domingo, 24 de abril de 2022

PRONTO SERÁ DE NOCHE - JESÚS CAÑADAS



        Jesús Cañadas, autor gaditano ya de renombre en España y con su propia web, parece que esta intentando escribir un libro en cada género, picando de aquí y de allí, nunca quedándose quieto en un solo ambiente. Aunque siempre dentro del tono del terror, esa parece, de momento, su única constante. El primer libro suyo que leí, Las tres muertes de Fermín Salvochea (ya reseñado en este blog), es una historia steampunk de fantasmas y mitos que cobran vida. Los nombres muertos (su primera publicación), es una historia de terror cósmico al más puro estilo Lovecraft (que pronto habré de leer). Y con Pronto será de noche tenemos una fusión de novela negra y novela apocalíptica (no post-apocalíptica, el apocalipsis no ha pasado ya y estamos en las secuelas, está pasando en este momento).

        La historia comienza en algún momento cualquiera de nuestro tiempo, mañana por ejemplo. Y el fin del mundo ha comenzado, la catástrofe que terminará con toda la vida en la tierra ya está aquí. Y no existe probabilidad de supervivencia. No sabemos qué ha ocurrido, no sabemos que es lo que nos destruirá (aunque los personajes sí parecen saberlo), solo que ese final es seguro. Y de este modo el autor nos sumerge en un ambiente de ambigüedad que resulta tremendamente aprensivo y desasosegante. Y en esta situación, gran parte de la población se ha lanzado a la carretera, buscando llegar a un punto o a otro, cada uno en una huida catártica personal. Ver el mar de tu infancia una última vez, llegar al pueblo de tus padres para morir en tus raíces, simplemente huir sin objetivo ni plan concreto, por no quedarte quieto, etc. Esto provoca que se produzcan periódicos atascos en las carreteras, atascos que pueden llegar a durar días.

        En uno de estos atascos convive una pequeña comunidad móvil, formada por aquellas personas que han coincidido en la carretera, y que se encuentran en los atascos. Una especie de pequeño pueblo western pero en vez de las características casas de madera, tenemos los coches (y una furgoneta y un autobús). Y en esta comunidad, un hombre ha muerto. El medico (nunca llegamos a saber su nombre) ha sido asesinado, estrangulado dentro de su coche cerrado.

 

No hay consecuencias, se dice. No hay represalias. No con eso que tienen detrás. Esto es lo que pasa cuando el mundo se acaba. Ya les han condenado a todos a muerte. No habrá nadie que les recuerde por lo que hicieron o dejaron de hacer.

 

        Samuel, un antiguo policía, decide cargar sobre sus hombros la tarea de encontrar al asesino, y proteger a esta gente, y pronto descubre que el asesino tiene que ser un miembro de su pequeña comunidad. Alfonso, el taxista sucio y asqueroso. Tote, el jovenzuelo inútil. Inés, la abnegada profesora de religión que lleva sus espaldas un autobús lleno de críos, en un éxodo que sabe que terminara con la muerte. Abreu, el periodista arribista y chulesco que aún guarda esperanza. Ruth, una amargada e iracunda mujer. Alicia, una mujer embarazada. Cándido, el abuelito recién llegado al grupo desde otra zona de la carretera, inteligente y que siempre parece saber de más. Y el hippie, siempre escondido en su furgoneta y que nunca sale, ni siquiera conocen su nombre o su cara. Samuel NECESITA encontrar al asesino como prueba final de que su vida ha valido para algo, aunque sea ahora, en el tiempo de descuento. Necesita sentir que captura al villano y salva a esa gente, aunque muchos no le caen bien.



        El ambiente cambia a lo largo de la novela, ya que a veces, la caravana se pone en marcha. El asesino no es la única amenaza a la que se enfrentan Samuel y el resto, más bien realmente es casi la más pequeña. Casi intrascendente, frente al siniestro y ambiguo apocalipsis que les persigue. Los protas se vuelcan en el miedo por acabar siendo víctimas de esa persona, para olvidar que están huyendo de algo mucho más terrible. Además, gran parte de la humanidad, ante el fin inminente, se han entregado a la barbarie histérica. Una humanidad terrible que pretende morir entregándose a todo lo prohibido, a sus instintos más bajos. Canibalismo, brutalidad, orgias y violaciones, ritualismo. La amenaza de esos seres humanos infrahumanos acecha durante toda la novela, y poco a poco, mientras avanzan, iremos encontrando muestras siniestras de que se encuentran muy cerca, de que están penetrando en sus territorios. La escena en la que encuentran el toro de Osborne (las típicas vallas publicitarias con la silueta de un toro que pueblan el paisaje de las carreteras españolas, un símbolo cuasi-primordial y ancestral de nuestra sociedad española contemporánea) con la cruz tallada con una radial, lo que sale en la portada, es sobrecogedora.

 

Los gritos de agonía de la gente, las suplicas, la melodía del terror en gargantas que, esta noche, se enfrentan a algo peor que el fin del mundo. La canción del fuego en el aire helado lleva encerrado el llanto infinito de esos cientos de gargantas.  

 

        Mientras se van sucediendo las últimas experiencias vitales de estos protagonistas (algunas de ellas Samuel las descubre, otras no) conoceremos sus secretos, muchos de ellos oscuros y terribles (y no solo el asesino, que se revela al final, otros también tela, casi peores). Y más muertes se suceden, el asesino ya no puede detenerse.

        Se trata de una historia de personas normales y corrientes enfrentando el fin de los tiempos. Con sus claroscuros, sus miedos, sus traumas, y sus pequeñas habilidades, nadie destaca por su bondad o por habilidades especiales, aunque alguno sí que representa más el arquetipo de deshecho social, escoria humana.




        El tema del apocalipsis se mezcla con el del crimen al más puro estilo novela negra, en un ambiente sórdido y violento, absolutamente carente de cualquier tipo de magia. Aunque hay un cierto acento onírico que se lee por debajo del texto, aportado por ese apocalipsis que se avecina y que todos están viendo llegar. Es como que en el fondo todos saben que en realidad todo da igual, que sus esfuerzos son inútiles, porque van a morir igual. Y pal caso patatas. Pero aun así, el impulso de la humanidad es tratar de hacer algo. Lo que sea. Mantenerse en movimiento. Cañadas de este modo nos habla de los deseos, miedos e impulsos humanos frente a la muerte, en que nos puede convertir la seguridad de que vamos a morir. El libro se constituye de este modo en casi un experimento social, hiperrealista pese a la subrealidad que concede ese fin del mundo desconocido. Cañadas juega un poco a ser Dios. Y el acento de la carretera y los coches en un atasco hace que parezca una road movie, pero a cámara lenta.

 

Las fichas se mueven como si alguien estuviera jugando. Pero no es verdad. Nadie juega. Todas las partidas se han perdido. Tabula rasa.

 

        Además de esto, podemos observar el clásico misterio de habitación cerrada, solo que en vez de una habitación, es un coche (el del médico). Por otro lado, también es muy evidente como el autor extrae inspiración de La carretera de Cormac McCarthy: los protagonistas en éxodo; la humanidad devastada; una porción de las personas convertidas en bestias humanas, caníbales y brutales; la propia carretera como ambiente primordial. Aunque a mi parecer, supera a la novela de McCarthy, es más pura, con más ira, más mística. Se centra menos en el drama y la tragedia, como ocurre con el padre y el hijo de La carretera, y más en lo incognoscible del fin que se acerca de forma inexorable y en la filosofía acerca de esto.

