920). En diversos momentos de su vida viajó por Europa, visitando grandes monumentos, como las pirámides de Gizah, lo que se evidencia en varios de sus libros, que transcurren en ubicaciones orientales o esteeuropeas. Realmente tiene libros en un montón de ubicaciones del mundo.



Agatha Christie.


        En 1914 contrajo matrimonio con Archibald Christie, de quien se divorció en 1928, y después se casó con un arqueólogo, Max Mallowan, con quien viajó por Irak y Siria. En 1971 la reina Isabel II la nombró Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico. Murió de causas naturales a los 85 años, en 1976.

        Su mayor creación, el detective Hercule Poirot, a quien va dedicado el post, apareció por primera vez en la primera novela de la autora, El misterioso caso de Styles (1920), novela destacable donde las haya. La leyenda dice que Agatha apostó con una amiga a que era capaz de escribir una novela de crímenes y misterio donde nadie pudiera adivinar qué había ocurrido y quien era el asesino hasta el final, y vaya si lo consiguió. Todas las novelas de Christie destacan por su trama solida pero con un misterio intrincado, siendo dificilísimo resolverlo, pese a que una vez explicado en la resolución final, queda muy claro.

 

La mejor receta para la novela policiaca: el detective no debe saber nunca más que el lector.

 

        Christie había sido lectora de Wilkie Collins y sus obras La piedra lunar (considerada la primera ficción detectivesca de Inglaterra) y La dama de blanco, asi como de los casos de Sherlock Holmes escritos por Arthur Conan Doyle. De esta inspiración, nacieron su estilo literario y sus obras. El propio Poirot es un reflejo inspirado en Holmes: pulcro, calculador, lógico hasta decir basta, un genio, resuelve sus casos usando su cerebro, adicto a los misterios, y cuenta con un fiel compañero, que hace las veces de Watson. Este hombre es el capitán Arthur Hastings, quien no está presente en todos los casos de Poirot, pero si en el primero y en el último, Telón (1975), y quien narra las aventuras que comparten juntos (como hace Watson). La lógica de Hastings es, como la de Watson, generalmente incorrecta, pero sus razonamientos ayudan a Poirot a alcanzar la respuesta. La principal diferencia de Poirot con Holmes (aparte de que es bajito y cabezón, con un bigote a lo Dalí) es que es una figura mucho mejor construida, más real, sus diálogos, su narración, todo, es mucho más creíble y contemporánea. Parece que estás leyendo un libro de detectives y crímenes escrito hace 5 años, no hace 100. Holmes, por el contrario, es robótico, arquetípico, forzado. Además, al contrario que Holmes, no se centra tanto en pistas para resolver el caso, que él considera circunstanciales, si no que utiliza la psicología y el conocimiento de la naturaleza humana.

 

No hay nada más agotador en el mundo que la persona que siempre tiene la razón.

 

         Hercule Poirot es un hombre bajito y con cabeza de huevo (frase literal), con un tieso bigote del que está orgulloso de estilo militar, pero excéntrico (suele representarse como el de Dalí). Su pulcritud ralla la obsesividad (preferiría una bala a una mota de polvo en su traje). Es difícil extraer las características de la vida privada y el pasado de Poirot, ya que ni el mismo Hastings las conoce, siempre están envueltas en el misterio. A veces da detalles sobre su familia o sus orígenes, pero a menudo miente para confundir a sus posibles presas/sospechosos, asi que no llegamos a saber hasta dónde es verdad o no. Por ejemplo en una ocasión habla de su hermano Achilles Poirot (en referencia al hermano de Sherlock, Mycroft Holmes), tan genial como él, pero no llegamos a saber si es cierto o no que existe o existió.

 

Había solamente una cosa de su persona que satisfacía plenamente a Hercule Poirot: su espléndido bigote.

 

         Lo poco que sabemos es que es belga, y que fue uno de los miembros más famosos de la policía belga. Con la guerra mundial abandona su patria para refugiarse en Inglaterra, yendo a parar a la mansión de Styles, momento donde comienza El misterioso caso de Styles y conoce a Hastings, volviéndose ambos inseparables. Este libro pone del revés los cimientos de la literatura de crímenes, es casi un chiste en ciertos sentidos. Me gustaría revelar más pero no puedo.


Fanart del detective Hercule Poirot por Philip Dennis. Fuente: pinterest.


         No voy a contar las otras 32 novelas de Poirot, sería un trabajo megalítico y contraproducente, pero sí que comentare muy brevemente, en un parrafito, algunas de las más representativas e importantes.

        Pronto, después de ese primer caso (el primero para nosotros, pero Poirot ya es un hombre maduro y experimentado), nuestro detective empieza a avisar de que desea retirarse, e incluso llega a hacerlo algunas veces, solo para volver al mundo de los misterios casi inmediatamente, atraído por algún caso especialmente interesante. El resto del tiempo se establece como detective privado, al que a veces consulta la policía o clientes privados. Generalmente Poirot ayuda a la policía no por motivos de dinero (suponemos que en los espacios entre libros Poirot resolverá casos sencillos para mantener su elevado nivel de vida rollo ingles xD), si no interesado por el misterio que les proponen, y por lastima. Poirot, al contrario que Holmes, hace más gala de tener un gran corazón, y a menudo es el defensor de los más desfavorecidos, como en La tercera muchacha (1966), donde una pobre adolescente que vive en un piso compartido londinense pide ayuda a Poirot, ya que sospecha que ha cometido un asesinato, pero no lo tiene claro. No puede recordar.



El Poirot interpretado por David Suchet, una de sus mas famosas encarnaciones. 


      Otras muchas veces, como veremos, Poirot se da de frente con los casos, mientras está de vacaciones o de viaje aquí o allá, disfrutando de unos días con unos amigos, en una fiesta, etc. y como es un yonkie, no puede evitar resolver el caso. Es un buscador de la verdad, debe resolver el puzle a cualquier coste, pero tampoco puede permitir que el mal quede impune. El asesinato no debe quedar sin castigo jamás (a veces perdona u omite, sin informar a las autoridades, otros crímenes, como el robo, si considera que estaba justificado), es lo único imperdonable, aunque puede que este convencimiento sea puesto a prueba alguna vez.

 

El mal nunca queda sin castigo, pero a veces el castigo es secreto.

 

        Uno de los primeros casos que siguen al de Styles, el primero, es El asesinato de Roger Ackroyd (1926). En este libro Poirot intenta retirarse a plantar calabacines a un pueblo alejado, donde han estado ocurriendo una serie de misteriosas muertes. El asesinato de Roger Ackroyd, viejo millonario local, fuerza al belga a volver a la acción para atrapar al asesino, que puede estar detrás del resto de muertes. Para ello contará con la ayuda del Dr Sheppard, médico local, que hace las veces de Hastings en este libro, narrando las pesquisas y evoluciones del detective en primera persona. Esta novela fue elegida en 2013 como la mejor novela de crímenes de todos los tiempos por la Asociación de Escritores del Crimen.

        En Los cuatro grandes (1927) podemos ver un homenaje al estilo de Doyle y de Holmes, concretamente recuerda a El signo de los cuatro (1890). Poirot es reclutado para luchar contra la organización criminal más poderosa del mundo, con tentáculos por todo el planeta. Dirigida por cuatro poderosos hombres: Numero 2 es un poderoso hombre de negocios, hay quien dice que el hombre más rico del mundo y representa el dinero y Numero 3 es una importante científica encargada de los avances técnicos. Los otros dos son más chungos. Numero 1 es el líder supremo del cártel, un asiático conocido como el Mandarín, un cerebro que se dice podría rivalizar con Poirot (es una referencia evidente al clásico Fu Manchú y al Moriarty de Holmes). Personaje oculto tras mil velos que maneja todo mediante sus hilos. Finalmente Numero 4, llamado el Destructor, un maestro del disfraz y la ocultación al que no puede detectarse, invisible, encargado de asesinar y hace desaparecer a todo aquel que se oponga a los Cuatro. Una de las curiosidades del libro es que nunca llegamos a conocer el rostro de Numero 1 ni de Numero 4, y Poirot llega a aclamarles como los únicos cerebros criminales que podían competir con él. Es lo más parecido a “novela de acción” de Christie.

 

Mi más grande adversario. El destino había dispuesto que jamás nos encontráramos cara a cara.

 

         La muerte de lord Edgware (1933) supone una nueva muestra de cómo retorcer los cimientos de la literatura de crímenes. Ya le gustaría a Dolores Redondo, con todos mis respetos porque me gusta como escribe, ser así de retorcida. Poirot es contratado por Jake Wilkinson para gestionar su divorcio con el déspota aristócrata lord Edgware, quien sin embargo afirma que hace meses que aceptó las demandas de Jane. Justo después Edgware es asesinado, y los sirvientes afirman que Jane es la asesina. Posiblemente el caso más sencillo de Poirot, que por una serie de casualidades casi no logra resolver, y el detective afirma que estuvo a punto de ser derrotado por una persona absolutamente estúpida. Normalmente los rivales de Poirot son de una forma u otra personas muy inteligentes, pero este no es el caso.



