Nostalgia, videojuegos y películas
de terror retro, años 80, niños detectives. Una de las principales
combinaciones ganadoras para una obra de entretenimiento en los últimos 10 o 20
años. Y esa es la esencia de Paranoid
Kids (2021), obra del autor español Juan Bauty. Un sabor a goonies (entre
otras obras) que te dispara de lleno a esas divertidas a la par que algo
siniestras ficciones ochenteras.
Corre el año 1987, y la difícil
situación económica de la familia de Iván obliga a sus padres a mudarse a un
barrio de periferia. La urbanización Gran Valle es un bonito barrio dormitorio,
dividido en cuadriculas con sus jardines, bastante chula, pero ese no es
precisamente el destino de los protagonistas. En la periferia de la periferia,
más allá de esa bella cuadricula, en un territorio donde no hay nada aparte de
una extensa superficie de tierra sin arboles ni casas, se encuentra el
Edificio Torreón, donde se encuentra el nuevo piso de Iván, su hermano pequeño
Tito y sus padres. Un monolítico bloque
de cemento (prácticamente una torre, muy melodramático y chulo) solitario,
en medio de la nada. ¡Bienvenidos a La
Nada!
Pese a la depresión general que
da vivir en semejante paramo desolado, casi en el exilio, Iván descubre que en
el edificio vive un grupo de chavales de su edad (doce años): Galva, Sebas, Usía,
Meroño y Tello, con quienes forjará una fuerte amistad que florece en ese olvidado
lugar. Aparte de jugar, este pequeño grupo empieza a darse cuenta que una serie
de misterios rodean el edificio desde el mismo momento de su construcción, hace
ya más de una década.
Aquel lugar marcaba el límite con la nada más absoluta.
Un extraño y peligroso mal parece acechar la zona, una maldición que no es de este mundo, y los jóvenes detectives no descansarán hasta descubrir que es lo que les está observando, viviendo la mas peligrosa aventura de sus vidas. Y todo ello mientras lidian con el resto de sus quehaceres habituales como niños de doce años: exámenes, deberes, ir al colegio, divertirse, coleccionar cromos, y evitar a sus padres.
Es una novela desenfadada y amena
que parte de una premisa sencilla, pero funcional y deliciosa, la de los niños
detectives y sus aventuras. Sumado a esto, tenemos un ambiente considerablemente ominoso y
siniestro, el Edificio Torreón, más conocido como La Nada. La presencia
solitaria de esa torre de hormigón es bastante opresiva, levantada en medio de,
pues eso, nada. Un descampado. Una especie de quasi-versión contemporánea de la antigua torre
de hechicería llena de nigromantes, vampiros, o maldiciones; helada y misteriosa. Solo que en
versión edificio frio y gris de 1970, de líneas rectas.
Ese sabor tan de los Goonies, o
de It, donde también tenemos unos
chicos detectives en un ambiente siniestro (especialmente en la segunda), o de
obras modernas como Stranger Things o
Verano del 84 (todas de ambiente
ochentero), se complementa con referencias a otras obras. Muy recomendable de
leer, ligera pero entretenida, como esas pelis tan chulas de los 80. Poltergeist, Noche de miedo, Gremlins,
Critters, etc.
Además la portada es una delicia,
obra del propio autor, que también es ilustrador. Un diseño gráfico propio que
parece aviejado por los 40 años transcurridos desde la época de los 80,
continuando con el rollo retro del libro.
Su autor, Juan Bauty, lo ha
autopublicado por el servicio de publicación de Amazon, y se puede conseguir aquí
por 9,98€. Su autor tiene planeadas una segunda y tercera parte con nuevas aventuras,
pero en si el libro se puede entender como conclusivo. Puede seguirse al autor
en Instagram, donde mantiene un perfil bastante activo.
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