 

Viven todos en un lugar que no es ningún lugar. Avanzando en el mismo sitio. Esta llanura infinita.

 

        El propio título de la novela, Pronto será de noche hace referencia a la nula importancia que tiene que se haga de noche. Total, se hará de noche, pero vamos a morir igual.

 

Pronto será de noche, pero no habrá diferencia. El cielo seguirá teniendo ese color incómodo.

 

Somos un puñado de desgraciados atrapados en una autopista. Tampoco creo que merezca la pena contar nuestra historia.

 

        Creo que es una novela recomendable, muy entretenida y bien trabajada, muy bien diseñada. Cuando la terminas, cierras la tapa, y te quedas un rato pensando “a ver, que ¿he leído?”. Y reflexionas. Además, no es larga, 252 paginas. Cañadas cumple todos los objetivos de lo que quería reflejar. Es sórdida, descarnada, brutal, terrible. Claustrofóbica, lo que genera un ambiente intimista en ese “espacio cerrado” que crea el autor. En alguna escena dices “me cago en la puta, yo me vuelo los sesos y acabo ya”. Sin embargo, a veces ese acento sobre la lentitud del atasco, que el autor transmite adecuadamente al tono de la novela, hace que a veces resulte pesada, o que sientas que la trama avanza lentamente. Aun así, merece la pena. Merece la pena incluso la sensación de mala leche que se queda por no conocer que cojones pasó en el mundo, que fue lo que acabó con todo. Pero no importa que fuera, Cañadas no está contando la historia de eso, está contando el capítulo final de unos cualquiera mientras ese fin viene. Me gustó muchísimo mas Las tres muertes de Fermín Salvochea, es una obra mucho mas afín a mi, pero esta también es muy buena. 

     La novela ha sido publicada por Valdemar, en su colección Insomnia (concretamente es el número 8 de la colección), y se vende por 19.50 €. La portada obra de Oscar Sanmartín, con ese ominoso toro con la cruz tallada sobre él, refleja a la perfección toda la novela. La resume en una sola imagen. Y es genial.

 




El fin del mundo pasa cada vez que alguien muere.






viernes, 22 de abril de 2022

NEONOMICON - ALAN MOORE

 


        Uno de los comics más lovecraftianos (publicado entre 2010 y 2011) de Alan Moore, el llamado Mago de Northampton, y reconocido guionista de comics legendarios como V de Vendetta, Watchmen o From Hell. Hay quien lo llama “el mejor creador de historias de la historia”. Aparte de todo esto es un hombre super interesante, poseyendo una cierta ideología misántropa (odio y desprecio a la humanidad por el mal inherente en esta), su anarquismo declarado, y su conversión a la magia del caos, convirtiéndolo en una especie de Aleister Crowley moderno. Solo que mejor. Porque encima todo lo que sale de la pluma de este hombre es pura magia…y caos.

        Como no podía ser menos de una persona con este perfil, es un profundo admirador de Lovecraft y sus Mitos de Cthulhu, y en casi todas sus obras hay algún detalle inspirado en este universo. Este comic es una referencia directa.

 

Es una fuerza que define, que otorga significado a su receptáculo, tal y como sucede con la mano al entrar en el guante. 

 

        La historia comienza contándonos una misión del agente del FBI Aldo Sax, especializado en casos paranormales, tipo Expediente X. Sax es un cabrón muy inteligente (clásico personaje misántropo y casi seguro racista lovecraftiano) que se dedica a detectar cosas que no encajan, patrones erróneos en la urdimbre de la cotidianidad (él lo llama la teoría de la anomalía). Su operación sobre el terreno se desarrolla en Red Hook, Brooklyn, un peligroso barrio-ciudad marginal, plagada de yonkies, criminalidad, tráfico, pobreza… Lo mejor de cada casa.  



Aldo Sax.

        El FBI lleva tiempo tras la pista de un caso muy perro. Tres varones de diferentes edades, que no se conocían ni tenían conocidos comunes, con personalidades y extracciones muy distintas (un estudiante quinceañero aficionado a la guitarra clásica y la música, un librero de mediana edad bastante introspectivo y un vagabundo sexagenario) han descuartizado y asesinado a una serie de personas realizando los mismos patrones. Convirtieron los cuerpos de sus víctimas en estrellas de mar usando sus pieles, y realizaron ciertos actos rituales, actos imposibles para un imitador normal dado que esos detalles no se publicaron. Algunas pistas difusas llevaron la investigación hacia Red Hook, concretamente sobre un siniestro club nocturno de punk llamado Zothique (ubicado en una iglesia abandonada), un grupo de música desconocido y alternativo llamado Los Gatos de Ulthar, y un alucinógeno poco potente llamado DMT-7.

        Y aquí es donde entra nuestro protagonista. Aldo Sax se sumerge en una trama que como se descubre más adelante está relacionada con todo lo que dejó escrito Lovecraft, así como otros autores como Clark Ashton Smith o Robert W. Chambers. La pregunta es: ¿son imitadores de Lovecraft o el Caminante de Providence solo trató de transmitir en clave un secreto primordial que había descubierto? ¿Qué es exactamente el culto, mezcla de aberrante, decadente, marginal y punk, que ha encontrado Sax? Bienvenido al universo de la locura. Algo nuevo está emergiendo, un poder y dios terrible y secreto, y los protagonistas son meras marionetas de un destino terrible que no pueden controlar, ni entender.

 

Es el fin y el principio. Ahora se encuentra bajo las aguas, pero pronto, en solo unos meses, emergerá. Hasta entonces, duerme. Y sueña.

 

        Durante el desarrollo del comic nos encontraremos con referencias directas de Lovecraft, tales como menciones de dioses como Cthulhu o Nyarlathotep, o lugares como la meseta de Leng. Y en todo esta pringado un misterioso personaje llamado Johnny Carcossa, un extraño narcotraficante cuyo rostro se oculta tras un velo amarillo (puede ser referencia al Hierofante Anciano, el Sumo Sacerdote que no debe ser descrito o Tcho-Tcho Lama, señor de la meseta de Leng y avatar de Nyarlathotep o de Hastur; o al Rey de Amarillo, avatar de Hastur), y a una droga secreta, el Aklo.

        La genialidad de Alan Moore (autor del guion y la historia) consiste en cómo nos narra una reversión sorprendente y al mismo tiempo entretenida, que mezcla el género noir y la novela negra con los mitos de Cthulhu, mientras al mismo tiempo no para lanzarnos guiños de cada uno de los conceptos alrededor de los Mitos de Cthulhu (muchos de ellos puestos del revés). El propio titulo del libro hace referencia al libro prohibido mas famoso que sale en las obras de Lovecraft, el Necronomicón, obra del árabe loco Abdul Alhazred, pero una reinterpretación moderna (neo), lo cual...bueno se entiende con las metáforas finales. Es una obra súper moderna y actual, novedosa, plagada de discotecas suburbanas punkarras y tiendas indie, drogas, vomitonas y fiestas ilegales nocturnas, que esconden secretos más profundos. Un misterio ancestral que nunca debe ser revelado. Los protagonistas molan, y como no podía ser menos en un digno homenaje a  HP Lovecraft, no tienen control ninguno sobre la situación, son solo peleles ante poderes que están más allá de nuestra comprensión. Es más, como lectores, hay mucho que ni comprendemos ni podemos comprender, misterios insondables del abismo profundo, de los Dioses Exteriores y los Primigenios.