Jane Wilkinson interpretada por Helen Grace, en una adaptación del año 2000 (creo).


         Asesinato en el Orient Express (1934) es uno de los más famosos, quizá el más famoso de los libros de Christie. Durante unas vacaciones del belga, el conocido tren Orient Express queda atrapado en la nieve durante varios días. En ese intervalo, un despreciable personaje de oscuro pasado llamado Ratchett (cuanto más se indaga sobre él, peor resulta) es cosido a puñaladas, y todo el mundo en el tren tiene coartada, y las pistas no encajan. Nadie puede ser el asesino. Este caso enfrentará Poirot con uno de los dilemas más terribles de su vida, obligándolo a tomar una decisión imposible.





Me flipan estos fanarts.


         En Muerte en las nubes (1935) obliga a nuestro bigotudo belga a investigar una muerte ocurrida en un avión, durante el vuelo, en el cual él mismo iba montado. El misterio de la guía de ferrocarriles (1936) lleva a al detective a perseguir a un asesino en serie (llamado A.B.C.) que lo desafía personalmente a atraparle (un duelo), asesinando a personas en riguroso orden alfabético (iniciales de la víctima e inicial del pueblo donde lo mata). Primero la A, luego la B, etc. Muerte en el Nilo (1937) sucede en un crucero por el Nilo, donde tanto Poirot como los implicados están de vacaciones. Implica a una pareja de luna de miel, enamorados, y a la despechada ex novia de él. Poirot, a la vez que resuelve el crimen, se ve obligado a lidiar con algo que ha mantenido olvidado casi toda su vida: los asuntos del corazón.

 

—¿Quién eres? ¿Usted no pertenece a la policía?
—Yo soy mejor que la policía -dijo Poirot. Lo dijo sin arrogancia consciente. Era, para él, una simple declaración de un hecho.

 

         En Un triste ciprés (1940) una joven es considerada culpable del asesinato de otra muchacha, y no hay nadie que crea en su inocencia, excepto Poirot, que estará dispuesto a desvelar la verdad del caso. Con Un gato en el palomar (1959) el investigador se introduce en la compleja vida social de un internado femenino para chicas ricas para desvelar una serie de asesinatos que pueden tener serias implicaciones políticas.

          Ya casi para terminar: Los elefantes pueden recordar (1972). A Poirot se le solicita que resuelva el caso de un asesinato seguido del suicidio del asesino doce años despues de lo sucedido. Un matrimonio apareció muerto con una pistola, uno mató al otro y luego se suicidó. Pero doce años después ya no quedan rastros ni pistas que seguir, solo podrá hablar de lo sucedido con las partes implicadas.

 

Si quieres revivir el pasado, al final aparecerá distorsionado.

 

        Durante el transcurso de estos libros, Christie envejeció, e hizo que Poirot envejeciera a un ritmo similar. Al avanzar los libros, si los leemos en la secuencia cronológica, vemos como Poirot va desarrollando arrugas, o quejándose de que se hace mayor. Pero nada nos prepara para el shock del siguiente libro.

 

El tiempo es el mejor asesino.

 

        Y el último: Telón (1975). Pese a que fue publicada un año antes de morir, Christie tenia lista y escrita la novela desde los años 40, planeada como el fin de su personaje favorito. En este triste (PERO TRISTE DE FLIPAR) libro nos encontramos un Poirot envejecido y agotado. Sus piernas ya no funcionan, se mueve en silla de ruedas, toma medicación para el corazón, y se está muriendo. Pero al final de su carrera, ha descubierto la culminación de su obra, su rival más peligroso y temible. El asesino perfecto y definitivo, la mayor mente criminal a la que se ha enfrentado jamás, conocido durante la mayor parte del libro solo como X. Y no puede irse de este mundo sin atraparle. Así que recluta a Hastings (el libro comienza con él, es narrado por un Hastings también ya viejito) para ayudarle a atraparle, y el lugar elegido por el destino para esta tarea, es el mismo donde todo empezó: Styles, el lugar donde sucede la primera novela. Uno de los actuales residentes del lugar (donde también Poirot está de “vacaciones”) es X. La prueba más difícil de la carrera del viejo detective ocurre en el momento en el que el cuerpo de este ya no le responde.

 

No volveremos a cazar juntos, amigo mío. Nuestra primera y nuestra última cacería han tenido lugar aquí. Fueron tiempos muy felices.



Poirot de anciano, en su ultimo caso, junto a Hastings. Escena de línea de adaptaciones de los 2000.


         Cada uno de los libros es sensacional, el cinismo y acido humor de Poirot es para partirte, al tiempo que disfrutas con su dramatismo para revelar quién es el asesino, o sus conclusiones. Un detective increíblemente humano, no actúa como un robot que resuelve casos y ya. Sus demonios internos, su pasado, sus valores, sus ansias, importan, y mucho, para las decisiones que toma, que van más allá de resolver el caso, sino de cómo resolverlo para actuar del mejor modo posible. No es que merezca la pena leerlos, es que son casi imprescindibles para cualquier fan del crimen. Yo he leído unos veinte y muchos de todos los de Poirot (y unos 40 y algo de toda la bibliografía de Agatha Christie), y ni uno está por debajo del sobresaliente. A veces dramáticos, momentazos épicos, salpicados de un constante humorcillo irónico que a veces logra hacerte reír a carcajadas. Siempre inteligentes. 

        Se leen casi de una sentada, suelen tener aproximadamente entre 200 y 250 paginas. Se pueden leer de forma independiente, como una saga, es indiferente. Al igual que con Pratchett y su Mundodisco, pese a que hay una linealidad (mucho mas desarrollada en Mundodisco, eso si), y todo pertenece a la misma historia y marco, cada libro es independiente por si mismo, la autora otorga la información necesaria para que no hayas tenido que leer nada mas. Yo empecé por Asesinato en el Orient Express cuando era un crio, y no tuve problemas. 

 

Ustedes me van ahora a preguntar por qué se encontraba mi pañuelo junto al cadáver de un hombre asesinado. Mi contestación es que no tengo la menor idea.

 

        Hay ediciones de 100 tipos distintos, pueden conseguirse de segunda mano, o comprarse nuevos en Amazon o en cualquier librería.

        Los libros están considerados de lo mejor escrito jamás en materia de crímenes, han recibido elogios por todo el mundo, y se han traducido al menos a 103 idiomas: según el Index Translationum (base de datos de la UNESCO para traducciones de libros) Agatha Christie es la autora individual mas traducida. Ha vendido un mínimo de 2.000 millones de copias, siendo sus obras las terceras mas vendidas del mundo y de la historia, solo por detrás de las obras de William Shakespeare y de la Biblia. 

       En cuanto a adaptaciones, se ha adaptado muchas veces a obras de teatro y películas. Son conocidas las interpretaciones que hicieron del detective Albert Finney y David Suchet. Aunque en mi opinión, mi favorita es la película de Asesinato en el Orient Express de 2017 dirigida y protagonizada por Kenneth Branagh, con el propio Branagh como Poirot. Branagh elige un estilo aún más excéntrico que el que solía llevar el belga, pelo gris en vez de su siempre pulcro pelo negro, y bigote más despeluchado, mas ¿prusiano? Pero refleja muy bien el estilo veloz y activo de Christie, que no te da tiempo a aburrirte, y la acidez y extravagancia de Poirot. La forma de adaptar el final me pareció sublime. 



    Caratula de la adaptacón de 2017. También me mola mucho.



El Poirot interpretado por Kenneth Branagh.


        Como detalle final: en algún momento de 2022 debería salir la nueva adaptación, también dirigida y protagonizada por Branagh, de Muerte en el Nilo. De hecho ya debería haber salido hace tiempo, pero retrasos covid, que se le va a hacer. La productora querrá rentabilizarla al máximo y eso no esta ocurriendo demasiado ahora.









lunes, 19 de julio de 2021

ILIÓN - DAN SIMMONS

 



1. Ilión (2003). 687 pags.
2. Olympo (2005). 881 pags.

        Okey, esta también va a ser difícil, y no solo por lo rara que es. En primer lugar, la bilogía (dos libros) no tiene un nombre claro, ya que más que dos obras distintas (a veces publicada como tetralogía, en cuatro libros, dividiendo cada libro en sus dos partes fundamentales), más bien es una sola gigantesca obra de más de 1500 páginas. Pero oficialmente se la conoce como la saga o la bilogía de Ilión, al igual que el primer libro. El segundo se llama Olympo. Como he dicho, a su vez cada uno se divide en dos, cuatro en total, a saber, El asedio, La rebelión, La guerra y La caída. Pertenece al género de la ciencia ficción, tremendamente futurista, y además contiene elementos (MUCHOS) de mitología, o sea es ficción mitológica. Normalmente es más común ver esto en el terreno de la fantasía, pero en este caso es ciencia ficción.