        Pese a ser un comic corto (ya finalizado), un solo tomo de 160 páginas, Moore no para de hacerte reflexionar, cada página encierra una metáfora dentro de otra metáfora envuelta en un acertijo. Y el final sorprende, y mucho, no tanto por el resultado en si, como por la reflexión particular que Moore hace del significado de dicho final. El ritmo es ágil y rápido, pero al mismo tiempo alucinante, surrealista, una espiral de locura y perversión cada vez más chunga. Fresquísimo.

        Finalmente el dibujo, obra de Jacen Burrows, es una maravilla. Muchísimo detalle, muy plástico y expresivo, te llena los ojos de colores y sensaciones, te sumerge en la atmosfera tan compleja que Moore ha hilado y Burrows ha pintado. Algunas de las imágenes son sobrecogedoras y al mismo tiempo te llevan a reflexionar muchísimo.




        Tanto la historia como el dibujo tienen un alto contenido de gore, escenas gráficamente agresivas y rompedoras, violencia, etc. Solo recomendado para personas de 16 años para arriba, no impresionables, y que disfruten con este modelo de historia.

        Absolutamente recomendable, un comic imprescindible, te lo ventilas en una tarde tranquilamente, o menos, y solo vale unos 17 o 18 euros, de Panini Comics. Se supone que esta vagamente conectado con la trilogia de comics-novela grafica de Alan Moore Providence. Aun no las he leído, así que no puedo asegurarlo, pero desde luego coinciden en el rollo Cthulhu y horror cósmico.



jueves, 10 de marzo de 2022

LA SEMILLA DEL DIABLO - IRA LEVIN

     


        La semilla del Diablo es una obra que nació en 1967 de la mano de un conocido escritor y guionista estadounidense, Ira Levin, y pronto se posicionó como la novela más vendida de todos los años 60, y alcanzó un gran reconocimiento. Su adaptación cinematográfica, dirigida por Roman Polanski, se hizo famosísima.

        Ira Levin nació en 1929 en New York. Se especializó en filosofía e inglés en la Universidad, y luego sirvió en el Cuerpo de Señales del Ejército, para después dedicarse a la escritura de guiones y novelas. Su obra más famosa es La semilla del Diablo (Rosemary’s Baby), pero también destacaron Un día perfecto (1970) y Los niños del Brasil (1976). Murió en su casa de Manhattan, de un infarto, en 2007, con 78 años.

        La semilla del Diablo nos cuenta la historia de un joven matrimonio, Rosemary y Guy Woodhouse, quien pese a las advertencias de su amigo Hutch, deciden irse a vivir a un piso que han alquilado en la casa Bramford, un edificio de apartamentos de estilo neogótico en la ciudad de New York. La casa Brmaford cuenta con muchísimo pedigrí, es chulísima y super glamurosa, y hay una larga lista de espera para alquilar un piso allí, pero lo que los Woodhouse no saben, y averiguan al poco de tomar la decisión de coger ese piso, es que también tiene una larga historia negra. Dos hermanas caníbales devorararon allí a varios sobrinos pequeños, un conocido brujo estilo Alesteir Crowley dirigió una secta de brujería desde un piso de esa casa, trató de invocar a Satán y casi fue linchado allí mismo. Y hay más. Aun así la esperanza de los Woodhouse es que sean solo casualidades, no son gente supersticiosa.



La casa Bramford en la película de 1968. Creo que en la realidad es el edificio Dakota (New York).

        Pero al poco de llegar y arreglar su nueva casa son recibidos por sus extraños vecinos: Minnie y Roman Castevet, dos extravagantes ancianos. Tras mostrar un preocupante (para nosotros, como lectores) y maleducado (yo les mando a la mierda por la vía rápida) interés en la joven Mary, empiezan a hacer amistad con el matrimonio. Poco después de una fiesta en el piso nuevo, dos importantes cambios se suceden: Mary cumple su sueño de quedarse embarazada (hasta entonces su marido no se decidía) y Guy consigue un papel (es actor) en una prestigiosa obra que probablemente lo catapulte a la fama, cambiando sus vidas para siempre.

        A partir de este punto la novela es una repetición de situaciones cada vez más preocupantes y siniestras entre Mary y los Castevet, que están pendientes de cada cosa que haga Mary, “preocupadísimos” por el desarrollo de su embarazo y por la salud de su bebe. Desde el principio de la novela no existe ninguna duda para ningún lector del siglo XXI de que ese par de viejos son más chungos y tienen peores intenciones que Herodes en una guardería, y de que probablemente el propio Guy este pringado en el ajo, así como el gran número de repelentes amigos de los Castevet. Incluyendo el puto medico de Mary, quien lleva su embarazo, recomendado por los vecinos, y amigo suyo. Es que da un cante horroroso.  



Poster conmemorativo diseñado por Jonathan Burton.

        Ese es el principal fallo de la novela: no plantea realmente cambios desde la página 30 o 40, todo se sucede exacta y estrictamente por el cauce probable y esperable: algo siniestro pasa con ese bebe que está creciendo en el interior de Mary, algo han hecho los Castevet, que por supuesto están pringados con esa magia negra tan jodida que forma parte de la historia de la casa en la que viven. Los supuestos plot twist no lo son, de puro evidentes.


Sabia la respuesta antes de hacerse la pregunta. Formular la pregunta había sido solo una manera de presentar la respuesta.

 

        Además no existe contenido inteligente ni activo. Toda la novela son situaciones cotidianas de Mary durante su gestación, hasta el día del parto, aderezadas con esas situaciones crecientemente malrrolleras (pero aun así, cotidianas, son detalles que vamos viendo) por los Castevet, y el resto de sus amigos (un aquelarre de viejos y viejas cotillas que es que no pueden poner más nervioso al lector de lo pesados que parecen, ande a la mierda señora largo de mi casa).

        Mary es un personaje bastante inteligente e independiente para ser una mujer escrita por un hombre en los canones de los años 60, por lo cual queda bastante incoherente lo que se fía y traga de ese par de ancianos entrometidos (ni siquiera le caen especialmente bien en realidad, es más bien “pobrecitos ancianitos, solo quieren ayudar, no voy a pensar mal, me tomare este extraño batido verde y amargo que me trae religiosamente cada día y que insiste SOSPECHOSAMENTE en que me tome delante de ella”).  Tarda la vida en darse cuenta que algo huele a podrido con ese par, y tu como lector, pues te aburres, porque ya lo sabes. Más de lo mismo con Guy, quien les defienda a capa y espada, y trata de alejarla (a veces con situaciones harto machistas) del resto de sus amigas y amigos. En toda la novela tiene una relación extrañamente cercana con ese par, y una actitud que apesta. Blanco y en botella, pues eso. Y la situación no cambia en más de 100 páginas que tarda en olerse la tostada.

 


Rosemary en la adaptación cinematográfica de 1968, interpretada por Mia Farrow.


No sabía si estaba volviéndose loca o volviéndose cuerda.

 

        Por otro lado, hay situaciones y comentarios de un machismo que te saca de contexto. Si, lo sé, en aquella época aún se escribía así, era raro encontrar libros donde la mujer pudiera actuar de forma independiente del hombre, la norma era el matrimonio: el hombre trabaja mientras la mujer cocina y gesta. Ok. Pero aun así, chocan, y además es que hay momentos que claman al cielo. Cuando Rosemary y Guy conciben a ese bebe, ella esta KO (evidentemente la habían drogado para que no se enterará porque esa concepción implica un ritual de magia negra, y la novela te lo deja bastante claro desde el principio). Cuando se despierta Mary cree que fue porque se pasó con los cocteles, y estaba ciega perdida, pero al rato se da cuenta de que anoche Guy folló con ella mientras estaba fuera de combate, y le dice “oye tronco, ¿qué cojones? Que yo estaba inconsciente.” Y él admite que lo sabía, pero “no perdón cariño, es que como era día fértil no quería perderlo, así que folle contigo mientras tú estabas ahí tirada”. ESO ES VIOLACIÓN. Y ella se lo toma como “jo, no me mola mucho esto, eh, avísame otra vez, pero venga, no pasa nada”. ¿QUÉ? Vamos hombre, sales por la ventana del ostión, no vuelves a tocarme, y te comes una denuncia que te cagas. Si, vale, la época. Entiendo. Pero es que es muy fuerte joder. Me lo podía haber tomado como una muestra del horror que encierra toda la concepción del crio, pero si ella hubiera reaccionado, si se hubiera enterado de que fue violada más tarde, y ahí es cuando explota, no sé, algo. Pero normalizarlo me parece muy fuerte, no refleja nada en si como novela, lo que refleja es que tanto para el autor como para la época, si estáis casados, puedes tirarte a tu esposa aunque este KO y no pasa nada, no está muy bien, pero una pequeña liada.

        Y lo mismo para la dependencia que a veces Mary muestra sobre Guy, un tío que en general pasa de ella, su preocupación es su carrera. Y encima es más tonto que un zapato. Anda y que te jodan, payaso. Es que Guy y los viejos no puedes con ellos toda la novela, quieres meterte dentro del libro a inflarles a tortas de los imbéciles que son. Hay escenas en las que Guy le impone lo que debe hacer, le tira a la basura regalos de otros amigos de ella, etc. para romper sus lazos con otras personas. Y ella jo bueno vale, no discuto. Me ponía negro.

 

Una batería concentrada de malas voluntades.

 

        Hay hasta un momento de homofobia que casi resulta gracioso, como si lo hubiera dicho Antonio Recio: “Dubin y DeVore eran homosexuales. Todos los demás vecinos parecían gente normal”.

        Es una novela que tuvo mucha importancia, por ser una versión actual de la casa encantada (la casa Bramford sería la casa encantada pero moderna, además en vez de ser campestre es una mansión urbana, aunque reconvertida en edificio de pisos), con la diferencia de que la maldición no reside en sus muros y en presencias ligadas al edifico, si no en sus habitantes; y por ser una de las primeras en mostrar la idea del hijo del Diablo, parido por una madre humana (joder, si, ya lo he dicho, pero es que es evidente que el crio que lleva Mary es el hijo del Diablo). Literariamente hereda de la tradición de terror de Richard Matheson, sus cuentos fueron una inspiración para Ira Levin, y a su vez esta obra fue inspiración para El exorcista (la metodología de narración es parecida, el autor plantea la base al principio de la novela, y prácticamente nada cambia hasta el final, solo va superponiendo la misma situación una y otra vez) y películas como La Profecía (The Omen), de 1976. Otra película con un bebe hijo del Diablo, aunque esta fuera de las primeras.



Fanart de la obra por Joel Rose. Realmente nunca hay una escena así de guay en la novela, al menos descrita pormenorizadamente, "intuimos" que alguna cosa tipo ritual ha pasado, pero no la vemos.


        Aunque mantiene ese punto de terror a veces contemplado desde una perspectiva científica, pero sin alejarnos nunca de lo sobrenatural, tan característico del gran Richard Matheson, desde luego ni Ira Levin es tan bueno como Matheson, ni esta obra tiene nada que hacer frente a las del primero. La perspectiva científica de esta obra se limita a cierto escepticismo con un aire de ciencias de instituto por parte de Mary y de otro personaje, que no aporta nada. Y lo sobrenatural es casi ausente, más que por algunos eventos que tienes que entender que han sido “mágicos”. La novela no sabe crear atmosfera prácticamente en ningún momento, tampoco contiene ningún lirismo. Realmente ni siquiera la casa Bramford transmite mal rollo, pese a los intentos de Levin contándote ese pasado oscuro: es todo tan cotidiano que es difícil ponerte en situación. Roman y Minnie Castevet no llegan tampoco a ser realmente intimidatorios, chungos, siniestros, nada. Solo un par de viejos cansos. El resultado: en definitiva es una novela cargante, lenta y desfasada; le falta misterio, rollo siniestro, incluso meter algo de violencia o gore (aunque estos no son necesarios para una buena novela de miedo). Todo añadido a su más que evidente atraso en valores.

        Sinceramente, solo puedo entender su éxito como novela de terror porque en su época el mundo aún no estaba acostumbrado a lo que nosotros hoy, y la mayoría de escritores no tenían ni las herramientas imaginativas ni el valor de publicar niveles superiores (en general, excepciones ha habido siempre, Matheson o el propio Lovecraft son ejemplos). Supongo que en los 60 la gente la leyó y dijo “oh dios mío, que terrible”. Nosotros la leemos y decimos, ok. Exactamente igual que con El exorcista. Al igual que con esta, imagino que su adaptación en la pantalla hizo mucho por la fama del libro.

        Es un libro importante para entender la configuración del terror actual, es parte de la historia del género, tanto en literatura como en cine. La película de 1968 al final es igual que la novela, también nos sabe a poco a cualquier consumidor actual, pero cuenta con algunas ventajas respecto a su contraparte escrita. En primer lugar, una película de dos horas no es lo mismo que un libro de 200 y pico páginas, se ve en menos tiempo (lo que lo hace más llevadero si el libro se nos hace cargante). En segundo lugar, sus interpretaciones hacen mucho, destacando la de Mia Farrow, que se sale. En tercer lugar, está muy bien ambientada, tanto por sus escenarios (la casa que hace de la casa Bramford en la peli está muy bien elegida, creo que es el edificio Dakota de New York) como por su música, lo que contribuye a meterte más en situación. Vamos, yo recomiendo pasar de leerla, ya que no aporta nada, y verte la peli, que cuenta punto por punto prácticamente lo mismo.







Posters de la película de 1968. 

        Una de las curiosidades de la obra es que su nombre original no era el famoso La semilla del Diablo (que a mi sinceramente me gusta más, queda más impactante), si no el más escueto Rosemary’s Baby, lo que significaría literalmente “El bebé de Rosemary”. La semilla del Diablo es el nombre que se puso por los traductores españoles. Hay quien critica este título porque dejaba demasiado claro por donde iban a ir los tiros, pero sinceramente, creo que la novela lo deja bastante claro en general. O sea, yo intento ponerme en una situación de no saber nada de la trama, y es que joder, se ve venir por todos lados. Así que pf, por lo menos el título de La semilla del Diablo es más guay.