        Su autor, Dan Simmons, de quien ya hable en la obra Los vampiros de la mente, es un reconocido autor estadounidense que anteriormente se dedicó a la enseñanza, concretamente era profesor de literatura. Sus conocimientos quedan más que demostrados en la presente bilogía, puesto que está PLAGADA de referencias a otras obras. Hay páginas y páginas de conversaciones entre dos avanzados robots discutiendo sobre los sonetos de Shakespeare o sobre el significado de tal o cual pasaje o las intenciones de x personaje de En busca del tiempo perdido, de Proust. Por poner un ejemplo.



Dan Simmons.


        La referencia más clara y directa es la Ilíada de Homero, ya que el libro, básicamente y como principal hilo conductor, se trata de una revisión en tono de ciencia ficción de la guerra de Troya contada por Homero. De ahí el título: una de las formas arcaicas de referirse a Troya es Ilión. Nos encontraremos como personajes habituales a los protagonistas de esa antigua obra, tanto los mortales (Aquiles, Odiseo, los dos Ayax, Agamenón, Héctor, Helena, etc.) y los dioses (Zeus, Hefesto, Afrodita, Hera, Atenea, etc.).

        Aclaro una cosa: es una novela considerablemente compleja. Simmons te lanza al libro como quien lanza a alguien a un rio helado, y no sabes ni por donde te vienen los golpes. Tardas mucho en enterarte por dónde van los tiros, cómo funciona el universo, y empezar a teorizar que está pasando. Unas 300 páginas fácilmente. Y hasta empezar a tener claras ciertas cosas, casi todo el primer libro. No es fácil ubicarte. Voy a intentar hacer una sinopsis básica, más adelante meteré mis críticas y valoraciones.

        La narración se divide en distintos protagonistas ubicados en distintos puntos del universo de Simmons. El que abre el libro es Thomas Hockenberry, un escólico: un especialista en la Ilíada homérica perteneciente al siglo XX, profesor de Universidad, que vivió y murió con normalidad. Tras eso, su cuerpo y mente fueron reconstruidos por los dioses olímpicos en el tiempo de Troya (el  cómo ocurre para que unos seres que viven en un supuesto pasado reconstruyen a alguien del futuro es uno de los misterios que se irán resolviendo), para asistir a la guerra y certificar que todo ocurre como escribió el poeta griego. Ese es el papel de los escólicos, todos vienen de otro tiempo, y como han leído la Ilíada saben que va a pasar. Los dioses les concedieron aparatos grabadores, dispositivos para asumir la apariencia de cualquier otra persona y pasar inadvertidos, y mecanismos para teletransportarse (lo llaman TCear, en referencia a Teletransporte Cuántico) desde sus barracones a los pies del monte Olimpo, donde viven, a Troya o a sus alrededores (como el campamento aqueo/griego). Entregan sus informes a una de las musas, y tienen prohibido por mandato de Zeus, dios de dioses y señor del Olimpo, hablar de cualquier acontecimiento futuro con ninguno de los otros dioses, aunque les pregunten. Zeus es el único dios que conoce el contenido de la Ilíada y que sabe que va a pasar.

 

¡Los dioses no saben qué va a pasar a continuación!

 

        Los dioses son presentados como unos seres de poderes portentosos pero no por fuerzas mágicas, si no como humanos mejorados hasta alcanzar capacidades sobrehumanas, a través de la ciencia y con aparatos muy avanzados. Pueden TCearse a cualquier lugar, alterar su tamaño, moverse más rápido que nadie, lanzar ondas de energía,… Incluso pueden mejorar a otros humanos (a través de nanorobots que aportan más fuerza, alteraciones del estado cuántico de la probabilidad, y muchas frikadas similares), alcanzando estos el estado de lo que llamaríamos héroes y/o semidioses. El principal ejemplo de esto es, por supuesto, Aquiles, el mayor de todos los héroes. Hay varios centenares de dioses, Simmons cita a muchísimos de ellos, otros solo son dioses menores anónimos con apenas importancia. Algunos de estos dioses tienen una importancia capital en el desarrollo de la trama como Hera, Hefesto, Zeus, Afrodita, etc. Otros tienen papeles menores, o solo se les cita de pasada.

        Pese a esta avanzada tecnología, los dioses son poco más o menos que adolescentes gamberros jugando con bombas H y aceleradores de partículas. En su mayoría son estúpidos, caprichosos, vanidosos, y solo se preocupan por sus juegos de poder. No parecen tener un conocimiento de nada de lo que usan, ni de cómo funciona ni porque, solo saben que botón pulsar para hacer x efecto, y ya. Ni siquiera parecen saber cómo funcionan sus poderes. En definitiva sus poderes, capacidades y aparatos les fueron entregados por algo o alguien, pero ellos no tienen mucha más idea, ni les preocupa. Excepciones a esto son Zeus, que sí parece entender un poco de que van las cosas, Nyx (Noche), a quien ni Zeus osa desafiar, o Hefesto, quien es bastante inteligente, e incluso posee su propia ciencia.



El Zeus de la saga de videojuegos de God of War. Me recuerda bastante al de estos libros. Además, también es un pedazo de cabrón déspota y tirano con miedo a que alguien se alce en su contra. 

        Los dioses siempre tratan de competir entre ellos, haciendo Zeus de árbitro, que no consiente los enfrentamientos abiertos. Así que su forma de competir es tratar de que su bando venza en la contienda de Troya: Hera, Atenea, etc. apoyan a los aqueos (griegos), mientras que Poseidón, Ares, Afrodita, y otros apoyan a Troya. Han convertido la guerra de Troya en su propio tablero de ajedrez, más o menos como decía Homero, e intervienen abiertamente en las batallas. Una guerra que lleva ya muchos años.

 

Este juego de ajedrez con seres humanos de verdad que caen y gritan y mueren se me antoja decadente, una obscenidad.

 

        En este contexto, todo ha ocurrido más o menos como estaba marcado, y durante algunos capítulos veremos la gigantesca sucesión de nombres (suele decirse que en la Ilíada nadie es anónimo, todos los personajes tienen nombre, y se cita su destino, ya sea muerte o vida) y lo que les ocurre. Menganito, el arquero de Fulanito, dispara una flecha y mata a Berengario, el conductor del carro de Manolito, pero Manolito salta del carro, y acaba con Menganito. Y así. Hasta que en un momento todo se va a la mierda.



Escena de combate clásica de una vasija griega. Concretamente pertenece a la cerámica de figuras negras ateniense, probablemente perteneciente al siglo VII a.C.


        Afrodita, a través de la musa que dirige a los escólicos, recluta a Hockenberry para que asesine a Atenea, en una de las conspiraciones internas de los dioses. Para ello le entrega un dispositivo en forma de medallón con el que puede TCear donde quiera, y el casco de Hades, que le permite volverse absolutamente invisible, incluso a la vista mejorada de los dioses. Hockenberry, envuelto en los juegos de poderes de los dioses, decide no seguir siendo un esclavo y una marioneta, y en un acto de valentía (le vienen por explosiones, generalmente es un cobarde) intenta destruir a Afrodita y escapar de la red divina, y después haciendo uso de los aparatos que le había dado, huye a Troya, y se esconde (sobre todo con el casco de Hades) de los dioses. Ahora es un hombre buscado, aunque apenas lo consideren un insecto.

        Desde este punto, los acontecimientos de la obra de Homero empiezan a desaparecer, y la obra toma su propio rumbo: personajes mueren cuando no deberían, otros siguen vivos cuando ya deberían haber muerto, se suceden acciones que no estaban escritas, etc. Hockenberry intentará usar su conocimiento y sus aparatos para provocar una rebelión contra el Olimpo, y destruir la opresión divina (lo cual es su única oportunidad de sobrevivir), que Troya y aqueos se unan contra el verdadero enemigo. Es una nueva línea temporal, la Ilíada ya no vale.

 

¿Agamenón muerto? ¿Aquiles al mando? Santo cielo. Ya no estamos en la Ilíada, Totó.

 

        ¿Podrán las hormigas derrumbar a los gigantes? ¿Podrán los simples humanos enfrentarse a los dioses? Es una verdadera rebelión. Ha llegado la hora de que el Olimpo caiga para siempre, de destruir el destino. O eso, o tanto Troya como todo el pueblo aqueo serán arrasados, el hilo de la historia cortado.