        Otra característica, es que hasta estas fechas el tema de la madre que lleva dentro al hijo de Satanás no era muy popular (ahora tenemos patadas de ejemplos), fue a partir de aquí cuando se popularizó. Pero lo curioso es que para cuando se escribió esta novela, el hijo de Satanás (una figura inventada modernamente) NO era el Anticristo (y no lo es en esta novela, eso no se menciona en ningún momento en realidad), esa es una idea que tenemos ahora. Se ha dicho mucho sobre el Anticristo a lo largo de la historia, y es cierto que es una figura que sale en la escatología cristiana y en los Evangelios (aunque en el Apocalipsis, del Nuevo Testamento, creo recordar que no se le menciona), y se empezó a generalizar en nuestra cultura popular a partir de 1900 con la publicación de A Story of Anti-Christ, de Vladimir Sergeyevich Solovyov. Pero no es hasta una obra posterior a la de Ira Levin, La Profecía (The Omen), una película estrenada en 1976, que nació la idea de que el Anticristo sería el hijo de Satanás (una forma de legitimar ese poder diabólico que tiene el Anticristo), bajo el personaje de Damien Thorne. Así pues, aunque mucha gente entiende al hijo de Rosemary como el Anticristo, en realidad aun no lo es, porque su novela es 9 años anterior a esa idea.

        En 1997, Levin publicó una segunda parte, El hijo de Rosemary, y ni la he leído, ni tengo intención de leerla, ya que igual que ocurre con Legión, la segunda parte de El exorcista, es una novela sacada solo para seguir la estela de una obra lucrativa, y tratar de hacer dinero fácil, pese a que el propio autor en principio pretendía que no hubiera secuelas. Por lo que he leído, es infumable.

        En 1976 se estrenó una secuela de la película, Look What's Happened to Rosemary's Baby, dirigida por Sam O’Steen, que en mi opinión es un coñazo. En primer lugar prácticamente nadie del reparto de la peli original repite en esta nueva peli, lo cual ya chirria, y en segundo lugar se pasa 30 pueblos con escenas de sectas satánicas, monjes ominosos con la cara pintada con maquillaje blanco hablando en la lengua negra de Mordor, etc.

        Finalmente, en 2014 sacaron un remake de La semilla del Diablo en formato de una miniserie de dos capítulos, con casi 3 horas de duración, que se desarrolla en París en vez de en New York, y es protagonizada por la actriz Zoe Saldana (Gamora de Los Guardianes de la Galaxia). Esta serie cuenta con varios cambios, y aunque fue fuertemente criticada por esto, tildándola de recurrir “a la violencia, el gore, elementos slashers, etc.” a mí me parece una mejora. Prácticamente solo echo de menos la música de la original. El ritmo es más ágil y activo, más entretenido, el ambiente siniestro se consigue al menos en parte, los Castevet dan el mal rollo necesario (sobre todo Minnie), y el argumento queda creíble. No tienes esas sensaciones de “¿venga ya, y se traga esa mierda?”. Además, hay un mamoneo sexy entre los cuatro bastante adecuado para una trama sobre parir al hijo de Satán. Normalmente no acepto las actualizaciones ni los grandes cambios y alteraciones en las adaptaciones de novelas, pero esta es una de las excepciones, porque creo que constituye una mejora. Y me sorprende, porque en el guion trabajó como co-guionista James Wong, director de abominaciones como Dragonball Evolution, El único y dos de Destino final (que a mi se me han hecho siempre super repetitivas y aburridas). Eso sí, el personaje de Guy sigue dando muchísimo asco. 



Poster de La semilla del Diablo de 2014.



martes, 1 de marzo de 2022

LAS TRES MUERTES DE FERMÍN SALVOCHEA - JESÚS CAÑADAS


 

        Esta es una BRUTAL novela de 2017, escrita por Jesús Cañadas, que representa para mí no solo una de las mejores muestras de terror, fantasía urbana y steampunk españoles, si no que en general es de lo mejor que he leído en todo el mundo.

        La novela tiene por figura central (que no protagonista) a Fermín Salvochea, personaje histórico real, alcalde de Cádiz, ciudad donde se desata la trama, en 1873, durante el alzamiento de la I República, y un reconocido anarquista y ateo. La novela comienza 33 años después de ese mandato, en 1907, el día de la muerte de Fermín.



Retrato de Fermín Salvochea, pintado por Federico Godoy y Castro en 1900. 


        Nuestro protagonista principal es Sebastián, llamado Chano por su padre, un jovenzuelo de 13 o 14 años de las calles gaditanas que trabaja como aprendiz del boticario del barrio para ganar unas perras con las que contribuir a la empobrecida economía familiar, que prácticamente tiene que subsistir con eso y con lo poco que gana su madre como costurera barata, ya que su padre es un alcohólico fracasado incapaz de conservar un curro y solo se pule el dinero en bebida. Únicamente tiene dos amigos: El Pani, cuyo nombre real es Cristóbal, un chaval de familia aún más pobre que él que debe vérselas a diario con un padre que les arrea palizas de muerte a él, su madre y sus hermanos; y Candela, una huérfana que vive en un orfanato regentado por unas monjas tiranas dirigidas por un aún más tiránico cura, el padre Abel. Candela también está acostumbrada a recibir palizas, solo que en su caso son “en nombre de Cristo, ofendido por su alma pecadora”. Monjas y curas que apalizan a niñas por el bien de sus almas. De manera que nuestro Sebastián, pese a tener una vida que dista mucho de ser fácil, y conoce la pobreza, las penurias, las lágrimas, el dolor y la tristeza de un niño que apenas tiene nada, es el más afortunado de sus amigos, ya que aunque imperfectos (principalmente su padre, su madre es una santa jabata), tiene unos padres que le quieren y no le pegan. Además, su patrón, el Perejil, el boticario, es bastante bueno con él, y encima de pagarle bien, le educa en letras y le deja leer sus libros de aventuras.

        Su padre, Juan Jiménez, conocido como Juaíco, es un borrachuzo putero y vividor que ha desperdiciado su vida en la botella y la jarana, y actualmente solo recibe lastima y es acreedor de varias deudas acumuladas por su mala vida. Pero también es un hombre cariñoso y bueno a su manera, que siempre ha intentado hacer feliz a su familia, aunque luego no pueda evitar cagarla con sus borracheras. Tiene una imaginación desbordante, y se ha pasado toda la infancia de Sebastián inventándose historias para entretenerlo y hacerle soñar, historias sobre barcos piratas voladores y otras fantasías. Pero antaño Juaíco fue más. Mucho más. Una parte de su pasado es conocida por todo Cádiz, otra solo es conocida por un Cádiz distinto. Y estuvo ligado por juramento a uno de los hombres más misteriosos y amados de la ciudad: Fermín Salvochea. El día que comienza la novela, 27 de septiembre de 1907, en el que el viejo político falleció, y entristecido por la muerte de su amigo, Juaíco empieza a narrarle a Sebastián la verdadera historia de su vida. La historia que lo bendijo y lo maldijo para siempre, una historia increíble y terrible, enturbiada por la duda de si estamos contemplando una verdad oculta o una nueva fantasía de alcohólico.  

 



Hay otro Cádiz escondido. Oculto a la vista de todos, desde el bedel del Ayuntamiento a esa señora ciega que ha venido esta mañana. Ese otro Cádiz es antiguo, Juan. Y como todas las cosas que llevan mucho tiempo en el mundo, es peligroso.

 

        Y así entramos en una segunda narración, que se solapa con la de Sebastián. En el pasado, hace más de 30 años, Juaíco fue el mejor barbero de todo Cádiz. Ya por entonces era un fiestero conocido, pero entonces, en su juventud, sumado a los jornales que ganaba, podía salvar mejor la dignidad. En aquel entonces fue reclamado por el nuevo alcalde, Fermín Salvochea, como su barbero personal. Pero secretamente, el alcalde anarquista le introduce en un mundo subterráneo de secretos y misterios.