 

Con tu ayuda y nuestra planificación, cambiaremos el curso de los acontecimientos, salvando no solo a nuestra ciudad, nuestras vidas y las vidas de nuestros hijos, sino también el destino de la humanidad, liberándonos del dominio de deidades crueles y arbitrarias.

 

        Mientras esto sucede, en el planeta Júpiter se están tomando importantes decisiones. En algún momento de nuestro futuro, la sociedad humana (o la posthumana, humanos super avanzados) envió una estirpe de robots inteligentes con partes orgánicas con capacidad de auto mejorarse, aprender, y construir otros como ellos, al sistema de lunas de Júpiter. Debían fundar una civilización que trabajara enviando recursos e investigara y explorara para los humanos. Pero poco después las comunicaciones se cortaron, los posthumanos desaparecieron, y los moravecs (nombre de estos robots) prosperaron y evolucionaron por sí mismos, sin mantener contacto con la Tierra, formando una civilización científica y tecnológicamente muy avanzada llamada el Consorcio de las Cinco Lunas. Supongo que es en referencia a las lunas o satélites más importantes de Júpiter, que en total tiene 79, pero hasta donde yo sé las más conocidas son cuatro: Io, Europa, Ganimedes, y Calisto. No sé cuál es la quinta, pero bueno.



Lunas de Júpiter.


        Los moravecs son muy graciosos, cada uno está adaptado a una serie de actividades técnicas concretas, y viven más de 100 años de forma natural. Tienen partes orgánicas y otras robóticas, así que en todos los aspectos de la palabra son sintientes, piensan, lamentan, etc. Aunque a veces sean excesivamente lógicos o racionales. Algunos son gigantes, tamaño camión, otros como gnomos de jardín. Además, son unos frikazos. Suelen leer de forma compulsiva autores terráqueos, estudiarlos a fondo, o estudiar disciplinas terráqueas que no tienen validez para ellos (como medicina humana), por simple afición, y acaban volviendo auténticos especialistas.

        Los moravecs se han dado cuenta, por sus radares y dispositivos, de que algo muy jodido está ocurriendo en Marte: todo el planeta ha sido terraformado, hay atmosfera, vegetación, actividad, océanos, etc. Pero eso no es lo peor: hay tal nivel de actividad cuántica en el planeta Marte, y concretamente se concentra en el volcán Olimpo de Marte, que está poniendo en peligro la estabilidad de la realidad de todo el Sistema Solar. Si esto sigue así podrían provocar una singularidad que absorbiera todo el Sistema, así que deciden intervenir. Antes de que nadie lo pregunte, si, el monte Olimpo donde están los dioses, y donde Hockenberry ha vivido durante años en barracones, etc. es el monte Olimpo de Marte. Osea, los dioses que dan por culo en Troya, están en Marte. Se teletransportan de Marte a la Tierra en el tiempo de Troya cada día. Lo de cómo pueden moverse al pasado, o que narices es esa Troya, etc. ya tendréis que averiguarlo leyendo, tarda bastante en revelarse, y es bastante lio.

        Los moravecs envían una expedición de exploración a Marte, formada por cuatro moravecs. Los dos protagonistas principales son Mahnmut de Europa (quien dirige el pequeño submarino La Dama Oscura y es un especialista en Shakespeare) y Orphu de Io (especialista en Marcel Proust y En busca del tiempo perdido). Mahnmut es un pequeño moravec de unos 100 y pico años de edad, de aspecto anfibio (un poco como una rana robot de metro y medio) diseñado para el agua, dedicado a la exploración de los océanos de Europa con su submarino. Su cometido en la misión es trasladar la expedición vía submarina por Marte, una vez lleguen en la nave espacial. Orphu es un moravec enorme de ocho toneladas y seis metros de envergadura, parece un cangrejo gigantesco y blindado, especializado en mantenimiento de maquinaria en el satélite de Io, que es especialmente destructivo (Arthur C. Clarke definió a Io como el Infierno). Su misión es el mantenimiento de la nave en el espacio. Los otros dos moravecs son Koros III de Ganimedes (el líder), y Ri Po de Calisto.



Orphu de Io y Mahnmut de Europa, fanart por PeteM. Fuente: deviantart.



Orphu de Io y Mahnmut de Europa, fanart por Lostro. Fuente: deviantart.


        Nada más llegar a Marte son detectados por los dioses, y la nave, Koros III y Ri Po son destruidos por Zeus, y Orphu queda tremendamente dañado, incapacitado para moverse y con todos sus sistemas de visión cegados. Se convierte en una CPU gigante, puede pensar y procesar tanto como antes, tiene una memoria y banco de datos gigantes, y puede hablar con Mahnmut, pero no puede ni moverse ni ver nada. Mahnmut debe cargar con Orphu mientras trata de completar la misión y colocar los dispositivos (que ni siquiera sabe que hacen, solo que sabe donde debía dejarlos) que ha logrado salvar de la nave en el mejor lugar posible: en el centro del Olimpo. Lo cual puede ser bastante complicado. Las conversaciones sobre Shakespeare y Proust de estos dos personajes son delirantes.

        Finalmente, tenemos una Tierra futura, año 6000 y pico aproximadamente. Una tierra del futuro poblada por una sociedad compuesta de unos 300.000 humanos, que se llaman a sí mismos humanos antiguos. Estos humanos son como niños, han olvidado prácticamente toda su historia, menos algún detalle que les queda, y no saben hacer absolutamente nada. 0. Son la inutilidad total. No saben leer, cocinar, coser, cazar, construir, ni siquiera saben aprender. Toda su sociedad está montada en torno a comer, el sexo, e irse de fiesta. Simmons los compara con los eloi de La máquina del tiempo de HG Wells. Absolutamente todo el trabajo lo hacen las maquinas, tienen todo tipo de servidores robóticos, además de unos siniestros y silenciosos “protectores” (están armados con cuchillas) medio robots medio orgánicos (pero no tan avanzados como los moravecs, no poseen individualidad, parecen funcionar con un sistema de mente de colmena bastante simple, cumpliendo algún tipo de objetivo) llamados voynix.

        En este mundo es posible un tipo de teletransporte antiguo llamado faxear, que consiste en teletransportarte de un portal fijo a otro portal fijo a tu elección. De este modo los humanos viajan entre comunidades. Además, si tienes una herida grave, puedes faxearte a la fermería (enfermería) para que te curen en unos tanques rejuvenecedores. Y si mueres, tus datos están guardados en unos bancos de memoria, así que pueden reconstruirte. Cada veinte años (la sociedad funciona por etapas de veinte), los humanos se faxean a la fermeria para que los rejuvenezcan veinte años atrás, así que no hay ancianidad. Esto se hace cinco veces, tras el quinto veinte (osea cuando cumples 100 años), llamado el Último Veinte, te quedas a vivir con los posthumanos en los anillos (donde están las fermerías).

        Los anillos son una serie de estructuras que rodean la tierra, y están en órbita, llenas de aparatos científicos y técnicos de los que no tenemos ni idea para que valen, e islas orbitales donde viven los posthumanos. Los posthumanos abandonaron la Tierra hace ni se sabe cuántos cientos de años, y se quedaron para siempre en los anillos (eso se dice, nadie ha visto uno), donde tienen sus fermerías. Los anillos son vistos por los humanos antiguos como una especie de paraísos, y los posthumanos como una suerte de dioses (aunque desconocen el concepto de dios) científicos protectores y benignos.




Ejemplos de anillos orbitales.

        La historia en esta tierra futura comienza cuando Daeman, un conocido vividor y conquistador de mujeres, que al principio da mucho asquito, acude a una fiesta de su prima Ada con la intención de seducirla, en su mansión, Ardis Hall. Pero allí es reclutado por Ada, su amante Harman (un hombre de 99 años, le queda un año) y la artista Hannah para una peligrosa misión de búsqueda y descubrimiento. Harman es el último hombre que sabe leer del planeta (aprendió solo), y lo hace como un niño pequeño, pero ha conseguido llegar a la conclusión de que quizá no haya posthumanos allá arriba y que estos les abandonaron, que tras el último veinte no haya nada, solo mueren, y que viven engañados.

      Tras seguir una serie de pistas conocerán a Savi, la Judía Errante, una historiadora y la última superviviente de los humanos de antes de esa sociedad iletrada y lerda, una mujer que lleva 1400 años vagando por el planeta tratando de liberar la sociedad. Ella les guiará en un viaje que pretende sacudir incluso los anillos hasta derribarlos: el mundo debe romperse para evolucionar de nuevo, ese estado estático debe perecer. Y les llevará a conocer a un humano mucho más antiguo que ella misma, el viajero por antonomasia, que ha llegado hasta ese mundo de falsedad y engaños.   

        Todas estas tramas se irán entrecruzando para contarnos la historia de una Tierra futura donde los dioses se han alzado y tomado forma, donde criaturas de otras realidades han logrado penetrar en la nuestra y causar estragos, donde una inteligencia artificial global ha tomado la apariencia holográfica de un personaje de Shakespeare. ¿Dónde encajan los posthumanos y los dioses en todo esto? ¿Crearon los posthumanos a los dioses? ¿Ellos les concedieron toda esa ciencia y poder a los dioses, que estos en realidad no entienden, ellos son la sombra tras los dioses? Y si ese es el caso, ¿quién está detrás de los posthumanos? ¿Iniciaron los posthumanos y sus experimentos cuánticos todo este berenjenal, y los descontrolados dioses están ahora terminándolo con sus juegos de niños?

 

Abrieron túneles cuenticos hacia una o más de esas realidades alternativas. Y dejaron que algo entrara por ellas.

 

        Ada, Daeman, Harman, Savi etc. trataran de conducir a la humanidad a un nuevo amanecer, y sacarla de ese sueño sin sueños, esa existencia vacía, en la que llevan anclados cientos o miles de años. Hockenberry intentará desafiar a los despiadados dioses y al mismísimo Zeus y cambiar el propio curso de la Ilíada, ya es hora de que el Olimpo deje de dictar el destino de las personas, generalmente llevándoles a la angustia y la ruina. Finalmente, los moravecs se configuran como el último reducto de humanidad y ciencia en un tiempo en que las personas han perdido la ciencia, la historia, y la cultura. Aquellos seres que poseen cultura y ciencia (los dioses y los posthumanos, ¿serán lo mismo? ¿Serán los dioses una versión degenerada de los posthumanos?) son despreciables y tiránicos. Los moravecs son pacíficos, científicos, amables, desinteresados. Intentaran salvar el Sistema Solar del Apocalipsis cuántico que los dioses están provocando con sus juegos, sin siquiera saberlo. Todo lo citado está relacionado, como se relacionan tantas realidades, etapas históricas y mundos diferentes, ya es otra historia, y eso tendréis que leerlo.



Mahnmut conociendo a Zeus, en el Olimpo. Fanart por Brian Markowski. Fuente: pinterest.


        El libro está escrito con el estilo ameno y veloz de Simmons, y aunque al principio no te enteras de nada, no cuesta leerlo en sí. A través de las píldoras de información que personajes como Savi nos irán dando, deberemos ir configurando nuestro esquema de que pasó en el pasado de esa Tierra de elois, porque hay un Marte plagado de dioses que están alterando la realidad cuántica, donde narices encaja Troya en todo esto, etc. Y es complejo, yo me volví bastante loco. Me hice apuntes, líneas temporales, y todo. Hay una web sobre esta bilogía (en inglés) que puede ayudar bastante, y tiene su propia timeline, línea temporal. Dejo aquí el enlace de la línea temporal. Y este es el enlace de la pagina principal de la web. Es como una wiki muy básica. De todas formas al final no quedan muy claros algunas cronologías o eventos.



Yo haciéndome apuntes y teorizando sobre que puñetas esta pasando en el libro.




Mis apuntes. En serio que los tomé, es que es un follón importante.


        El libro tiene referencias por todas partes. El concepto de faxear esta sacado de la popular serie Star Trek (a la cual se hace referencia unas cuantas veces, varios de los moravecs son aficionados a ella, ya que pudieron descargar todos los capítulos de viejos enlaces con la Tierra). Hay menciones a Shakespeare, James Joyce (su Ulysses, por supuesto), Marcel Proust, Virgilio, etc. A menudo los personajes citan a estos autores y a sus obras, sobre todo Hockenberry, y los moravecs (que son unos frikazos), y a veces también los dioses que no son canis con superpoderes (Hefesto, Zeus, etc.). Incluso dicen frases de El Mago de Oz.  

        Ada, es una referencia a Vladimir Nabokov y a sus obras Lolita (1955) y Ada o el ardor (1969): la relación entre primos (Daeman y Ada), aunque esta no llega ni a plantearse jamás, ya que Ada rechaza a Daeman desde el minuto uno, es el eje de Ada o el ardor (en esta novela, los personajes de Ada y Daeman, dos primos, si se acuestan, se enamoran, de todo), y además la protagonista también se llama Ada y vive en una mansión que también se llama Ardis Hall. Lolita se deduce de la relación entre una mujer joven y un hombre mayor (vale, Ada no es una niña como lo era Lola, y Harman tiene aspecto de tener 30 pese a que tiene 99, y el Humbert de Lolita era mayor de 40, pero bueno, la referencia queda ahí).    

        Al mismo tiempo la sociedad paralizada futura de la Tierra recuerda un poco a la que Arthur C. Clarke planteó en su novela corta A la caída de la noche (1948), y que más adelante reescribió en una novela más larga llamada La ciudad y las estrellas (1956). En estas obras (son básicamente la misma historia con ligeras variaciones) podemos ver una humanidad que lleva viviendo atrapada en el mismo momento estático desde hace miles de años, sin avanzar. Sin soñar. Sin desear nada realmente. Dedicándose a distraerse como buenamente pueden, sin hacer nada realmente útil. En la comodidad de una gigantesca megalópolis, alimentados, cuidados, etc. por las maquinas, y por la matriz de ellas, unos superordenadores subterráneos.

      Esto mismo, incluyendo la sociedad cuidada por las maquinas, también se plantea en la ya centenaria obra de EM Forster, publicada en 1909, La máquina se para (The Machine Stops).

      Por otro lado, Simmons escarba en la física cuántica para soltarnos las explicaciones a los diversos misterios: teorías de realidades superpuestas, frentes de ondas holísticos, etc. Nada se lo inventa, solo coge lo que le interesa de la física y lo aplica en una técnica narrativa usando aparatos hoy imposibles (eso si se los inventa, aunque algunos si se han teorizado de verdad por físicos) para generar la trama. En otras palabras, retuerce la física a su antojo para crear un argumento. Y de un modo bastante imaginativo, a mí me ha molado. Hay comentarios al respecto de que Simmons no es el primero que utiliza este tipo de teorías (no voy a desvelar cómo funciona el tema) para una obra de ciencia ficción; yo es la primera vez que leo semejante ida de olla, no sé si hay algo anterior, pero vamos, si todo tuviera que ser puramente original, que mundo literario más limitado tendríamos.

        Por estos componentes técnicos citados pertenece al sub género de la ciencia ficción dura o hard sci fi, caracterizada por la abundancia de componentes técnicos y/o científicos, tratar de acercarse lo máximo posible (dentro de que sigue siendo ficción) a la ciencia y a la física, etc. Un ejemplo de este estilo, que reseñe en el pasado, es Esfera, de Michael Crichton. Y, vaya, he tenido que verme más de un programa de física en Internet para conseguir pillar bien de que estaban hablando, y aprovechar al máximo el libro. Me hice esquemas y todo. Pero merece la pena.

        Ahora vamos con los fallos. Podríamos considerar un fallo la forma tan brutal en la que Simmons te lanza del avión directo a una historia tan compleja y en un Universo tan complejo, y lo que te cuesta ubicarte. Pero creo que forma parte del misterio del libro encontrarte y saber que es que, y a que niveles se está jugando la partida, y según los vas comprendiendo, vas entendiendo lo arriesgado de la apuesta de Simmons, y valorando su trabajo y su imaginación. Es complejo, pero en este caso no lo considero un fallo.

        Pero si considero un fallo su final. De hecho es EL FALLO.  Es un final abrupto, precipitado, y tremendamente incongruente. Creo que Simmons se vio superado por su propia obra, en un momento dado se dio cuenta que llevaba 1400 páginas de libro y estaba MUY LEJOS del final. Y decidió terminar. Hacia la pagina 700 y pico del segundo libro (que tiene 900 y algo) todo va en un determinado ritmo, y de pronto se acaba en poco más de 100 páginas.

        Este final deja MUCHISIMOS cabos sueltos. Los grandes personajes manipuladores en la sombra tras el libro, que habían hecho pocas pero cruciales apariciones, uno de ellos el que quizá parecía el gran villano (y además uno bastante chulo), desaparecen en la nada. De hecho ese villano, literalmente hace un “bueno, me voy”. Y se va. Y ya. Y te quedas con una cara pan que no puedes con ella. El personaje misterioso que más tarda en aparecer (no sale hasta la página 800 del segundo o así), pese a que empieza sugerirse a mitad del primer libro, igual. 1000 paginas esperándolo, y si entiendes de mitología mas, porque tela quien era (no, nada tan simple como un dios), para que luego diga “suerte en la vida, me piro”. Otros se quedan por la Tierra pero como sin pena ni gloria, de fondo, a pasar el rato como abuelitos mirando obras. Al sol.