 

Las calles eran un laberinto donde los edificios se arrimaban unos a otros intentando huir de la humedad, donde la piedra era hija del mar, donde la voz de los piratas aún se oía entre barboteos de leyenda y estupor.

 

        De día, Fermín es un alcalde y político anarquista y cantonalista que lucha contra la opresión de la aristocracia y la burguesía sobre la clase obrera, que trata de defender a los oprimidos. Pero de noche, es un defensor de la humanidad frente a las amenazas de lo maldito. Concebido como una especie de Van Helsing gaditano, incluyendo uso de armas steampunk como pistolas gancho de vapor, Salvochea está en guerra contra criaturas sobrenaturales. El barbero Juan será una de las pocas personas que conozca al verdadero Fermín Salvochea.




Fermín Salvochea de cerca con sus características gafas ahumadas. 


        Fermín lleva a Juaíco como su ayudante en el mayor misterio que ha asolado Cádiz, un caso que los arrastra por las catacumbas de la ciudad, conociendo a los personajes más misteriosos de la zona, tales como María Moco, que reina en sus cuevas, o Liérganes, el despiadado hombre pez al frente de una banda de contrabandistas, y una oscura estirpe de vampiros que hace peligrar la vida de todos los gaditanos. Enredado a todo esto, en el centro de este huracán sobrenatural en el que se convierte la vida de Juaíco, hay un convento recientemente desahuciado, media tijera desaparecida, y una misteriosa torre que encierra un mal ancestral y parece mantenerse en movimiento y nadie sabe encontrar. 

        La tragedia que tortura a esos seres malditos (vampiros, entre otros) hasta convertirlos en criaturas de muerte y dolor es desgarradora, y ni siquiera el propio Fermín es inmune a la lástima que provoca su desdicha eterna, pero aun así, no le tiembla la mano a la hora de devolverles al abismo. Él es el cazador, y su tarea es evitar que esos monstruos dañen a otras personas y aumenten sus filas, y la única forma para ello es darles muerte. Liberarles. Ese ambiente trágico y dramático nos acompañará durante toda la novela, nuestro Cádiz de brujería esta cosido con él, y cuanto más profundizamos, más tragedia hay. Y a menudo esa tragedia oculta el nacimiento de los males más perversos.

 


Te concedo el poder de las sombras. La muerte en vida. La voz doliente. Ahora eres pesadilla. Eres susurro. Eres ocaso. Eres mío. Levántate y sírveme.

 

        Uno de los aspectos más interesantes es como se repite constantemente un nombre concreto: Beatriz Aramburu. Una misteriosa mujer perteneciente a la más alta sociedad gaditana, hija de la poderosa familia Aramburu, quien en el pasado guardó una estrecha relación con Fermín, y cuyo nombre resuena por los rincones subterráneos de la ciudad. Nadie sabía quién era realmente Beatriz, pero… ¿hasta donde llega la sombra de esta mujer? ¿Cuál es exactamente la relación que tiene con todo ese drama de monstruos, mitos, fabulas, leyendas?

        Fermín es evidentemente un personaje genial: todo lo que hace, lo hace bien. Es fuerte, rápido y letal, no duda a la hora de dar caza a sus enemigos, es inteligente y sagaz, y encima es piadoso y bueno. Tiene por Cádiz una red que colabora con él, tiene inventos, y tiene dinero. Pero es Juaíco el verdadero misterio. Salvochea elige a este hombrecillo por alguna razón para ayudarle en su misión y nunca duda de que sea el hombre adecuado. Un hombre inútil para el combate, cobarde, alcohólico, fiestero, incapaz de acarrearse responsabilidades, ni siquiera puede serle fiel a la mujer que ama (Antonia, la futura madre de Sebastián), pero al mismo tiempo…podemos ver a un hombre contradictorio que es mucho más que todo eso.

 

La culpa es más fiel que la mejor de las amantes. Te visita por la noche. No te deja dormir, y cuando conquistas aunque sea un par de horas, se cuela en tus sueños y te ahoga por dentro. No se lo permitas, Juaíco.

 

        Mientras el barbero fracasado va contándole esta historia a su hijo, a capítulos, este y su grupo de amigos, a quien se añade una recién llegada al orfanato de Candela: Julieta, una hermosa huérfana de pasado misterioso, tratan de desentrañar los misterios que van surgiendo alrededor de la muerte de Fermín. Misterios que poco a poco, se van relacionando extrañamente con la rocambolesca historia que le está contando a Sebastián su padre, plantando en los chavales una duda: ¿serán verdad los delirios de Juaíco? ¿Un sanguinario pasado enterrado hace 33 años por el recientemente fallecido ex-alcalde y el alcohólico barbero resurge ahora para tratar de arrasar Cádiz de nuevo? ¿Cuál es el verdadero secreto de la historia de Juaíco, ese que esté no acaba de narrar?

 

Llevas toda la vida mirando al pasado. ¿No sería hora de que empezases a mirar el futuro?

 

        Los tres amigos, que recuerdan a una versión andaluza de los Goonies, solo que mil veces mejor, beben de esa tradición que se empezara con esa película, hace ya 37 años, y que un año después triunfó tantísimo con It (1986). El sistema de niños detectives. En los años siguientes ha habido muchos libros y películas que han recogido el género para adaptarlo a sus propias obras, desde la peli de Explorers (que salió más o menos a la vez que The Goonies) a los libros del Equipo Tigre de Thomas Brezina, para chavalines pequeños. El punto de Cañadas, su toque personal, es la tragedia que envuelve a estos chicos. Al igual que el resto de personajes (Cañadas no deja ni uno a medias) están muy definidos y la calidad de la profundidad que alcanzan es sorprendente. Estos chicos están destinados a conocer secretos insondables, y conocerán el amor, aunque quizá no con quien pensaban, y también conocerán el verdadero terror.

 

Tiene muchos nombres. Muchas formas. Es antiguo. Nada humano le es ajeno.

 

        Cañadas nos transporta a un Cádiz mágico e irreal, pero al mismo tiempo está contenido por unas dimensiones duras y realistas. Bebida, pobreza, padres abusivos, maltrato físico. Si acaso, toda esa magia y ese terror que recubren la novela son aún más mágicos y más terribles, precisamente por estar recubiertos de esa realidad. El autor compone así un Cádiz hermoso y trágico al mismo tiempo, mágico y tenebroso, una pintura de muchísimos tonos y muy completa. Para darle más matices y más color andaluz (“Sevilla tiene un colooor especiaaaal” xD) a esta historia, Jesús Cañadas, gaditano de nacimiento (esta novela tuvo que salirle de las entrañas joder), utiliza un verdadero lenguaje gaditano para todas las narraciones y sobre todo para los diálogos. La forma de comunicarse, de hablar, de dirigirse, de cagarse en todo lo cagable, es puramente gaditana. Los personajes, por esto, no pueden ser más reales. Son gentes de a pie de Cádiz (menos unos pocos, como Fermín, que fue criado en parte en el extranjero, o el Perejil, que es vasco), y usan las expresiones típicas de las gentes de a pie. De hecho, tal es así, que se incluye al final del libro un glosario de términos gaditanos, por si acaso. Ver como en un momento épico de cojones El Pani le dice a Sebastián “oye picha, ¿qué hacemos?” te hace sentirte de verdad en esa ciudad de cuento.