        Es que de verdad que te quedas con una cara pánfilo increíble, en plan “¿De verdad? ¿Ya? ¿Esto acaba así?”. Hace aguas por todas partes. Muchas de las decisiones tomadas a lo largo de las novelas carecen de sentido con ese final. Y un larguísimo etc.

        Algunos compañeros bloggeros han reseñado este fallo (creo que todos, es que es garrafal) pero muchos lo han comentado de pasada y/o han  referido que es un fallo menor. No estoy de acuerdo. El fallo es un agujero gigante, de hecho para mi lastra una saga que podía tener un 9 o 9.5 tranquilamente, incluso quizá un 10, a un mero 7, y concedido únicamente en pro de la originalidad de ciertas tramas y desarrollos, de mezclar a dioses con física cuántica y la guerra de Troya homérica, etc.

        Pese a este agujero, sigue mereciendo la pena leerlo. Muestra muy bien la guerra de Troya tal y como se ve en la Ilíada, la trama de Aquiles y Hefesto mola, el desarrollo de las mujeres troyanas es genial, el viaje de Harman, Ada, Daeman y compañía es bastante imaginativo, etc. Los moravecs son puro amor, sobretodo Orphu y Mahnmut. Al Cesar lo que es del Cesar, estos libros molan un huevo. Menos por ese final precipitado. 

        Fue una saga bastante aclamada, aunque muy lejos del éxito que tuvo la primera saga de Simmons, Los cantos de Hyperion. La critica literaria fue por el mismo lado que lo que he expuesto: el primer libro ganó el Premio Locus de 2004 a la mejor novela de ciencia ficción. Sin embargo, el segundo, Olympo, no ganó ninguno (aunque si que recibió una nominación).

        Para finalizar, en cuanto a ediciones, existen unas ediciones de 2004 en adelante, hasta 2016 o así, publicadas por Ediciones B y Zeta Bolsillo, en formato libro de bolsillo. En mi opinión son bastante reguleras, algunas con unas ilustraciones de portada rollo medio cyberpunk, en plan HR Giger, que no pegan ni con cola (y mira que me encanta Giger como ilustrador). Vienen publicadas separadas, en vez de publicar Ilión de una vez, y Olympo de otra, han separado cada libro en dos, sus dos capítulos o partes principales. Como mencione al principio del post.  Ilión I: El asedio y Ilión II: La rebelión, por un lado, y por otro: Olympo I: La guerra y Olympo II: La caída. Mucho mas coñazo a todos los efectos. Se pueden conseguir fácilmente por todocoleccion, de segunda mano. La otra opción, los libros que yo tengo, es comprar las nuevas ediciones que ha sacado Nova, cada libro completo, unido. Vienen en tapa dura con sobrecubierta, unas ilustraciones de portada bastante chulas, con personaje solitario rollo futuro distópico observando unas ruinas antiguas, la decadencia del mundo y todo eso, que casan bastante bien con la tónica de la obra. Cada uno cuesta 22 o 23 euros, pero creo que merecen la pena. Y ademas, al final entre que con la otra opción tienes que cogerte 4 libros distintos (para cogerlos de segunda mano por todocoleccion), pagar los gastos de envío de 4 libros, etc., yo creo que gastas mas pasta. Esto es mejor. 






Las dos portadas de las dos libros editados por Nova.




martes, 29 de junio de 2021

EL ALMUERZO DESNUDO - WILLIAM S. BURROUGHS

 


        Puf. ¿Y por dónde empiezo? ¿Por dónde empiezo a contar una historia que su propio autor definió como “puedes abrir el libro por donde quieras y empezar a leer”?

     Supongo que puedo empezar diciendo que El almuerzo desnudo, publicada en 1959, es la obra más famosa, y posiblemente la mejor, de William S. Burroughs, la que lo catapultó a la inmortalidad. Una obra incomoda, a veces farragosa, a veces digna de un genio, destructiva, acida, caustica, un grito de dolor que resuena en las calles que realmente son “alcantarillas alargadas con una costra formada por tanto sexo y asesinatos” (como diría Roscharch, de Watchmen). Un libro-denuncia o libro-documentalista pero contado de un modo muy particular. A veces incomprensible, pero en mi opinión imprescindible.

        Para entender el libro primero hay que entender a Burroughs. Hay que tener en cuenta que este hombre vivió en los años en que se podía comprar cocaína con recetas en boticas o farmacias (dado que aún era un tratamiento legal, se usaba con normalidad), y que era rarísimo conocer a algún cocainómano que no fuera también morfinómano o heroinómano. Ahora lo raro es conocer a alguien que le dé a la heroína o a la morfina, que prácticamente ya no tiene mercado o es muy pequeño, mientras que la coca, dentro de que se considera una droga bastante dura (cosa que antes no), está bastante normalizada, y no es raro conocer personas que de vez en cuando tomen. Pero jamás se acercarían a la heroína. En la época de este escritor, la heroína era como ahora la coca, bastante normal (entre el sector marginal, pero mucho más extendido).

      William Seward Burroughs (1914-1997) fue un novelista, ensayista, artista visual y critico estadounidense, extremadamente ligado a la revolución literaria y de las artes, y al posmodernismo, así como a la cultura LGTBI. Nacido en una familia acomodada, y licenciado en artes en la Universidad de Harvard, enseguida empezó una vida de activismo y vagabundeo político y artístico por todo el mundo (viajó por Europa, y más adelante por Oriente), siempre tratando de explorar lo nuevo y lo marginado por la sociedad. Pronto manifestó claras inclinaciones homosexuales, muy evidentes en sus libros (que siempre manifestaron una abierta visibilización de la homosexualidad), y que se manifiestan definitivamente en su obra Queer (escrita a principios de los 50, no pudo publicarse por la situación legal de EE.UU hasta el 85).



Retrato con detalles psicodélicos de William S. Burroughs. Son muy comunes, debido al carácter del autor y de sus obras.


        A principios de los años 40 empezó a frecuentar a la población artista y literaria moderna de San Luis, y entre otros pasó a vivir con Jack Kerouac, y juntos (ellos y algunos otros escasos elegidos, como Lucien Carr) “fundan” (o dan lugar juntos) a la Generación Beat, grupo literario caracterizado por el rechazo a los valores estadounidenses clásicos, el uso de drogas, una gran libertad sexual y el estudio de la filosofía oriental. Junto a Kerouac escribió la obra Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques (que no pudo publicarse hasta 2008).

        Fue en esta época, hacia 1945, cuando comenzó su adicción severa a las drogas, llegando a probar casi de todo: heroína, morfina, cocaína, marihuana y hachís, peyote, mezcalina y ayahuasca, etc. además de combinaciones de varias como el speed ball, que consiste en una solución de cocaína y heroína por vía intravenosa. Además, Burroughs probó todas las vías: ingerido, esnifado, inhalado y/o fumado, intravenosa, intramuscular, subcutánea, rectal… La cosa era chutarse daba igual el método, y él mismo afirma que en su vida llegó a utilizar miles de jeringuillas, en su mayoría sucias o en mal estado. En esta misma época, en 1951, estando ambos en estado de alteración y confusión por el consumo de drogas (y por la abstinencia reciente de estas, que también produce efectos físicamente molestos y confusos) Burroughs y su esposa decidieron representar la escena de la manzana en la cabeza de Guillermo Tell. Burroughs mató accidentalmente a su esposa de un disparo en la cabeza.

        A partir de aquí, y tras dos años de condena condicional por homicidio involuntario y rebeldía (y con una serie de procesos legales bastante complejos, dado que el disparo sucedió en México), Burroughs entró en una espiral de escritura creativa rebelde y que intentaba generar un cambio social, drogas, abstinencias, recaídas, problemas económicos, y diversos tipos de trabajos, por ejemplo profesor, además de escritor. En 1959 publicó El almuerzo desnudo, cuyo título se le ocurrió al mismísimo Kerouac (algo que el autor reconoce en la introducción).


Fanart de El almuerzo desnudo y de su autor, por Matt Chu. Refleja como el autor y la obra están indisolublemente unidos.


        Su ideario era igual de confuso que su mente y sus obras. Gran parte de su pensamiento tenía connotaciones anarquistas (libertad del individuo, visión del Estado como un ente opresor y destructivo para las personas, etc.), pero sin embargo la mayoría de esas ideas estaban desprovista de la moralidad y la necesidad del bien que acompaña y guía al anarquismo; Burroughs no deseaba la sociedad sin clases. Solo deseaba que el individuo pudiera actuar sin límites. Fue un gran admirador de la secta árabe (y consumidora de jachis) de los Asesinos (los nizaríes o hashshashin) y de su más famoso líder, el Viejo de la Montaña, Hassan-i Sabbah, quien pronunció la frase: “Nada es verdadero, todo está permitido”. En cierto sentido Burroughs no creía en nada, o creía que todo era falso.

 

América no es una tierra joven: ya era vieja y sucia y perversa antes de los indios. El mal está en ella, esperando. Y policías, siempre: policías del Estado bien entrenados en la universidad, experimentados, corteses, ojos electrónicos que sopesan tu coche, tu equipaje, tu ropa, tu cara...

 

        Evidentemente se convirtió en un ídolo de la contracultura, y de la cultura hippie, y un símbolo proto-punk. Pese a ello no estaba exento de incoherencias: mantenía considerables nexos políticos con el capitalismo y la derecha, y era un aficionado coleccionista y amante de las armas de fuego. Su máxima política era el anti-control, creía en la libertad absoluta para hacer lo que se quisiera, en un sentido más cercano al desenfreno y disfrute, que a una liberación social, lo que lo aleja de muchos planteamientos de izquierda y/o anarquistas.



William S. Burroughs.


        Murió en 1997, con 83 años, a causa de un ataque cardiaco. Puede decirse, sin temor a error, que se trató de un hombre complejo y en muchísimos casos enfrentado a sí mismo y contradictorio. Reconocido vividor irredento, con problemas de control de impulsos pese a conocer las desastrosas consecuencias, y por otro lado, valedor y defensor de causas muy complejas, y más en aquellos años, como la cultura LGTBI. La droga condicionó y probablemente cambió su vida y su mente para siempre, llevando su personalidad y con ello su arte, al extremo. Pero también creo que era un genio, aunque quizá uno algo maligno.

        La novela se basa en sus propias experiencias como drogadicto, utilizando un personaje llamado William Lee para referirse a sí mismo. Emplea una narración no lineal, casi sin trama, y un escenario cada vez más febril y onírico para representar la realidad de una persona adicta. La novela comienza con este personaje huyendo de la policía, y después salta a una serie de estados ficticios y paisajes alucinantes y alucinados, como la Republica de Libertonia y Anexia. Libertonia es el estado “dedicado  al amor libre y a los baños”, mientras que Anexia es un inferno corporativo, burocrático y represivo, casi una versión paródica y exagerada del Estado de 1984 de Orwell o al de la película de Terry Gilliam Brazil.

 

La democracia es cancerígena y su cáncer es la burocracia. Una oficina arraiga en un punto cualquiera del Estado, se vuelve maligna como la Brigada de Estupefacientes, y crece y crece reproduciéndose sin descanso hasta que, si es controlada o extirpada, asfixia a su huésped, ya que son organismos puramente parásitos..."

 

        A partir de este estado, el autor salta de una escena otra, existiendo poquísima conexión, o muy vaga, entre los capítulos, y a menudo cambia drásticamente de escena de un párrafo a otro, manteniendo la filosofía de escapar de la linealidad. Usará como nexos estos estados, y un lugar extraño porque podemos reconocer en él diversas características deformadas y grotescas de nuestra realidad, Interzonas. Otro canal son algunos de los personajes, como el propio William Lee (el libro empieza y termina con él), o el Dr Benway, ser aberrante y malvado por antonomasia de la obra, un monstruo dedicado a la experimentación humana de todos los tipos.

        Estos lugares que pertenecen a la realidad de un drogadicto, o así es más o menos como lo concibe Burroughs (o como creo yo que lo concebía él), están dominados por la necesidad de conseguir droga, que él llama la Carne Negra (refiriéndose sobre todo a la heroína, sustancia emperatriz de la época y aquella que controló y condicionó la vida del autor).

 

La droga produce una formula básica de virus “maligno”: el álgebra de la necesidad.

 

      En este mundo de pesadilla de viaje de monguis malo, de paranoia chunga a lo versión evolucionada de Miedo y asco en Las Vegas, se dan cita diversas facciones subhumanas, como los factualistas, licuefaccionistas, los remitentes, etc. Así como diversas sub especies de seres que más o menos han mutado por el efecto de la droga, así como por el efecto nocivo que tiene sobre nosotros el control del Estado. Muchos de estos seres no tienen huesos, se alimentan por el ano de deshechos de los yonquis, por lo cual ellos no se drogan, pero tienen que mantener continuamente a gente drogándose, vampiros que se alimentan de heroína que previamente a estado en cuerpos ajenos, osea se beben la sangre de los drogadictos, etc. La carne se deshace en este libro, es normal que un personaje de pronto se transforme en una masa de limo y gel oloroso y caminante y empiece a devorar personas aumentando su propio tamaño, como el bicho-masa de The Blob, el terror no tiene forma (1988). Estos seres no se viven como la aparición de un ser monstruoso que va a cambiar la realidad constatable, se entienden con normalidad total. Pertenecen a la realidad de la que habla Burroughs. 



Escena de la adaptación de 1991, con un ser aberrante bebiendo en un bar, de forma normalizada.


Al cabo de un tiempo el culo empezó a hablar por sí solo. (…) Luego fue desarrollando una serie de dientes como ganchos ásperos curvados para adentro, y empezó a comer. (…) El ojete se dedicaba a comerle los pantalones y se ponía a hablar por la calle, vociferando que quería igualdad de derechos. Y también se emborrachaba.

 

        Benway, aun siendo humano, es otro ser terrorífico del libro. Ejerce como personaje que encarna toda la maldad de la medicina y la psiquiatría, entregado a sus experimentos humanos y sociológicos de la peor clase, muchas veces del tipo “voy a coser esto y esto y a ver qué pasa”. Un médico con complejo de Dios, que sirve al Estado manipulador y terrible.

 

El sujeto no debe darse cuenta de que los malos tratos son un ataque deliberado contra su identidad por parte de un enemigo anti-humano. Debe hacérsele sentir que cualquier trato que reciba lo tiene bien merecido porque hay algo (nunca preciso) horrible en él que le hace culpable.

 

        Durante toda la obra, el lenguaje es constantemente obsceno y desagradable, plagado de escenas de violaciones (sobre todo homosexuales), muerte, coitos, orgías, penetraciones, gente esnifando o picándose las venas, etc. Hay un uso frecuente de palabras como “puta”, “maricón”, “marica”, “polla”, “coño”, etc. En general, todo es una orgía de sangre, semen, y otros fluidos, a menudo, literalmente, mierda liquida. Y no exagero, de hecho, eso pasa varias veces.

 

Un coprófago recoge un plato, caga encima y se come la mierda, exclamando: “¡Mmmm que rica esta!”

 

        Burroughs disfrutaba de ofender a las masas, él se sentía como una gran mente que escribía para quienes se atrevieran a entenderlo. Esto lo demuestra el cierto apego que tuvo por religiones místicas y ocultistas de nuestro tiempo, como la Iglesia de la Cienciología (de la que formó parte poco tiempo antes de irse, por el dogmatismo de la secta) o los Iluminados de Thanateros (que creen en la magia del caos).

 

Cagan en el suelo de las Naciones Unidad y se limpian el culo con tratados, pactos, alianzas.

 

        No puede definirse como una novela normal, ya que no hay historia, no hay linealidad. Burroughs entendía al lenguaje como el arma ultima (una más, la droga es otra, y así la visualiza en el libro) de control del Estado, su linealidad nos condiciona y nos convierte en máquinas creadoras que sirven al Estado que se apropia de las creaciones. Un virus que se introduce en nuestros cerebros. El almuerzo desnudo pretendía ser el misil que atacara directamente esa estructura, ese virus, y que dejáramos de pensar, escribir, y leer, dependiendo tanto de la estructura y la linealidad, que empezáramos a pensar y por tanto actuar como quisiéramos cuando quisiéramos, sin respetar el orden impuesto. El anti-control total. 

 

Las posibilidades son infinitas, como los senderos que se bifurcan en un grande y hermoso jardín.

 

       Si de algún modo puede entenderse esta obra, es como el viaje psicotrópico que significa la realidad para un drogadicto y para alguien que trata de salir de un proceso de adicción (sobre todo de uno donde hubiera mucha heroína). Algo plagado de alucinaciones, y paranoias, y peligros por todas partes, que pueden surgir en cualquier momento, sin control, sin mesura, de cualquier persona. Vivir en su propio “tiempo-droga”, y no en el tiempo real. Y al mismo tiempo, Burroughs veía así la realidad, un Estado controlador que convierte a todo y a todos en un peligro para el individuo, que se encuentra atrapado en una súper estructura opresora. Ese control transforma nuestras mentes y nuestra carne, y esto es lo que refleja el libro con todos esos seres aberrantes, humanos mutados en un ambiente toxico y venenoso.