        La novela es súper interesante, y esa estructura en dos tiempos, la de un padre y la de un hijo, dos generaciones de la misma familia, le confiere una riqueza increíble. Conocemos al Juaíco de hace años y al de ahora, mucho más patético, vemos el autodesprecio que esté siente por sí mismo, la opinión de Sebastián por su padre, que varía a lo largo de la novela, etc. Tiene algunas escenas que son tristes y duras A RABIAR. Joder hay momentos en los que ni Stephen King me lo ha hecho pasar tan mal, pero ni lejos. Creo que únicamente José Antonio Cotrina con Coda me hizo sufrir tanto con una novela, desear tanto que no acabe mal, pasarlo tan mal con alguna muerte. Y también, después de las ostias que te llevas, crecerte tanto con momentos de una epicidad sobrecogedora. Chapó.

        La obra contiene además diversos easter egg en forma de ficción mitológica, o fantasía mítica, al estilo de American Gods. Pero con un sabor muy andaluz. Y es que muchos de los personajes y leyendas, como María Moco y sus cuevas (una red de túneles del copón), son verdaderas leyendas de la ciudad gaditana, pertenecen a su folklore. El hombre pez (en el link viene mas info) es otra interesante leyenda que confluye entre la ciudad de Cádiz y Cantabria, concretamente el pueblo cántabro de Liérganes (de donde proviene el nombre del personaje). Cañadas solo los recoge y recicla para su novela, aportándoles una personalidad y haciéndolos sus personajes, pero ya existían antes. Por tanto toda la novela está poblada por ese Cádiz de leyenda, esta hilada con sus cuentos y sus historias, el autor solo aporta el hilo de unión. Y cohesionando todo ese hilo, se encuentra la ficción histórica, como con Tim Powers (La última partida), utilizando al histórico Fermín Salvochea, quien en la sombra era un Van Helsing con gafas.

        Aparte de todo esto, la novela tiene todo. Cañadas no se deja un detalle. Tiene un horror de los más finos que he leído, hermoso, gótico y trágico como la interpretación de Drácula de Gary Oldman, y terrorífico como la peor de las escenas de Pennywise. Unos detalles steampunk, en una fantasía urbana, que agilizan mucho la novela. Unos personajes de una enorme profundidad. Un equilibrio entre personajes femeninos y masculinos: la indomable Candela, trágica y aun así la más rígida e imparable de los jóvenes detectives. La misteriosa Beatriz Aramburu, cuyo personaje conocemos mientras los protas van desentrañando su misterio. Rosa Marina, la guerrera, ladrona, feminista y pensadora que hace de contraparte femenina de Fermín: Rosa Marina se mueve en el mismo mundo de leyendas y monstruos que Fermín, pero ella no está atada a la defensa de Cádiz, y sigue sus propios objetivos. Incluso hay personajes LGTBI. 

 

La tormenta clamaba una venganza incomprensible por encima de sus cabezas. Sí, era el momento. Era el final de todos los caminos, el día en que se pagaban culpas de las que nadie había oído hablar.

 

        La novela no tiene desperdicio ninguno. Esta editada por Roca, en dos ediciones, una de tapa dura (9 € con algo) y otra de tapa blanda (17,95€). Y merece la pena leerla un montón.   

 



(…) y tantos otros gaditanos que habían sufrido aquella maldición durante más de treinta años.

 

 


lunes, 7 de febrero de 2022

CARRIE - STEPHEN KING


        La primera novela del llamado rey del terror (aunque no estoy de acuerdo con el título) Stephen King, salió en 1974: Carrie. Pese a que se publicó la primera, realmente es la cuarta novela que King escribió, las tres primeras salieron a posteriori de esta: Rabia, La larga marcha y Blaze. Originalmente solo se sacaron 30.000 ejemplares, pero ahora es un éxito aclamado que ha vendido millones de copias en todo el mundo, y ha tenido varias adaptaciones en la gran pantalla, ha inspirado canciones, etc.

        La novela cuenta la trágica y violenta historia de Carrie White, una joven estudiante de instituto de la pequeña ciudad de Chamberlain, en el estado de Maine. Carrie es una chica víctima de acoso escolar y bullying por parte de sus compañeros y compañeros, y maltrato por parte de su religiosa madre Margaret. Margaret es una mujer con una religiosidad enfermiza y con graves trastornos mentales, considera que todo lo relacionado con la intimidad y la sexualidad es un pecado mortal, y se odia a si misma a por haber concebido a su hija. Ha criado a Carrie en un ambiente restrictivo, evitando contarle cualquier cosa relacionada con la sexualidad, obligándole a rezar durante horas, arrepentirse por todo, maltratándola físicamente, encerrándola en un armario, etc.



Carrie encerrada por su madre en el armario. Fanart por autor desconocido. 

        Como consecuencia de esto, Carrie ha crecido como una chica con incapacidad para relacionarse con los demás, temerosa de todo y de todos, lo que la convierte en una víctima potencial de todos los abusones, y por ende, de todos los demás que siguen la estela de dichos abusones. No tiene amigos, no ve felicidad alguna en su vida, no sabe qué hacer con los sentimientos propios de su edad, etc. Evidentemente, el instituto es entendido como una jungla donde solo sobrevive el más fuerte, y quien no encaja es destruido.

        Carrie comienza cuando la protagonista tiene 16 o 17 años y tiene su primer periodo menstrual en los baños de las chicas, cuando se estaban duchando después de gimnasia. La pobre Carrie tiene un ataque de pánico creyendo que se está desangrando por dentro, ya que no sabía nada del periodo debido al restrictivo ambiente en el que vive, su madre nunca se lo contó. Dirigidas por la cacique del instituto, la popular y guapísima Chris Hergensen, todas las chicas se ríen y se burlan a gritos de Carrie, hasta que la profesora de gimnasia Rita Desjardin interviene, corta el ataque, y ayuda a la joven solitaria.

 

Las chicas somos capaces de un enseñamiento que los muchachos no entienden realmente.

 

        Rita castiga a todas las participantes con una semana de castigo, y cuando Chris se niega a cumplirlo, se le prohíbe asistir al inminente baile de graduación. Furiosa, decide urdir una venganza contra Carrie, a quien tiene por única responsable de su  “tragedia”, ayudada por su macarra y criminal novio, Billy Nolan.

        Mientras esto sucede, la vida de Carrie comienza a cambiar un poco. Sue Snell (que participó en el ataque colectivo) siente que ha sido una autentica cabrona con Carrie, y que esta no se lo merecía, y como una forma de enmendarse, convence a su novio Tommy para que invite a Carrie a ir juntos al baile. Carrie se emociona mucho por la invitación, y se enfrenta a Margaret, quien le prohíbe asistir, comenzando a independizarse de su tiránica madre. En este periodo, Carrie comienza a descubrir que tiene poderes telequinéticos, puede mover cosas con la mente.

        Pero en el baile, sintiéndose algo aceptada por primera vez (Tommy es muy majo con ella y trata de hacerla reír y divertirla), y cuando es elegida junto a Tommy como reyes del baile, en la cúspide de su felicidad, la venganza de Chris se consuma, rompiendo su burbuja de sueños. Chris empapa a Carrie con un cubo de sangre de cerdo, y esta, estallando de furia, utiliza sus poderes para liberar una ola de destrucción que arrasa media ciudad, cobrándose cientos de víctimas. Carrie, con su vestido de fiesta cubierto de sangre, se pasea por Chamberlain destruyendo todo a su paso.


Se burlaron de Carrie por última vez.