        El almuerzo desnudo es el testimonio de una mente que descendió a lo más profundo del Infierno de la droga (y que nunca jamás llego a salir del todo, siempre entrando y saliendo); de la aguja y la cuchara; de la heroína, el peyote, la coca, los barbitúricos, y todo lo que pudiera coger, que se bañó en las aguas del Leteo griego (el rio del olvido). Vio los seres que allí moran, los condenados como el propio Burroughs, y los que ejercen el castigo, los que se alimentan y los que se volvieron alimento. Vio a gente morir y a otros aprovecharse de los muertos, muchos por supervivencia, otros por lucro. Vio como aparte de la sociedad normal, existía un submundo de seres dependientes de las sustancias, una sociedad aparte con sus propias normas. Este libro es su reflejo, su legado, y tal y como es ese mundo, y su recuerdo, es fragmentario, inconstante, sin una línea narrativa clara, a menudo alucinógeno e incómodo. El viaje a través del rio de la droga y el viaje para salir de ese Inframundo es un camino donde mil reflejos e impulsos, fantasmas y gritos en la oscuridad, tratan de arrastrarte de nuevo a sus garras. Hypnos (el “dios” personificación del sueño) no cede fácilmente a aquellos que le sirven alguna vez. Es la visión de la realidad afectada por ese contacto, y al mismo tiempo la visión del contacto mismo.

 

La droga es una calle de dirección única. No tiene regreso. Jamás se puede volver.

 

     El libro fue extraordinariamente reconocido como una obra maestra, y se considera un texto fundamental, algo de obligada lectura. Pero al mismo tiempo desde su publicación ha tenido una inmensa cantidad de detractores, que lo citan como un libro peligroso, nocivo, que atenta contra todo valor positivo, etc. y se ha hablado incluso de prohibirlo. Es una obra tan controvertida o más que El guardián entre el centeno.

 

No estabas allí al principio. Tampoco estabas allí al final... Tu conocimiento de lo que está pasando sólo puede ser superficial y relativo.

 

        Sería muy difícil ubicar literariamente esta obra. Técnicamente pertenece a la ciencia ficción, por todos esos estados ficticios (verdaderas distopías) que imagina, así como por sus seres de pesadilla. Pero al mismo tiempo todo esto es más onírico (fruto del sueño de la droga) que perteneciente a una realidad o futuro alternativos, como es más normal en la ciencia ficción. De todos modos, yo le voy a poner esa etiqueta. También hay gente que lo ha llamado terror, por lo terrible de lo descriptivo, pero no estoy de acuerdo, Burroughs no pretendía dar miedo de un modo lúdico y como entretenimiento, pretendía despertar unas acciones, pretendía romper un esquema y hablar de una realidad interna (el mundo de la droga vivido por los yonquis). Ni tampoco es humor, pese a que hay escenas en las que no puedes evitar reírte por lo exagerado, es un grito de dolor, una narración de ira contada en un lenguaje a caballo entre lo irónico y lo alucinado.

        Este libro ha tenido bastante influencia en obras posteriores, y entre otras cosas, su uso de la exageración límite, de lo grosero y lo obsceno, influyó en el nacimiento del Genero Bizarro, y en parte es el primero de su estirpe, el Bizarro original. Así que pese a no contener humor, le voy a dar esa categoría. Uno de los miembros del Bizarro (así se considera él, a mi no me lo parece tanto) profundamente influenciado por esta obra, es Francisco Jota-Pérez. Su obra Endo (2019), que ya reseñé (y no me gustó demasiado) bebé del almuerzo por todas partes. Entre otros autores, El almuerzo desnudo, en concreto, y Burroughs en general, influenciaron a géneros (aparte del Bizarro) como el splatterpunk, rama del terror moderno caracterizada por la representación grafica y sangrienta de la violencia, "horror sensitivo sin limites". Dos de sus mayores exponentes y genios, Poppy Z. Britte (un hombre trans gay) y Clive Barker (gay), han afirmado sus fuertes conexiones con Burroughs. Es interesante observar como dos personas LTGBI como Barker y Britte beben de un autor que, pese a toda la controversia que poseía aparte de su sexualidad (toxicómano reincidente, partidario del caos, el caso del homicidio involuntario de su esposa, etc.), fue un gran visibilizador de lo LTGBI en su época, y él mismo era homosexual o bisexual. Barker y Britte también son grandes visibilizadores actualmente, además de personas LGTBI, y al igual que Burroughs, no tienen  reparos a la hora de hablar de los bajos fondos y de lo mas sórdido. Todo herencias de Burroughs. Otro ejemplo es el cyberpunk, con William Gibson y su Neuromante a la cabeza.  

        Tampoco está exento de críticas: la continua narración de escenas sexuales homosexuales de abuso, donde normalmente personas venden su cuerpo y se dejan violar a cambio de droga (escena muy repetida), puede verse en vez de como visualización como ridiculización. Pese a que todo es simbología en este libro, Burroughs no se preocupa por como pueda interpretarse. La mayor parte de los muchísimos personajes que salen (muchos de ellos salen un párrafo y desaparecen) son hombres, generalmente también homosexuales, casi como si fuera de esa clase de gays a los que no les gustan las mujeres. Salen muy poquitas mujeres. Además, hay escenas tan complejas, paisajes tan extraños, que son imposibles de entender. Al final todo lo que he dicho arriba es una interpretación pero hay más. Es un libro difícil de leer, porque no sabes que estás leyendo muchas veces. Hay cosas muy chungas en el libro, y cosas con las que es posible (de hecho es casi seguro, yo el primero) con las que no estemos de acuerdo, o que nos parezcan mal. Empezando por esa escasa visibilización de la mujer. 

        Aun así es más que recomendable leerlo. Aunque sea solo por lo extraño, por asomarte a esa mente y a esta…cosa. Lo que sea. Indiferente no te deja, y original es. Ya de ahí gustos los colores. Son 280 páginas y yo he tardado alrededor de un mes y medio en leérmelo (estaba de exámenes también es verdad), a capítulos sueltos, mientras leía otros libros. Lo cual es un ritmo muy bajo, me lo he tomado con mucha calma. Pero cada vez que lo abres, hay pasajes que te impactan. Además es mas digno de admirarlo si tenemos en cuenta la época en la que se escribió: los años 50. Entonces no habia nada (o casi, sobre todo literariamente) similar, ahora existen cosas así, pero entonces no. Supongo que podría citarse como el equivalente literario del pintor expresionista abstracto Jackson Pollock: escritura visceral, tal cual sale, aunque sea extraña, sin alterar, e influenciada por las drogas, cubierta de una filosofía y visión mística. 

 

Puesto que “El almuerzo desnudo” trata de este problema, es brutal, obsceno y repugnante por necesidad. La Enfermedad suele tener detalles repulsivos no aptos para estómagos sensibles.

 

        Mi edición es de Bruguera de 1980, 2 euros en una Re-Read. Sale barato, hay chorrocientas ediciones de segunda mano. Y existen ediciones más nuevas y bonitas. Normalmente las ediciones, por lo menos la mía traen una introducción donde el autor nos habla de cómo logró salir de la droga gracias a la apomorfina (luego recayó, más adelante) y lo que significó para él, y un apéndice con su artículo “Carta de un experto adicto a las drogas peligrosas” que escribió para el The British Journal of Addiction, donde habla de su experiencia con las drogas, y con los distintos tipos de formas de tratar las adicciones.

        No es raro que la película fuera llevada al cine de la mano del director David Cronenberg (director de grandes películas como eXistenZ, Videodrome, La mosca, The Brood, etc.), genio del terror y sumo sacerdote junto a Clive Barker de la filosofía de la Nueva Carne, consistente en la manifestación de cambios internos mediante cambios físicos en la carne de los personajes. Las obras de ambos están cubiertas de características plásticas, cárnicas, transformaciones. Todas esas transformaciones en El almuerzo desnudo, de personajes humanos revirtiendo en limos primordiales por el efecto de la droga, paisajes dingos de un viaje de LSD, etc. casan perfectamente con las habilidades y la estética que caracterizan al director canadiense.



Caratula de la película El almuerzo desnudo (Naked Lunch), adaptación de 1991, dirigida por David Cronenberg.

        Cronenberg adaptó la obra a una linealidad más o menos continua, creó una narrativa que casaba con el libro, y que transmitía sus ideas. En su película el hilo conductor es William Lee (el seudónimo del autor en el libro), un exterminador (Burroughs ejerció esta profesión) cuya mujer empieza a chutarse su veneno para los insectos. A partir de ahí comienza una carrera psicotrópica de escenas y personajes aberrantes. La película se estrenó en 1991, y el propio Burroughs dio su aprobación.

 


BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES - SUZANNE COLLINS

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