        La novela está contada parcialmente de forma epistolar, utilizando artículos de revistas, pasajes de libros sobre lo que sucedió en Chamberlain, reportajes de investigación, entrevistas a supervivientes, etc. para narrar el desastre en torno a Carrie White y sus consecuencias.



        Las dos principales figuras antagónicas de la novela son Chris y Margaret White. Chris, como la popular reina del insti, despiadada, envidiosa, hermosa, etc. se contrapone a la retraída Carrie de forma evidente. Chris desprecia y odia a Carrie por ser todo lo que ella no es, algo que ella no tolera. Esta intolerancia alcanza su culmen cuando por culpa de gastarle una broma es castigada sin el baile, su momento estrella, y focaliza en Carrie toda su ira, viendola como una especie de archienemiga. Pero mas importante es Margaret White. Chris desencadenó la explosión de la ira de Carrie con la broma de la sangre, pero es Margaret quien tras casi 20 años de constante abusos y maltratos psicológicos y físicos, y una vida de restricciones y fanatismo religioso, dio forma a una chica tan desgraciada. Ella es la única y principal culpable de arruinar la vida de su hija. 



Margaret White interpretada por Juliana Moore en la adaptación de 2013.

        El libro ha sido reconocido como uno de los mejores de King, pese a ser uno de los más cortos de su bibliografía. Es una novela muy cruda, y ha llegado a estar prohibida en muchos institutos, debido a la forma que tiene de transmitir toda esa ira de una persona que ha sido maltratada y restringida toda su vida. Es una novela sobre la pura ira adolescente, y lo que pasaría si esas personas marginadas y maltratadas tuvieran super poderes. La destrucción sería el resultado más probable.

        En el libro podemos reconocer varias de las características de la literatura gótica tradicional adaptadas a la característica estética actualizada de King: estadounidenses paletos y atrasados en ciudades perdidas del estado de Maine, con una fuerte presencia de alcoholismo, tradicionalismo, conservadurismo, fanatismo religioso, violencia etc. todo ello con componentes sobrenaturales. Carrie por ejemplo es una versión actual de la víctima virginal sacrificial gótica: una chica joven y realmente inocente y virgen (incluso se da una cierta asociación de que es inocente porque es virgen), sacrificada en un altar de violencia e incomprensión, consumida por un poder sobrenatural (en este caso el suyo). No hay salvación, solo ira y muerte.

 

Macbeth había asesinado el sueño y Carrie había asesinado el tiempo.

 

        También es posible hablar de la banalidad del mal: no existe una maldad encarnada como la de Pennywise (It), el Hotel Overlook (El Resplandor), los demonios vacíos de Doctor Sueño, etc. Son unos chavales siendo mala gente y retorcidos, maltratando a quienes son sus iguales solo porque podían hacerlo, y una mujer forzada hasta el fanatismo y la disociación, con graves discapacidades mentales (Margaret White). Y fíjate cuanto daño hicieron. Es la banalidad del mal, como dijo Hannah Arendt en su libro Eichmann en Jerusalén: un informe sobre la banalidad del mal. A veces no es necesaria una maldad sobrenatural, ultraterrena y cuasi todopoderosa, basta con unos chavales retorcidos torturando a una pobre joven inocente que nunca pretendió hacer daño a nadie.



Carrie liberando el fuego y la destrucción. Fanart por Xeraarts.

        Este tipo de simbologías no son casualidades en los libros de King: es un lector nato (según él lee una media de 5 libros al mes, como mínimo), y profundo conocedor de  la evolución del terror, la fantasía, la ficción, etc. Aunque también es fan de otros libros totalmente distintos, como Matar a un ruiseñor (1960) de Harper Lee, que no tiene absolutamente nada que ver con estos géneros.

        Pese a ser de sus primeras obras (primera en publicación), Carrie es una de las que más rabia e ira transmite. Quizá fuera por ese duelo interno que mantenía y mantuvo durante muchos años contra el alcoholismo y el resto de adicciones. Sin embargo, no es exactamente de terror. No hay tantos elementos de terror en sí, más bien es una trágica historia de abuso familiar y escolar hacia una pobre chica que incluye un componente sobrenatural que desemboca en una carnicería de furia y venganza. Los personajes de Chris y Billy Nolan no pueden dar más asco.

        Casi todas las obras de King tienen un lugar en su propio universo particular, el llamado "Kingverso". En este Kingverso podemos ver como todos los libros están interrelacionados: las ciudades ficticias de Castle Rock, Derry y Jerusalem's Lot, además de algunas otras, salen continuamente, y podemos ver su evolución (periodos dominados por un asesino concreto, mandatos de un determinado sheriff, etc.). Hay personajes que se repiten (principalmente secundarios, pero también algunos principales, como el villano recurrente Randall Flagg, el "hombre oscuro"). Los libros se hacen referencia constantemente entre ellos (en Cementerio de animales se menciona el caso del perro Cujo que se volvió loco, del libro Cujo). Esto ocurre en la mayoría de los libros del autor, en el llamado el universo normal; además de esto existen otros libros que ocurren en otros universos de este autor (el de The Stand, donde la mayoría de la humanidad es exterminada por la supergripe, o la saga de La Torre Oscura), y que se interrelacionan entre ellos de una forma mas tangencial, pero también existe la relacion. De ahí que todos esos universos se unan en un solo macroverso llamado Kingverso. Como todos los universos de Marvel se unen en el multiverso. 

        Carrie no es una excepción a esta regla, pero el pueblo de Chamberlain apenas vuelve a salir en las novelas. Es una novela que esta algo menos relacionada al Kingverso que las demás, supongo que por que en este momento King aun no tenia pensado y desarrollado ese concepto, y no esta tan integrado. Como de la historia de Carrie White surgieron libros y leyendas, en otras historias mencionan "ese libro de la chica que le prende fuego al pueblo".

        Se ha adaptado varias veces a la gran pantalla: la primera de ellas en 1976, dirigida por Brian de Palma y protagonizada por Sissy Spacek, y también salen John Travolta y Piper Laurie, que tuvo mucho éxito. Incluso tuvo una secuela en 1999, The Rage: Carrie 2. En 2002 hubo una adaptación para televisión que sobresalió muy poco (es incluso difícil encontrarla para verla online), y en 2013 hubo una nueva adaptación donde Carrie fue interpretada por Chloë Grace Moretz, con Julianne Moore como Margaret White y Judy Greer como Rita Desjardin (la de gimnasia). A mí me molo bastante, unas actuaciones muy frescas y actuales, Chloë y Moore lo hicieron que te mueres, nunca acabe de entender porque fue tan criticada como “innecesaria”. Es un remake, pues al final cuenta lo mismo, pero hay muchos mecanismos de narración y de gráficos mucho más modernos. Aunque si que es verdad que Carrie es descrita fisicamente como una chica normalita, ni muy fea ni muy guapa, desaliñada, etc. Y Chloë Grace Moretz me parece guapísima a rabiar. Y la intentan sacar fea, pero es que no se puede xD. Y ella actúa genial, se come el papel, pero ese factor es cierto.


Carrie (1976).


Carrie (2013).

        Es una novela ágil y corta que se lee en un suspiro, y es entretenida. Aunque no me ha gustado tanto como It, tiene su originalidad y es guay. Lo mejor: la carnicería del final. 

        


BALADA DE PÁJAROS CANTORES Y SERPIENTES - SUZANNE COLLINS

          Tras 10 años de parón, la autora de Los Juegos del Hambre ha sacado esta precuela de su saga: Balada de pájaros cantores y serpien...